Capítulo cinco
«Kore»
—Kore...
Kayn besaba mi cuello y yo tomaba su Cabello entre mis manos, él lo hacía de una manera llena de deseo, mientras yo sólo quería llevarle el ritmo, pero ni siquiera sentía sus besos, Hades estaba en mis pensamientos y eso me enfureció de una manera sobrenatural.
—Para —dije alejándome y dejándolo confundido debajo de mí, que estaba sentada en su regazo.
—¿Pasa algo, amor? —Su voz era tan suave que me rompía el corazón no poder corresponderle como se lo merecía.
Estúpida Hades.
No.
Estúpida yo.
—Lo siento —Me quité de encima de él y empecé a ponerme mi chaqueta de cuero que tenía a un lado del mueble—, creo que estoy muy cansada para esto —Técnicamente, no estaba mintiendo —No he dormido bien.
—Está bien —dijo con una sonrisa de consuelo—, pero esta vez sí te voy a acompañar a tu casa, ¿vale? —Asentí.
Me terminé de arreglar y Kayn rápidamente se puso una chaqueta muy similar a la que yo estaba usando, me tomó de la mano para salir y dejarme en mi casa a solo unas cuadras.
El camino fue silencioso, pero yo no le di mucha importancia, Kayn miraba el día, que empezaba, y yo estaba absorta en mis pensamientos, los cuales sólo se dirigían hacia Hades.
Debía dejar de pensar en esa chica o, de lo contrario, me iba a volver loca, literalmente.
Al llegar a casa me despedí de Kayn y entré rápido para no encontrarme con nadie, entré a la habitación rogando que Hades no se encontrara allí. Por suerte no había nadie, así que no lo pensé dos veces y me tiré en la cama esperando que el sueño me venciera.
Sentí que unos pasos se acercaron hasta mí y luego se detuvieron a unos centímetros de la cama.
—¿Qué estás haciendo Hades?
Me senté en la cama y la miré a los ojos, los cuales estaban sobre mi cuerpo, brillando por la lujuria que había dentro de ellos.
Ella no dijo nada mientras me miraba y simplemente me tomó por el Cabello, juntando sus labios con los míos de una manera brusca y demasiado excitante, sus labios se movían junto a los míos, que le respondieron casi de inmediato, mientras, su lengua entró sin permiso en mi boca y no entendía por qué no hacía nada para detenerla en ese momento.
—No lo ha... —Intenté alejarme de sus labios, pero ella me tomó más fuerte por el Cabello y me acercó de nuevo para luego cortar mis palabras con su dedo índice sobre mis labios.
—Sabes mejor que nadie que quieres esto más que nada —susurró en mi oído tan peligrosamente cerca que pude sentir su olor a Jazmín.
Dichas esas palabras, mordió el lóbulo de mi oreja con lentitud, pude sentir su respiración caliente allí, causando que todo mi cuerpo temblara al tenerla tan cerca. Solté un agudo gemido, no la estaba viendo, pero sabía que estaba sonriendo contra mi cuello.
Cerré los ojos al instante que sus dientes se clavaron en mi cuello y no pude evitar morderme los labios al sentir cómo una deliciosa corriente nerviosa, que iba desde mi columna hasta mi centro ya muy húmedo, se extendía por todo mi cuerpo. Hades seguía besándome en esa zona y mis gemidos se hicieron más audibles en la habitación, que parecía ponerse más caliente y pequeña, ella empezó a subir por mi mentón hasta llegar a mis labios, donde empezó mi tortura al morderme el labio inferior; al alejarse me miró de una manera demasiado caliente, se puso de pie y me tomó de la mano para levantarme, yo por mi parte me encontraba en un estado de trance y excitación que no me permitía pensar más allá de sus ojos marrones encendidos y que ahora estaban sobre mi cuerpo.
Estábamos ambas de pie en frente de mi cama, entonces Hades se acercó hasta estar muy cerca de mis labios, pude sentir su aliento chocar con mi piel, haciéndome jadear en espera del siguiente paso.
Mis sentidos se agudizaban junto a la expectativa de lo que podía pasar, me permití mirar más allá de sus ojos, bajando por su rostro y deteniéndome en cada detalle, su nariz fina y un poco alargada, luego sus labios rosas y carnosos que hacían que perdiera la poca cordura que me quedaba. Entonces ella levantó sus manos, rozando con suavidad mis costados hasta mi cara, donde me brindó una suave caricia, haciendo que cerrara los ojos al instante, deslizó su mano por mi cuello, entrándola por mi Cabello donde, de un suave tirón, hizo que mis ojos se abrieran poco a poco, no hablábamos, pero eso no era necesario porque en sus ojos podía ver todo lo que pasaba por su cabeza, y no era algo exactamente sano.
Empezó a acercarse aún más, juntando nuestros labios en otro beso hambriento y apasionado, su olor a jazmín inundaba la habitación y eso me encantaba demasiado, su lengua ahora estaba junto a la mía, moviéndose como si se conocieran desde hacía mucho tiempo; Hades me tomó de la cintura, dando suaves apretones por unos instantes, metiendo sus manos por mi playera, juntando nuestra piel por unos segundos que me hacían enloquecer; cuando sentí su piel contra la mía fue tan delicioso que ni siquiera sabría explicar esa sensación tan placentera, pero luego, Hades me empujó un poco fuerte y caí sentada en la cama, entonces ella empezó a subir quedando encima de mí, a horcajadas, justo como la última vez que estuvimos en mi habitación.
Introdujo sus manos por mi Cabello y me haló con fuerza, haciendo que gimiera — no entendía por qué eso me excitaba tanto— echó mi cabeza hacia un lado y tomó mi cuello en sus labios, lamiendo y succionando a su antojo, no podía detener los gemidos que se escapaban de mi boca, ahora ella utilizaba sus dientes contra mi cuello.
Bajó lentamente hasta mi pecho después de quitarme la polera que llevaba puesta y recostarme en la cama, su lengua parecía necesitar de mi piel, la manera en que besaba cada parte de mi cuerpo era alucinante, tomó uno de mis pechos con su boca —no sin antes quitarme el sostén—, haciendo que un gemido escapara de mis labios, y empezó a lamerlo con devoción, mordiendo y besándolo como ella quisiera.
Me sentía tan húmeda que no sabía ni siquiera dónde estaba en ese momento al sentir tal excitación en mi vida, y mucho menos pensé que con una chica me sintiera tan completa en el sexo, un gemido retumbó en la habitación cuando ella mordió mi pezón ya erecto, por sus caricias subidas de tono.
—Oh, cariño... —Otro gemido se escapó de mis labios al sentir su lengua deslizarse por mi pecho derecho mientras que con su mano daba atención a mi otro pecho ya erecto por sus toques.
Ella empezó a bajar con lentitud, dejando besos húmedos por donde sus labios pasaban, bajó hasta llegar al cierre de mi pantalón, lo bajó poco a poco sin dejar de mirarme a los ojos.
—Hades... —Empecé a hablar, pero ella bajó mi pantalón de un tirón, dejándome completamente expuesta ante su mirada.
—Solo déjame hacerte sentir lo que quieres, Kore.
Se acercó despacio hasta mi centro, dejando besos y mordidas por mis muslos mientras se acercaba más y más, su mirada no se desconectaba de la mía, así empezó a bajarme las bragas, se acercó tanto que podía sentir su aliento caliente en mi centro palpitante, no puede esperar más y entré mis manos entre sus cabellos, acercándola lo suficiente para que su boca conectara con mi centro, ella no esperó y deslizó su lengua dentro de mí.
—Joder... —gemí—, más... ra-rápido... por favor, hmmm.
—Kore —escuché que alguien llamaba desde lejos, pero no puse mucho caso y luché por concentrarme en la lengua de Hades dentro de mí— ¡Kore! —llamó más fuerte y abrí los ojos encontrándome con Hades, mirándome con cara de preocupación—. ¿Estás bien?
Pestañeé varias veces darme cuenta de que todo había sido un sueño...
Un maldito sueño húmedo con mi estúpida hermanastra.
Joder, podía sentir mis mejillas encendidas por la excitación y vergüenza que sentía, ella me miraba curiosa desde una esquina de la cama.
—Sí —Mi voz aún era ronca, así que me aclaré la garganta—, estoy bien —repuse.
—¿Estabas teniendo un sueño húmedo?
—¿Qué? —dije muy avergonzada y con un poco de rabia. ¿Por qué me pasaba esto justo ahora?
—Estabas diciendo mi nombre mientras gemías —dijo con una sonrisa estúpida y arrogante.
—Estás loca —aseguré y me levanté de la cama dirigiéndome hasta el baño.
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Los secretos de Hades
RomanceEl odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pe...