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POV Omnisciente

-Te amo.-Volvió a decir Jaime, acariciando la mejilla de su novio con delicadeza.

-Yo también te amo mucho.-Dijo Nicolás con unas pequeñas lágrimas, sintiendo como Jaime las limpiaba.-Te necesito.

-Yo también te necesito.-Dijo el enojón, mirando los brazos de Nicolás, notando las cicatrices, sintiendo un dolor por todo su cuerpo.

Nicolás notó como su novio miraba sus cicatrices, causando que las ocultara.

El enojón lo miró a los ojos por varios segundos, para luego tomar las manos de Nicolás y obligarlo a que le mostrara las muñecas. Las cortadas que tenía, solo eran cicatrices, no había ninguna nueva.

Nicolás creyó que Jaime le iba a gritar pero en vez de eso, besó cada una de las cicatrices que tenía, causando que sintiera un escalofrío por todo su cuerpo.

-No quiero que lo vuelvas a hacer, si?.-Preguntó el señor Navarro delicadamente, para luego seguir besando las cicatrices.

-No lo volveré a hacer.-Respondió el moreno con una pausa.-Te lo prometo.

Jaime asintió y siguió besando cada cicatriz. Cuando terminó de hacerlo, se acercó al rostro de Nicolás y ahora besó este por toda su cara, dejando los labios del moreno al final.

-Quiero que seas mi secretario, cariño, no de Iván ni nadie más, solo mío.-Murmuró el jefe de Kindred Spirits con la voz un poco ronca, remarcando la palabra "mío".

Al escuchar eso, el corazón de Nicolás se aceleró, no sabiendo que decirle.

-Pero si soy tu secretario, igual sería raro que siga viviendo acá, y estoy juntando plata para...

-Vive conmigo.-Dijo Jaime interrumpiéndolo.-No me llevé ningún mueble de mi casa y debe estar limpia, ya que cada semana va alguien para limpiarla.

-Seguro? Igual puedo buscar un departamento barato mientras...

-Te dije que te remendaría todo lo que pasó.-Dijo el enojón con una pausa.-Ya no vivirás en moteles ni en departamentos baratos. Tendrás una casa, conmigo, o bueno, si quieres que te compre una casa para ti solo, no me importaría, así que tú dime no más...

-Sí quiero vivir contigo.-Dijo el pequeño moreno tomándose un momento para luego seguir hablando.-Y quiero ser tu secretario.

Jaime sonrió para luego colocar la mano en la parte de atrás de su cuello, para luego besarlo en un compas apasionado, sintiendo como su novio le correspondía aquello.

De repente sintieron como alguien entraba con desesperación a la habitación, causando que se separaran casi de inmediato.

Iván se quedó algo impactado cuando los vio besarse.

-E-Eh, yo...irme...ahora.-Dijo Iván completamente sorprendido de que Nicolás haya perdonado tan rápido a Jaime, así que cerró la puerta fuertemente.

-Bueno, eso fue mucho mejor de lo que creí.-Dijo Jaime siendo sincero con una pausa.-Para alguien que te ha amado hace muchos años, yo apenas soporté verlos tomados de las manos y él, pareciera que ya lo aceptó.

-Sabe que yo te necesitaba a ti.-Dijo Nicolás mirándolo fijamente a los ojos.-Aunque siempre él me dijera que yo me merecía algo mejor, yo no podía dejar de amarte.

-Sí, bueno, Manuel piensa lo mismo, Edgar también y probablemente todos.-Dijo el enojón observándolo por varios segundos.-Yo también lo creo.

-Yo no lo creo.-Dijo el moreno siendo completamente sincero.-Nunca lo creí, solo te quería a ti. Sé que Manuel está completamente resentido contigo, Edgar tal vez un poco, pero creo que en el fondo, los dos quieren que todo sea como antes.

-A mí también me gustaría que todo sea como antes.-Dijo el señor Navarro siendo honesto.

-Yo también.-Dijo el pequeño moreno, mirándolo a los ojos.-Y puede que lo volvamos a ser.

Jaime no le respondió, solo lo siguió observando.

Su Nicolás había cambiado, lo sabía. Este se veía muy cansado, tenía ojeras y los ojos un pocos hinchados. Estaba más pálido y flaco, y eso no le gustaba para nada al enojón.

Claro que todavía no sabía de los ataques de pánico.

Jaime ya no tenía de esos, y ahora su pololo sí.

Aún así, lo encontraba hermoso, siempre lo encontraría así.

-J-Jaime, por qué me estás miran...

-Ven.-Dijo el jefe de Nicolás, volviendo a tomar la parte de atrás del cuello de este para volver a besarlo, causando que el moreno se sorprendiera un poco para luego responderle el gesto de amor.

Estuvieron varios minutos así y el moreno sintió como Jaime con la otra mano acariciaba su torso por debajo de la polera. Nicolás luego sintió como el enojón le mordía su labio inferior, causando que gimiera por la sorpresa, haciendo que Jaime se separara con una sonrisa en sus labios.

El enojón no le dijo nada, vio como el moreno se sacaba la polera, causando que Jaime lo observara con atención. Luego de eso, cuando tenía el torso de Nicolás a su disposición, comenzó a darle besos en el cuello, causando que el moreno gimiera no tan sonoramente, pero el enojón los escuchaba, haciendo que se excitara un poco.

Luego de unos minutos, comenzó a hacerle unos chupones en el cuello, marcándolo como suyo.

Los pantalones y calzoncillos de Jaime comenzaron a molestarle, causando que Nicolás se diera cuenta de eso. Así que mientras Jaime le hacía chupones, el moreno le empezó a desabrochar los pantalones al enojón. Cuando pudo hacer esto último, se los bajó y también hizo esto con los calzoncillos, dejando el miembro de Jaime al exterior. El moreno dejó al enojón abajo suyo, causando que este viera con atención lo que hacía.

El moreno tomó el miembro de Jaime y comenzó a masturbarlo lentamente, haciendo que su novio gruñera. Luego comenzó a lamer el glande de este mientras lo seguía masturbando.

Pasaron varios minutos así, para que  después Jaime hablara.

-Todo.-Gruñó Jaime, colocando su mano en el pelo de su novio, sintiendo como este mantenía su miembro en su boca el tiempo que podía, mientras que el enojón se movía un poco dentro de su boca.

Después de varios segundos, el moreno sacó el miembro de su boca.

Hubo varias veces donde Nicolás se metió el pene de Jaime por completo a la boca, causando que este no soportara mucho más y llegara al clímax en la boca del moreno.

Obvio que Nicolás no tuvo ningún problema en tragárselo, ya lo había hecho muchas veces.

Liebe (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora