Aquí les dejo un meme para que se les pase lo del capítulo anterior
Treinta y cuatro
Los momentos se repetían en mi cabeza, cada instante pasado a su lado, cada pelea, cada mirada incluso cada roce inconsistente se asomaba a mi memoria.
¿Cómo podía ser tan masoquista y no simplemente olvidar?
Pero no, allí estaba yo, acurrucada en un rincón de mi cama con las sábanas hasta el cuello mientras mis lágrimas mojaban la almohada, haciendo mi dolor más placentero. Ya no tenía noción del tiempo, ya no dormía y no eran pesadillas lo que me evitaba dormir, incluso había olvidado la última vez que había comido o me había bañado.
—Hades... —Esa era la voz de mi madre otra vez—, estoy preocupada, nena —Parecía preocupada en verdad—, llevas días encerrada sin explicación y si no abres la puerta, te juro que la tiro a patadas, me estás asustando...
Hasta yo me estaba asustando.
¿Por qué estaba así por alguien que no sentía nada por mí?
Por alguien que tal vez estaba por ahí feliz de la vida mientras yo moría sin ganas de vivir, por quien ni siquiera se preocupaba.
Me paré y sequé mis lágrimas tratando de no caerme, estaba un poco mareada por el tiempo que llevaba acostada sin hacer nada más que llorar y tratar de dormir, solo tratar.
Abrí la puerta de la habitación para dejar entrar a mi madre, quien, cuando me vio, casi se espanta, pero se contuvo.
—¿Quieres hablar de lo que te pasa? —Su voz era tan dulce y suave, siempre estaría agradecida de tenerla en mi vida, aunque sabía que no era mi madre biológica, ella siempre me hacía sentir como si en realidad lo fuera y yo apreciaba eso.
—Quisiera hablar de ello —Mi voz era casi irreconocible por tanto tiempo que llevaba llorando—, pero siento que es mejor el silencio que la verdad en algunas ocasiones mamá —dije sentándome en la orilla de la cama.
—Tal vez tengas razón —dijo sentándose a mi lado—, pero tal vez no, siempre es mejor hablar lo que sentimos y callar lo que pensamos hija —La miré confundida—, yo sé bien lo que te pasa, pero ambas sabemos que es mejor así. Sabías que este momento llegaría, ¿no es así? —No quería empezar a llorar otra vez—. Yo y tú sabemos que lo que pasaba debía acabar y aunque suene muy cruel o rudo, la vida sigue hija y hay muchas personas en el mundo, y entre ellas hay muchas que te aman, como yo, por ejemplo —Tal vez ese era un buen consejo, pero todo el mundo sabe que los consejos no son para la persona que los necesita, sino para quien los da.
—Tienes razón —No estaba de humor para discutir ningún punto—, tal vez solo necesito un abrazo —dije y las lágrimas empezaron a caer nuevamente por mi rostro.
Mi madre me acogió en sus brazos sin titubear un segundo mientras otra vez las lágrimas hacían de las suyas...
——¿Cómo está ella? —Ni siquiera quería pronunciar su nombre, pero tenía curiosidad y era masoquista.
—¿Kore? —Asentí en silencio—. No te voy a mentir, la verdad se ha estado levantando muy temprano y llegando muy tarde, no sé qué pasa con ella últimamente hija —Hizo una pausa—, es como si todo el tiempo estuviese ocupada y fuera de la vista de todos, pero te aseguro que no lo ha tomado como tú —¡Excelente! Mientras yo lloraba como estúpida ella gozaba de la vida muy campante.
Subí a mi habitación y me recosté un momento en la cama con miles y miles de pensamientos yendo en todas direcciones, me paré un instante y pude ver una esquina de lo que parecía una cajita de madera, no recordaba haberla visto antes pero estaba en lo alto, busqué algo en que subirme y la bajé, al abrirla me di cuenta que habían unas cosas un poco antiguas y fotos a blanco y negro, al parecer era una cajita con recuerdos, lo que llamó mi atención fue el chico con mirada penetrante que salía en una de las fotos, no podía creerlo pero era muy parecido a él.
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Los secretos de Hades
RomanceEl odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pe...