Liebe (Jainico)

40.-

POV Omnisciente

Cuando llegaron a la casa, se sentaron en uno de los sillones del living y de inmediato, Nicolás comenzó a decirle todo, exactamente todo, sin evitar algún detalle. Jaime no decía nada, solo escuchaba todo con atención.

Cuando terminó de contarle todo a su novio, este se quedó en silencio unos pocos minutos, causando que el moreno temiera por su reacción.

-Por qué sigues conmigo?.-Preguntó Jaime de repente, causando que el moreno lo mirara con atención.-Todo lo que hice, todo lo que no hice, siempre terminaste herido. Por qué seguir conmigo después de todo eso?

-Porque te amo.-Respondió Nicolás tomándose un momento para luego seguir hablando.-Porque a pesar de todo eso, me duele más estar lejos de ti que lo que haces o no.

Jaime lo observó varios segundos para luego taparse la cara con sus manos, intentando asimilar todo.

-Te engañé con Matías y me perdonaste.-Dijo el enojón con una pausa.-Te grité en nuestro aniversario y me perdonaste. Te dejé por tres años, en donde sufriste mucho y me perdonaste. Le coqueteé a Castiel y me perdonaste. Te grité y te dije que no te necesitaba y luego de dos meses y medio, me perdonaste y volviste conmigo. Y ahora, no te recuerdo y sigues conmigo a pesar de todo. Cómo... cómo puedes soportarlo? No entiendo, no...

-Jaime, la respuesta será siempre porque te amo, estoy enamorado de ti y eso no cambiará por nada.-Dijo el moreno con una pausa.-No estamos casados pero siempre estaré contigo en la salud y en la enfermedad.

Se quedaron en silencio por unos pocos minutos.

-Qué pasa si no recuerdo todo? Qué pasa si no te puedo... amar?.-Preguntó el señor Navarro por fin sacándose las manos de la cara.

-Yo creo que cuando los dos estemos seguros de eso, terminaremos con todo esto.-Dijo el pequeño moreno sintiendo dolor en cada parte de su cuerpo, más aún en su pecho.-Yo creo que para hacerlo más fácil, me iré de acá, probablemente no siga trabajando contigo, para que cortemos todo de una vez, para que sea menos doloroso, al menos para mí.

-De verdad quiero amarte.-Murmuró el jefe de Nicolás mirándolo fijamente.

-Pero la cosa no es querer, es sentir.-Dijo el pequeño secretario bajando la mirada.

Volvieron a quedarse en silencio unos pocos segundos.

-Voy a ir a acostarme, vienes?.-Preguntó el jefe de Kindred Spirits, sintiéndose muy cansado pero no físicamente, psicológicamente. Quería recordar a Nicolás, necesitaba hacerlo, pero no sabía como.

-Me quedaré leyendo un rato.-Dijo el secretario del enojón, no diciendo la verdad.

-Esta bien, buenas noches, cariño.-Dijo Jaime, dándole un pequeño beso en los labios para luego irse a la habitación.

El moreno, apenas escuchó como Jaime cerraba la puerta, comenzó a llorar silenciosamente.

-Por favor recuérdame.-Dijo Nicolás para sí mismo.-Por favor, no me quiero ir.

Al día siguiente

El enojón despertó, y cuando miró a su lado, el lado de su novio ni siquiera estaba desordenado. El moreno no había ido a dormir.

Se levantó, se vistió, salió de la habitación y bajó la escalera. Fue al living y ahí estaba su novio, pero no estaba leyendo, ni durmiendo, ni siquiera viendo televisión. Lo estaba esperando y estaba con sus maletas.

-Nicolás qué...

-Hay que hacer esto rápido.-Dijo el recién nombrado de repente, levantándose del sillón pero no mirando a Jaime.-Lo estuve pensando, Jaime, y yo no creo que me recuerdes, y que menos me ames.

-Nico no...

-Lo siento.-Murmuró Nicolás, tomando sus maletas.-Y-Yo solo quería despedirme.

Luego de haber dicho eso, se dirigió a la puerta. Antes de salir, miró unos segundos a Jaime para luego irse.

Al menos había abierto el portón antes.

Jaime lo observó salir de la casa, y en ese momento esta se sintió más solitaria que nunca, y él también se sentía así.

-Mierda, recuerda!.-Se dijo a sí mismo Jaime, sintiéndose desesperado.-No lo quiero perder!

Se quedó unos segundos en silencio para luego hablar.

-No quiero estar solo!.-Casi gritó el enojón con los ojos aguados.-Por favor. Lo quiero.

Pasaron varios segundos, y de repente Jaime comenzó a sentirse mareado. Se apoyó en una de las paredes, y apenas hizo eso, pasó algo raro.

Los recuerdos pasaron rápidamente por su mente, recordando cada momento con Nicolás. La primera vez de este, la fallida propuesta de matrimonio, la desesperación de no saber donde estaba su novio.

Y por fin sintió aquello que quería tanto.

Amaba a Nicolás, lo amaba demasiado.

De inmediato, tomó sus llaves con el control del portón para luego salir corriendo detrás de Nicolás. Solo esperaba que este no haya tomado un taxi.

De repente vio a Nicolás a lo lejos, así que se apuró aún más.

-Nico!.-Gritó Jaime, causando que este se diera vuelta y lo mirara.

Cuando llegó a su lado, lo miró por varios segundos para luego besarlo apasionadamente, causando que el moreno se extrañara pero igualmente le correspondió.

Cuando se separaron, Jaime acarició las mejillas de Nicolás delicadamente.

-No me dejes.-Murmuró el enojón observándolo por varios segundos.

-Jaime yo no...

-Te amo.-Dijo el señor Navarro tomándose un momento para luego seguir hablando.-Recordé todo, Nico, y te amo.

Los ojos de Nicolás se aguaron de felicidad y apenas pudo hablar.

-Y-Yo también te amo.-Dijo Nicolás, sintiendo como su novio le limpiaba las lágrimas.

-Vamos a nuestra casa, amor.-Dijo el jefe de Nicolás, mirándolo por un par de segundos para luego darle un beso de varios segundos.

Cuando iba a comenzar a caminar hacia la casa, Nicolás lo abrazó fuertemente, causando que Jaime le devolviera el gesto.

-Te extrañé.-Murmuró el moreno, no queriendo soltar a Jaime.

-Te dije que te iba a recordar.-Dijo el jefe de Kindred Spirits con una pausa.-Y de alguna manera, Nico, sí me estaba volviendo a enamorar de ti, pero al igual que tú, no lo diferencié.

-Creí que no me ibas a recordar.-Dijo el pequeño moreno sinceramente.-No sabía que hacer, no me quería ir, no quería alejarme de ti.

-Y no lo vas a hacer.-Dijo Jaime, separándose del abrazo entretanto lo miraba fijamente.-Vas a quedarte conmigo, por siempre y para siempre.