Capitulo 7: Tú eres la charlatana en esta relación de amistad ¿o no, Andrea?

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El fin de semana estuvo solitario, a decir verdad. Como quedamos que no íbamos a ir al juego, a decir verdad no tenía muchas ganas, no fuimos. El sábado, hablamos un rato por Skype con los chicos y en realidad Trisha era una persona muy divertida que nos hizo reír todo el tiempo. El bullying que le hacía a Beto era tan adorable, se veía por encima que se querían tanto. Yo quería tener eso, no quería sonar envidiosa, pero lo añoraba con todo.

El domingo, mis padres fueron a trabajar, normalmente trabajaban todos los días de la semana, así que no era sospechoso, ni sorprendente. Aproveche para dormir hasta tarde, comer, leer, acomodar mi placar, y ser una típica adolescente.

El lunes desperté contenta, solo habíamos sido "amigos" una semana, pero los extrañaba. Humberto y Trisha eran como el sol y la luna. Trisha iluminaba todo a su paso con su personalidad arrolladora, mientras que Beto era calma para todo aquello. ¿Y yo? Simplemente era yo, todavía no descubría como entraba en todo esto. Aun así estaba emocionada por ir a la escuela.

Me levante, me arregle un poco, como le prometí a Trisha, me vestí con los pantalones negros y la blusa celeste que me había comprado, unos converse y me maquille un poco. Baje a la cocina a tomarme un zumo de naranja hasta que llego Humberto. Puntual como siempre.

Me subí al auto saludándolo. Me miro aunque no me dijo nada, tampoco es como que lo esperaba, igual es un hombre. Fuimos hablando de la nueva semana que empezaba y de las cosas que teníamos que hacer cada uno. Cuando llegamos vimos a Trisha esperándonos junto a su auto. Claro está con el vestido que le había regalado, se le veía muy bien a decir verdad. Nunca pensé que tendría gusto para la moda.

- Hola chicos – nos saludamos y empezamos a caminar hacia el salón de clase.

- Te ves hermosa – me dijo Trisha – definitivamente tengo buen gusto para la ropa, y además te ves como tú.

- Gracias Trish, tú también te ves bien.

- Claro está – nos reímos todos mientras entrabamos al aula.

- ¿Y tú por qué tan callado Humberto?

- Por nada – respondió Humberto.

- Ajaaaaaa.

- A ver, para dejar claro todo esto, tú eres la charlatana en esta relación de amistad ¿o no, Andrea?

- A decir verdad... - deje la idea suelta.

- Noooo, tú también – nos reímos todos.

- Bueno, cambiando de tema – dijo Humberto – el viernes es la presentación, y no hemos hecho sino que leer el libro, así que tendríamos que ponernos a trabajar en eso.

- Estoy de acuerdo.

- Entonces... - dije.

- Opino que nos reunamos en mi casa en la tarde ¿Qué les parece?

- Me parece bien – dijo Humberto – su mama hace las chocolatadas más ricas del planeta entero.

- Pareces niño de 5 años, las chocolatadas le gustan a mi hermanito.

- A mí también – dije, tratando de defender a Beto.

- Viste – y le saco la lengua a Trisha, a decir verdad si parecía un niño.

- Niño.

En ese momento llego la profesora. Nos hizo callar decentemente y empezó la clase no sin antes recordarnos que el viernes eran las presentaciones.

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