H. part 30

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Capítulo treinta

Hades

"Su mirada era tan intrigante cada vez que ella posaba sus ojos en mí, la verdad era que no quería saber el por qué ella me miraba de esa manera porque sus ojos me mostraban eso de lo que yo tanto temía, era tan tentador saber cómo se sentía tomarla de la mano sin importar lo que las demás personas pensaran o dijeran al vernos o cuánto eso nos pudiera afectar, pero cada vez que nuestras miradas se encontraban el deseo de hacerlo se volvía más y más mortal e inevitable.

«¿Quiénes son ellos para decir lo que debo y no debo hacer?», pensaba a menudo y con un poco de rabia.

Ellos son la sociedad, me decían por ahí, temía, porque aquellas personas que podrían cortar mis alas y hacerme caer contra el suelo y más allá, eran las personas más cercanas a mí, eran las personas que yo amaba, esas eran las personas que estaban a mi alrededor, mi familia y amigos. Las que me podían dar vida o terminar con ella.

Aunque no tenía muchos amigos temía al rechazo de la sociedad.

Sin saber cómo o cuándo, tú entraste en mí, me hiciste ver que, si sobrevives una eternidad escondiendo y negando las cosas que amas y quieres, todo podría perderse, podrás tener un millón de cosas valiosas a tu alrededor, pero si nunca viviste como quisiste cuando pudiste, entonces nada de eso te sirve porque no te puede devolver lo que alguna vez pudiste tener sin ningún precio de por medio, amor y felicidad.

Siempre miraba un poco más allá, pensando en lo que le faltaba a mi vida, me encontraba tan vacía y metida en la rutina que había olvidado lo que se sentía estar viva, o más bien sentir... hasta que tus ojos me devolvieron a la realidad desconocida.

Tal vez no sea buena en la poesía ni en los poemas, solo trato de desahogar mis penas en esta hoja electrónica, solo trato de sacar lo que siento cada vez que me miras, cada vez que nuestras manos se rozan sin querer y crean esa maravillosa y tan exquisita corriente que me asusta.

Me asustas, me asusta lo que me haces sentir, me asusta que, si no nos llegamos a conocer, no nos lleguemos a lastimar. Porque de eso se trata el amor, de sufrir y disfrutarlo.

Tal vez mis palabras se pierdan en el tiempo y mi aliento se vaya a acabar algún día, pero mi alma siempre vivirá para quererte, para recordarte y sobre todo para estar junto a ti, aunque no esté contigo y solo estés en mis delirios de loca sin manicomio ni locura... "

Cerré mi ordenador cuando sentí que alguien venía, no me gustaba mostrar lo que escribía porque eso era exponerme demasiado.

—¿Hades? —Era el señor Seyhan—. ¿Puedo pasar?

—Adelante —dije poniendo mi ordenador a un lado de la cama.

—¿Querías hablar conmigo? —preguntó un poco preocupado mientras mis nervios incrementaban, aunque trataba de que no fuera muy obvio, debía actuar con cautela.

—Sí —dije sentándome mejor en mi cama, cruzando mis pies mientras hice ademán para que él se sentara—. Es acerca de... Hmm —busqué la foto que había encontrado y que también se había llevado parte de la paz recién obtenida hacían unos meses—, tal vez no es de mi incumbencia, pero encontré esto mientras limpiaba mi habitación el otro día y pues es muy parecido a usted y yo... Hmm —Joder, ¡mis nervios eran cada vez mayores! —. Quería saber si era su pariente o algo... —Le mostré la foto que tenía en mis manos y al hacerlo no pude leer su expresión, podría jurar que él estaba triste, pero también había decepción y un poco de temor.

—No, no conozco ese rostro —Me miró a los ojos y sentí como si todo mi cuerpo se tornara frío, no me gustaba esa mirada en absoluto, sabía que algo no andaba bien—. ¿Dónde encontraste eso exactamente? —preguntó refiriéndose a la foto en mi mano.

Los secretos de HadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora