Capítulo doce
—¿Entonces...? —Tragué en seco al tenerla tan cerca y sintiendo su respiración chocar con mi cuello—. ¿...Esto solo será sexo?
Sentí que se acercó más y más hasta llegar a mi oído y respirar en él haciendo que mi piel se erizara en esa zona.
—Esto será lo que tú quieras, Kore —Su voz era ronca y me mataba lo muy cerca que estaba; mientras tanto sus manos me tocaban la cintura con firmeza y delicadeza—. Nuestras vidas seguirán iguales, pero todo cambiará entre nosotras, por ejemplo, cuando algo de mí te moleste, vienes y me coges para eliminar tu frustración —Aún estaba tan cerca que podía sentir su calor adentrarse en mí—, y viceversa ...
—¿Y si nos descubren? —pregunté tratando de no perder la poca cordura que me quedaba.
—Seremos muy cuidadosas —Joder, su voz en ese estado estaba matándome e incitándome a que la tomara y llevara a la cama en un segundo, sin pensar en nada más que en su piel junto a la mía—. No queremos que todo el mundo se entere de que cuando cae la noche tú y yo nos volveremos una y que, mientras todos duermen, tú y yo despertamos el deseo que yo sé que me tienes... Lo puedo sentir en cómo me miras cada vez que me quito la ropa delante tuyo —Ya no lo podía soportar, ella me estaba matando.
Tomé sus caderas y la empujé suavemente contra la pared fría de aquel lujoso baño, nuestros cuerpos no podían estar más cerca, o más bien sí podían, solo necesitaba quitar la ropa que nos impedía unirnos más, tomé su labio inferior en mis dientes, mordiendo con suavidad y haciendo que ella soltara un gemido que de inmediato viajó hasta mi centro, que se estaba empezando a humedecer con el contacto de Hades, besé sus labios de manera un poco más delicada, pero dejándole saber que quería ir más allá de lo que estábamos haciendo.
Ella fue quitando con lentitud la chaqueta negra que tenía puesta mientras yo aún me adueñaba de sus labios, joder, ella besaba tan jodidamente bien, creo que, sin lugar a dudas, no podía compararla con ninguna otra persona a la que había besado porque simplemente ella era una diosa cuando me tocaba.
—Espera ... —dijo cuando empecé a subir su blusa y mis dedos tocaron su piel—, vamos a la habitación —Su voz ronca me hacía querer poseerla allí mismo, no sabía qué pasaba conmigo cuando ella estaba tan cerca de mí, haciéndome perder la cabeza con cada palabra que salía de sus sensuales labios carnosos.
La tomé por debajo de su trasero, levantándola hasta tenerla en mi cintura, donde ella enredó sus piernas alrededor de mí; empecé a caminar hasta la cama de sábanas blancas que íbamos a compartir esa noche, haciendo camino con mis piernas mientras seguía un rastro de besos por el cuello de Hades, ella echaba la cabeza hacia atrás, dándome total acceso a su delicada piel.
Mordí su cuello con suavidad, haciendo que un gemido involuntario saliera de sus labios y encendiendo más y más mis deseos de desnudar su cuerpo y tocarla hasta el amanecer, llegué hasta la orilla de la cama mientras aún besaba su mandíbula, dejando que mis dientes rozaran la zona de vez en cuando.
La senté en la cama y empecé a quitarme la polera que aún llevaba puesta, pero ella puso una mano en la mía para que me detuviera.
—Déjame a mí hacer esto —dijo en voz baja, su mirada se cruzó con la mía haciendo que yo sintiera destellos de electricidad.
Ella se levantó, poniéndose de pie en frente de mí, tocándome la piel por debajo de la tela de aquel T-shirt, deslizándolo por encima de mi cabeza y tirándolo a un lado de la cama para después tomarme por el cuello y acercarme para besarme como si estuviera reclamándome como suya, a lo que yo rápidamente correspondí.
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Los secretos de Hades
RomanceEl odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pe...