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POV Omnisciente

Había pasado otro mes y el moreno ya había notado como Adam pasaba bastante tiempo en la oficina de Jaime, y cuando estos salían a almorzar, salían arreglándose la ropa y el pelo, causando que Nicolás supiera que pasaba adentro de la oficina.

"Bueno, fue muy fácil olvidarme" pensaba el moreno siempre, sabiendo que aquello era cierto.

El moreno igual había conocido a alguien pero no se había besado con él y menos se había acostado. Solo eran amigos que a veces salían.

Ese día el enojón llegó junto a Adam, causando que el moreno desviara la mirada.

-Buenos días, Nico.-Dijo Jaime observándolo un par de segundos y notando como tenía un anillo en su dedo anular. No era el que le había regalado, era obvio.-Y ese anillo? No lo había visto antes.

-Eh, me lo regalaron.-Contestó Nicolás mirándolo un par de segundos para luego mirar el anillo y acariciarlo un poco. Se notaba que le tenía cariño.-Eh, Jaime, puedo hablar algo contigo?

El enojón asintió y le hizo un gesto a Adam para que entrara a la oficina no más. Este último cerró la puerta y el enojón miró a Nicolás.

-Qué pasa?.-Preguntó el enojón algo curioso e interesado.

-Quería saber si terminaba mi trabajo rápido, podría tener la tarde libre.-Dijo el moreno siendo completamente directo.

-Ah si? Y por qué?.-Cuestionó el señor Navarro mucho más interesado ahora.

-Es que voy a salir con un amigo y solo quería descansar un poco antes.-Dijo el pequeño moreno diciendo la verdad, claramente.

El enojón de inmediato se tensó y habló.

-Tiene que cumplir la jornada, Gaule, no hay tratos especiales...

-En serio? Pero a Adam...

-No hay tratos especiales.-Remarcó el jefe de Nicolás bastante serio y duro con este.

-Sí, lo siento.-Dijo el pequeño secretario en un tono más bajo.-No volverá a pasar, fue estúpido pensar que las cosas serían como antes.

Jaime lo observó por unos segundos pero no le dijo nada más, solo entró a la oficina y cerró la puerta fuertemente.

El moreno tapó su cara con sus manos e intentó pensar claramente. Ese mismo trato había estado desde que terminaron y el moreno sentía que ya no podía más.

Creía que haber terminado con Jaime hubiera sido bueno para ellos, así podrían ser amigos y cuando quisieran volver, su relación iba a ser más fuerte, pero se equivocó, como siempre.

Luego de eso, comenzó a trabajar mientras escribía algunas cosas en uno de sus cuadernos. Ese día había llevado todas sus croqueras, por si se aburría, podría ver sus dibujos y como habían cambiado.

Una hora antes de ir a almorzar, vio sus croqueras. Las primeras eran bastante felices, pero mientras pasaban el tiempo, eran cada vez más tristes. La última croquera que usó, ya era casi suicida y esa la había terminado en ese mes.

El moreno se levantó de su silla y fue a la oficina de Jaime. Abrió la puerta, sin ni siquiera tocar y este último se estaba besando con Adam, y claro que cuando el enojón lo vio, se separó.

-Acaso no sabes tocar la puerta, Gaule?.-Preguntó Jaime con el ceño fruncido, volviendo a tener aquél tono duro.

-Lo siento.-Dijo Nicolás tomándose un momento para luego seguir hablando.-Solo le tenía que decir algo.

-Bien, eh, Adam puedes salir...

-No es necesario, es algo corto.-Dijo el moreno con una pausa, mirando unos segundos a Jaime para luego desviar la mirada.-Presento mi renuncia.

-Q-Qué? Pero...

-Eso es perfecto, Jaime, yo podré ser tu secretario.-Dijo Adam interrumpiéndolo.

-Cállate Adam.-Gruñó el enojón de repente, con una pausa.-Se puede saber porqué?

-Esta compañía ya no es lo que busco.-Respondió el pequeño moreno, causando que Jaime recordara la entrevista.-Lo lamento.

Apenas dijo eso, salió de la oficina y cerró la puerta. Guardó solo su Notebook, se sacó la tarjeta de acceso y la dejó en su mesa. Luego de eso, llamó al ascensor y este llegó de inmediato. Entró y solo apretó el botón del primer piso. Después de varios segundos, salió del ascensor y luego se fue de la empresa.

No quería estar en la empresa, no quería estar en Santiago ni quería estar en Chile.

Caminó hacia el parque que lo relajaba y se sentó en el pasto. Pasó al menos una hora, mientras observaba todo. Las parejas felices, las familias y amigos.

Alguien se sentó al lado de él y el moreno lo miró.

-Hola Francisco.-Dijo Nicolás con una leve sonrisa, observándolo un par de segundos.-Me estás siguiendo?

-Es hora de almorzar, te fui a buscar al trabajo pero dijeron que no estabas.-Dijo el recién nombrado mirándolo por varios segundos.

-Bueno, de hecho, renuncié.-Dijo el moreno ya no teniendo esa sonrisa, sintiendo como su amigo pasaba un brazo por sus hombros, causando que se apoyara casi en su pecho.

-Sé que no quieres hablar de eso, así que cambiemos de tema, cariño.-Dijo Francisco, haciendo que recordara a Jaime.

-No me digas cariño o amor.-Dijo el pequeño moreno con una pausa.-Cualquier otro apodo menos eso, no me gusta que me digan así.

Francisco lo miró para luego colocarlo abajo suyo y hacerle cosquillas.

-Y cómo quieres que te diga? Mi morenito? Mi pie de limón?.-Preguntó su amigo riéndose mientras seguía haciéndole cosquillas, escuchando como el moreno se reía también.-Mi canela pasión?

-P-Para.-Le rogó su pequeño amigo mientras intentaba no reírse.

-Cómo te digo?.-Cuestionó Francisco todavía haciéndole cosquillas para luego parar, viendo como Nicolás se reía.

-No sé.-Dijo Nicolás todavía riéndose mientras sentía como le dolía el estómago.

-No te diré "no sé".-Dijo su amigo observando el rostro de Nicolás y notando lo cerca que estaban.-Puedo...

El moreno no lo dejó hablar y se acercó un poco más a él para luego sentir sus labios sobre los de Francisco. Cerró los ojos y comenzó a besarlo en un ritmo lento, sintiendo como este último le correspondía y hacía que se recostara en el pasto para besarlo mejor.

Y Nicolás por fin no se sintió mal por ese momento, sintiendo como Francisco acariciaba ligeramente su mejilla. Cuando se separaron, se miraron unos segundos a los ojos.

-Tengamos una cita.-Le propuso Francisco, viendo como Nicolás asentía rápidamente para después volver a besarlo.

Liebe (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora