Capítulo Treinta y tres
Zoe
Pasado
—La verdad no creo que ella esté en este país —habló un hombre con voz grave causada, tal vez, por el consumo excesivo de cigarrillos—, si estuviera aquí ya la tuviera en mis manos y...
—Lo siento, pero no entiendo por qué estamos buscando a una persona que ni siquiera le interesa regresar —dije posando mi mirada en aquel hombre de Cabello negro—, con todo respeto, detesto perder mi tiempo y la verdad es que siento que es lo que estoy haciendo desde hace tres meses, sin rastros, ni siquiera tenemos su nombre y...
—¡Basta! —gruñó enojado el hombre de aproximadamente treinta y tres años de edad —. Tú no sabes nada, pero te aseguro que lo sabrás cuando la tenga entre mis manos, te aseguro que sabrán, ustedes dos por igual, que esto valdrá la pena —Su voz ronca y pausada hacía eco en aquella habitación casi oscura—, ¿o acaso no quieres saber quién fue el responsable de que toda tu familia muriera esa noche, Zoe? ¿No quieres conocer el rostro de la persona que te ha causado tanto dolor? —preguntó cortante y sus palabras surtieron el efecto esperado, las lágrimas empezaban a asomarse en mis ojos.
No quería sentir ese sentimiento de sed de venganza, no quería sentir el deseo de hacer pagar a esa persona con mis propias manos con el máximo dolor posible Pero no lo podía evitar, todo eso estaba en mi interior, cada gota de querer revancha existía en mí.
—¿No es así, Kore? —preguntó él dirigiéndose a la chica de ojos verdes a mi lado, quien ya estaba en busca de aquella chica misteriosa antes que yo, tal vez la mitad de su vida la había gastado en ese propósito.
—Así es, Cris...
Hades
Estaba tan enojada con Kore que ni siquiera me detuve a pensar. Aunque la verdad era que no había nada de malo en invitar a Zoe a pasar el día con nosotros, sabía que Kore moría de celos, pero la verdad era que me molestaba ver cómo actuaba algunas veces.
—Por mí no hay ningún problema —dijo la chica de ojos verdes que estaba en frente mío—, la verdad no me importa —Y dichas esas palabras simplemente dio la vuelta y desapareció por la puerta que daba paso a la gran mansión Seyhan.
—Si quieres puedo prestarte ropa mía, así no tienes que ir a tu casa y perder más tiempo —Intenté suavizar el ambiente que había dejado Kore entre la chica de ojos azules y yo.
—Es muy bonito de tu parte, Hades, pero esta vez voy a preferir quedarme —dijo con un poco de pena y, de seguro, todo por culpa de Kore, de verdad que esa chica no sabía comportarse—, además, tengo muchas cosas que hacer y creo que es mejor que me quede porque no quiero incomodar a Kore, pero gracias por la invitación —dicho esto se acercó y besó mi mejilla—, adiós.
Luego de que Zoe se fuera, ni siquiera quería entrar a la casa, ya que allí afuera todo se sentía tan en paz, la brisa jugando con mi pelo y posándose en mi piel, junto al leve y casi inexistente sonido del agua de la piscina moviéndose al compás de la brisa y para hacerlo todo más genial, la luna empezaba a salir en cuanto el tiempo iba pasando.
Pero como en la vida, todo tiene su final.
—¿Piensas quedarte aquí y morir de frío? —La voz ronca de Kore hizo que saliera de mi trance—. ¿O vas a venir a ayudar a empacar?
No dije nada y me paré del césped donde me había sentado para estar más tranquila y liberada, y empecé a caminar sin siquiera dirigir una mirada a la castaña de ojos verdes, quien solo se limitó a mirarme y cerrar la puerta detrás de mí.
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Los secretos de Hades
RomanceEl odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pe...