Capítulo 25: Bienvenido al club, sigue, hay pasta y ensalada.

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Entre a la casa y decidí darme un baño para despejarme mejor, me sentía sucia, entre el licor, el sudor y el ambiente de la discoteca. Después de bañarme baje a la cocina, ya tenía un poco más de apetito y me encontré a Sebas sentado en la isla de la cocina.

- Buenas noches bello durmiente.

- No digas nada que los demás siguen durmiendo.

- Cierto.

- ¿Hace cuánto estas despierta?

- Hace como una hora.

- ¿Cómo pudiste?

- No lo sé, creo que fue la resaca ¿aspirinas?

- Por favor, y un litro de agua.

- A sus órdenes – le pase las aspirinas y se las tomo en un solo trago - ¿Quieres algo de comer?

- A pesar de la resaca en realidad si tengo demasiada hambre ¿Qué hay?

- Déjame miro – abrí la nevera y revise los tupper – aquí hay pasta y ensalada.

- Ok - Calenté dos platos en el horno microondas y nos sentamos a comer.

- ¿Cómo llegamos a casa? – pregunte – No recuerdo mucho de eso.

- Creo que Humberto consiguió un taxi y le dio la dirección, tú sabes, ante todo responsable – nos reímos.

- Eso creo.

- Luego cada uno a su cuarto, aunque no lo recordemos – mientras hablamos alguien bajo las escaleras. Era Humberto.

- Hola chicos.

- Buenas noches – le dijo molestando Sebastián.

- No pues, el que se levantó hace años – dije defendiendo a Beto. 

- Tengo mucha resaca.

- Bienvenido al club, sigue, hay pasta y ensalada.

- ¿Y aspirina?

- También.

- Gracias – le pase la aspirina y el agua.

- ¿Quieres algo de comer?

- Un poco de pasta, quizás... 

- Ok - le calenté la pasta, en realidad ya hacía un rato que estaba despierta y era la más alentada de todos.

Sebastián y yo acabamos y él se levantó a lavar los platos, mientras yo los secaba. Me gire a buscar más jabón de platos debajo de la isla y encontré a Humberto mirándome. Me asuste un poco ¿Qué pasa si se acordaba que casi lo bese? Pero no, eso no podía ser posible, él no había dicho nada de eso. No creo que se acordara. Por supuesto Sebas había dicho que él era el más despierto de todos anoche, pero ¿será que se acuerda? Decidí casualmente tantear el terreno.

- ¿Tú nos trajiste a casa anoche Humberto? – pregunte mientras seguía secando la loza.

- Eso creo, no nos podía dejar tirados.

- Igual todos estábamos muy mal.

- Si, incluyéndome, solo que cuando es necesario, despierto.

- Así que tampoco te acuerdas de mucho... - dije afirmando esperando que el asintiera.

- En realidad no, después de cierto momento está todo muy borroso – eso me confirmaba que no recordaba.

Después de 5 minutos bajo Trisha realmente mal, creo que fue la que más tomo, todavía estaba medio dormida, con mucho dolor de cabeza y con nauseas por lo que no quiso comer nada.

Nos quedamos un rato en la sala conversando hasta que encontramos una peli en la tv y la empezamos a mirar. Trisha cayó primero y Sebas la ayudo a subir a nuestra habitación. Después lo hizo Sebastián, que antes de quedarse dormido en el sofá se fue a dormir. Quedamos Beto y yo.

En un momento dado en la película que veíamos, los protagonistas quedaron muy cerca a punto de besarse y recordé ese momento. La tensión, las ganas que tenía de besarlo y me empecé a poner nerviosa. Me levante rápidamente a la cocina por un vaso de agua. Cuando regrese me pregunto si había pasado algo, mi respuesta fue "tenía sed". Aun así, la imagen ya estaba en mi cabeza. Que hubiera pasado si lo hubiera besado. Todo se hubiera ido a la mi... lo siento, a la china, nuestra amistad hubiera terminado, y si no hubiera sido así ¿podríamos seguir conviviendo siendo amigos? ¿Sin sentirnos incomodos justo como en este momento?

Me despedí de él y me fui a dormir dejándolo solo en el sofá, mirándome raro de nuevo. 



CAPITULO CORTO DE NUEVO, LO SIENTO, ESTA SEMANA HE ESTADO DEMASIADO LIADA, EN EL TRABAJO HICIERON CAMBIOS POR LO QUE ME HE TENIDO QUE ADAPTAR DE NUEVO A TODO A PESAR QUE YA LLEVABA 2 MESES TRABAJANDO, A PARTE NO ME HABÍA PODIDO SENTAR A HACER NADA EN LA PC, MEJOR DICHO SI LES CONTARA TODOS LOS DRAMAS DE MI VIDA SERÍA MÁS LARGO QUE ESTE CAPITULO, PERO COMO SIEMPRE GRACIAS POR LEER. 

LA VUELTA AL SOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora