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POV Omnisciente

-Echaste el pie de limón que prometimos que llevaríamos a la cena?.-Preguntó Jaime cuando estaban dentro de su auto, pero todavía no comenzaba a conducir.

-Sí.-Respondió Nicolás con un puchero.-Por qué tengo que darles mi pie de limón?

Jaime sonrió por lo malcriado que estaba su novio para luego hablar.

-Porque se lo prometimos a mis padres.-Dijo el enojón comenzando a conducir mientras sentía como su pololo lo miraba fijamente.-Pero de vuelta a la casa, pasamos a comprar los pie's que quieras, si?

Nicolás asintió para luego darle un pequeño beso rápido en los labios.

-Crees que vaya Edgar con Manuel?.-Preguntó el moreno tomándose un momento para luego seguir hablando.-Todavía no entiendo porqué querían ir a las cenas o como supieron donde vivían tus padres, pero ahora casi siempre van.

-Son psicópatas, o al menos Manuel lo es y Edgar solo lo acompaña.-Dijo el señor Navarro mirándolo un par de segundos.-Aunque siendo sincero, haría lo mismo si tú quisieras, así que entiendo al Edgar. Y hablando sobre si van a ir, puede ser, no me han llamado ni nada.

-En serio harías eso por mí?.-Preguntó el pequeño moreno observándolo por unos segundos.

-Claro que sí.-Respondió el jefe de Nicolás con una pausa.-Iría al fin del mundo contigo si es lo que quieres.

Nicolás lo observó por varios segundos para luego hacerle cariño en la parte de atrás del cuello a su novio, sintiendo como este se relajaba.

-Te amo, Jaime.-Dijo el pequeño secretario, no apartando en ningún momento su mirada de su enojón.

-Yo también te amo, cariño.-Dijo el jefe de Kindred Spirits con una ligera sonrisa, no despegando su mirada del camino.

Jaime sintió como su novio le dio un beso en el cuello, causando que sonriera aún más.

-Te estoy distrayendo?.-Preguntó el secretario de Jaime en un murmuro, cerca del cuello de su pololo.

-No.-Respondió Jaime para luego sentir más besos en su cuello, causando que se relajara aún más por aquél gesto.

-Te odio.-Murmuró Nicolás divertido todavía muy cerca de su cuello.

-Mmm, se nota.-Dijo el enojón con una leve sonrisa, queriendo besar a su novio en ese mismo instante.

-Falta mucho?.-Preguntó el moreno, no queriendo apartarse de su novio.

-Cariño, te sabes el camino de memoria.-Dijo el señor Navarro tomándose un momento para luego seguir hablando.-Falta poco, por qué?

-Quiero ir a tu antigua habitación.-Dijo el pequeño moreno casi en un susurro cerca del oído de Jaime. Cuando este último escuchó esto, comenzó a conducir más rápido, causando que Nicolás se riera y se acomodara en su asiento.-Parece que no soy el único que quiere ir.

-Siendo sincero, solo quiero hacerte mío en la parte de atrás del auto o acá mismo, pero no lo hago solo porque quiero que estés cómodo.-Dijo el jefe de Nicolás mirando a este por unos cuantos segundos para luego mirar el camino.

-Tan romántico, mi enojón.-Dijo el pequeño secretario con una leve sonrisa para luego darle un beso en la mejilla.

-Sabes que no me gusta que me digas así.-Dijo el jefe de Kindred Spirits con el ceño fruncido.

-Y es por eso mismo que te digo así.-Dijo el secretario del enojón con una pausa.-Además, quería colocarte un apodo, ya que no te gustó Jaimelito.

-Si me haces escoger entre Jaimelito o enojón, definitivamente prefiero enojón.-Dijo Jaime, pensando en su decisión un poco.

-Lo sé, así que tengo derecho a decirte así, mi enojón.-Dijo Nicolás con una sonrisa.

-Esta bien, amor.-Dijo el enojón, rindiéndose, sabiendo que su novio no dejaría de decirle así.

Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que Nicolás habló.

-Tengo que confesarte algo.-Dijo el moreno tomándose un momento para luego seguir hablando, sabiendo que tenía toda la atención de Jaime en aquél momento.-Igual me gustaría hacerlo en un auto.

Todo en el interior del auto se quedó en completo silencio, al menos hasta que Jaime se estacionó a un lado del camino. Echó su asiento hacia atrás y el moreno no se tardó en sentarse encima de la entrepierna de Jaime, sintiendo como este besaba su cuello y le hacía chupones también.

Lo que pasó después, se puede resumir en gemidos, gruñidos, vidrios empañados, el sonido de las embestidas fuertes y una mano marcada en el vidrio del auto.

Cuando Jaime y Nicolás llegaron, se habían retrasado casi una hora, causando que todos se extrañaran por eso.

-Por qué se demoraron tanto?.-Preguntó la mamá de Jaime algo curiosa y preocupada, ya había creído que algo les había pasado, y claramente algo les pasó.

-Hay mucho tránsito.-Respondió Jaime rápidamente, encontrando una excusa perfecta mientras sentía como su novio le arreglaba un poco la ropa, haciendo que tuviera una sonrisa cómplice.-La mordida que me hiciste, no se quitará en mucho tiempo, cariño.

El moreno lo miró unos segundos y se sonrojó para luego seguir arreglándole la ropa.

-Estás seguro? Porque...

-Es la verdad.-Dijo Manuel quien había llegado hace una hora antes.-Nosotros habíamos salido con anticipación.

La suegra de Nicolás pareció aceptar esa excusa, ya que no dijo nada más.

-Me deben una.-Dijo Manu con una ligera sonrisa, cerca de ellos solo para que estos escucharan.

Jaime sonrió mientras tomaba la mano de su novio, quien todavía seguía sonrojado.

-Y donde está el Edgar?.-Preguntó Nicolás cambiando el tema de inmediato, solo para no sonrojarse más.

-Está en el patio.-Dijo Yelo tomándose un momento para luego seguir hablando.-Vamos, si es que quieren, o van a ir a la pieza antigua de Jaime?

Esto último lo dijo con una ceja enarcada. No era muy difícil saber lo que hacían en aquella habitación.

-No somos tan calientes.-Dijo el moreno intentando defenderse.

-Sí, lo que digas.-Dijo su mejor amigo con una pausa, caminando junto a sus amigos hacia afuera.-Haré como que te creo.

-Estás celoso no más, solo porque tienen visita los dos en donde viven y no les sale cachita.-Dijo el enojón también defendiéndose. Bueno, ni siquiera se estaba defendiendo, estaba defendiendo a Nicolás, que sabía que le molestaba hablar de su vida sexual con alguien más que no sea él.

-Cállate culiao.-Dijo Manuel mirándolo unos segundos.

-Claro, háblale así a tu jefe no más.-Dijo el señor Navarro sarcásticamente y con una pausa.-Cuando me dejaron de respetar?

-Te dejamos de respetar cuando supimos lo enganchado que estabas de Nicolás.-Dijo Manu tomándose un tiempo para luego continuar hablando.-Ó sea, nunca te respetamos.

Jaime se rió por varios segundos pero no dijo nada sobre eso, solo porque Manuel tenía razón.

Liebe (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora