Capítulo cuarenta y uno—Kore, esto te hace daño —Seiah estaba en mi habitación señalando todo a su alrededor que estaba cubierto con bosquejos y pinturas de Hades, ya no dejaba entrar a nadie, pero Seiah era lo suficientemente fuerte y nunca aceptaba un no por respuesta, así que la dejé entrar—. Sabes que al igual que tú no he parado de buscar rastros de ella, ¿sí lo sabes?
Asentí.
—Kore, han pasado meses y no dices una palabra —Sus ojos empezaron a humedecerse—, sé que la extrañas, yo también la extraño. Todos la extrañamos, Kore —«Pero nadie más que yo», pensé—, pero también extraño a mi amiga, te extraño. Es como si te hubieras ido con ella... —sollozó, me dolía ver a mi mejor amiga de esa manera, Norman también estaba en la casa, la había escuchado, pero en ese momento Seiah le pidió quedarse fuera. Tal vez no quería que la viera de esa manera tan vulnerable, Seiah nunca lloraba—. Por favor, vuelve.
La miré, la verdad me dolía verla de esa manera. Me dolía ver a mi mejor amiga tan desamparada, pero me sentía sin fuerzas.
Todos los días esperaba que mi padre y la señora Cabello durmieran para salir, tenía un escondite con computadoras que utilizaba para rastrear los celulares con los que me comunicaba anteriormente con mi hermano, pero todo había desaparecido, cada día estaba más confundida y perdida. Eso me frustraba.
—Kore —Seiah me sacó de mi trance—, yo sé que ella está viva, lo sé porque lo veo en tu mirada, lo puedo sentir y aunque nos han hecho creer muchas cosas, hay algo que quiero mostrarte —La miré confundida, no entendía a qué se refería—. ¿Recuerdas que teníamos grabaciones con audio para atrapar a tu hermano? —Solo me quedé observando, mi manera de interactuar con las personas era casi nula, no entendía por qué, pero ya no me salía comunicarme como una persona normal—. Si me acompañas a mi apartamento te lo puedo mostrar.
Ella sabía que la iba a seguir, luego de meses sin rastros de Hades, al parecer ella tenía algo, había una pista.
Mi padre estaba en la cocina con la señora Cabello, una vez me vio bajar las escaleras, parecía sorprendido, hacía mucho tiempo que no nos veíamos. La verdad, en el fondo de mi corazón, le tenía rencor porque él fue quien me había propuesto encontrar a mi hermano para que Hades estuviera libre, y ahora estaba desaparecida o... Ni quería pensarlo de otra manera. Para mí solo estaba desaparecida. No entendía por qué, pero en mi corazón él era el principal culpable de su desaparición, aunque en mi estado yo los odiaba a todos. Así que tal vez eran mis sentimientos los cuales me jugaban una mala pasada.
No dije una palabra al salir, como ya era costumbre para todos luego de varios meses. Muchos para ser exactos. Ya ni recordaba...
Fuimos en mi auto, no quería quedarme por mucho tiempo. Ni siquiera quería salir de casa. Hacía tanto que el sol no tocaba mi piel que se sentía inusual.
El leve calor contrastando con mi piel fría por el usual frío de la ciudad de Vancouver; era casi extraño ver el sol tan radiante y menos en estos días, la verdad se sentía muy bien... Ese calor me recordaba tanto a ella.
Se sentía casi tan bien como ella...
Flashback*
——¿Alguna vez te has preguntado qué pasa cuando despiertas y luego no recuerdas nada de lo que soñaste? —Su voz parecía como la de una niña pequeña de diez años aún descubriendo su alrededor.
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Los secretos de Hades
RomanceEl odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pe...