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POV Omnisciente

Ese día, Jaime se quedó a dormir, solo porque no quería dejar solo a Nicolás, cosa que alegró mucho a este. Nicolás abrazó al enojón para luego dormirse, sabiendo que posiblemente cuando despertara, su novio seguiría ahí.

Cuando el moreno despertó, sintió a alguien besando su rostro, causando que creyera que era Iván. Claro que abrió los ojos y vio a Jaime, causando que recordara lo que había pasado el día de ayer. También agradecía no haber dicho el nombre de su ex novio, porque ahí sí que Jaime pensaría que tuvo algo con Iván.

-Buenos días, cariño.-Dijo Jaime observando a su pololo.

-Buenos días, Jaime.-Dijo Nicolás con una ligera sonrisa, acomodándose un poco más contra su pareja entretanto volvía a cerrar los ojos.

-Tenemos que levantarnos, amor.-Dijo el enojón tomándose una pausa para luego seguir hablando.-Ya empaqué tus cosas y te dejé ropa para cambiarte después de que te bañes.

-Tengo mucha flojera...

-Después de que vayamos a comprarte ropa y todas las cosas que necesites, podrás dormir.-Dijo el señor Navarro interrumpiéndolo, sabiendo lo que iba a decir.-Tienes muy poca ropa, acaso... La vendiste?

-Necesitaba plata y nadie me quería contratar, no me juzgues.-Dijo el moreno, dándole una respuesta muy clara.-Mis muebles, algunas cadenas y pulseras de plata también.

-Y la que yo te di?.-Cuestionó el jefe de Nicolás, sintiendo ese dolor por todo su cuerpo otra vez, sabiendo que todo eso era su culpa, por haber sido tan necio y no haberse quedado ese día en especial.

-La sigo teniendo.-Respondió el pequeño moreno siendo muy sincero con su novio.

-Por qué no quisiste venderla?.-Preguntó el jefe de Kindred Spirits, acariciando la mejilla de Nicolás cuidadosamente.

-Porque a pesar de los años, seguía siendo especial para mí.-Contestó el pequeño secretario después de varios segundos mientras que abría los ojos.-Y lo sigue siendo.

-Y donde la tienes entonces? No la encontré acá.-Dijo Jaime algo confundido, observando a su novio.

-Iván la dejó guardada en uno de sus cajones.-Dijo el secretario de Jaime volviendo a tomarse una pausa.-Aunque signifique mucho para mí, me la saqué hace mucho tiempo, cada vez que la veía me recordaba a ti y eso me hacía mal, o al menos eso dijo Manuel e Iván.

El enojón lo miró por varios segundos para luego asentir.

-Me voy a ir a bañar, no quieres venir?.-Preguntó Nicolás levantándose para luego mirar a su novio.

-No, cariño, me bañaré en nuestra casa.-Respondió el enojón también levantándose para vestirse.

El moreno asintió para luego sacarse los boxers y dejarlos en la cama. Luego de eso, caminó hacia el baño mientras sentía como Jaime lo observaba, o al menos miraba su trasero.

Nicolás se apuró un poco y entró al baño para luego cerrar la puerta con pestillo.

-Nico, déjame entrar.-Gruñó el señor Navarro con la voz ronca, intentando abrir la puerta.

-Tú no quisiste venir a bañarte.-Dijo el moreno tomándose una pausa para luego seguir hablando.-Así que no es mi culpa, yo me bañaré solo.

-Cariño, te necesito.-Dijo el jefe de Nicolás todavía con la voz ronca, diciendo lentamente aquellas palabras, causando que el moreno sintiera su cuerpo estremecer.-Te necesito ahora mismo.

-Y qué ganaría yo si abro la puerta?.-Preguntó el pequeño moreno, sintiendo como se comenzaba a excitar, causando que se comenzara a masturbar lentamente, haciendo que gimiera.

-Placer, amor, tú sabes eso.-Respondió el jefe de Kindred Spirits sacándose los boxers, notando como tenía una erección muy dolorosa en ese momento.-Cariño, abre la puerta.

-J-Jaime.-Gimió el pequeño secretario mientras se seguía masturbando, haciendo que al enojón le doliera aún más su erección. Era obvio que todavía no le abría la puerta.

-Cariño, por favor.-Dijo Jaime rogándoselo, sabiendo lo necesitado que estaba por tocar a su moreno.-Sácale el seguro a la puerta.

-O-Oh dios.-Volvió a gemir el secretario mientras se masturbaba un poco más rápido.-M-Mierda.

-No te atrevas a correrte, cariño.-Dijo el enojón en un tono demandante ahora.-Abre la puerta, no volveré a decirlo otra vez.

-J-Jaime, te necesito dentro mío.-Dijo Nicolás tomándose una pausa para luego seguir hablando, viendo como su glande estaba ligeramente rojo.-Tan fuerte y duro. Solo unas embestidas así, Jaime, y te juro que llegaré al clímax, y después que lo haga, porque créeme que lo haré, quiero que me sigas embistiendo así, y probablemente eso me hará correrme otra vez.

Cuando terminó de decir eso, no abrió la puerta pero tampoco escuchó a Jaime, causando que estuviera algo curioso de lo que este estaba haciendo. De repente la puerta se abrió fuertemente, causando que se sobresaltara un poco.

Jaime había forzado la manija.

El enojón lo miró por unos segundos para luego acercarse rápidamente a él. Tomó a Nicolás por la cintura y lo levantó para que luego el moreno entrelazara sus piernas en su cintura. Luego de eso, apoyó a Nicolás en la pared del baño. Jaime besó apasionadamente a su novio mientras que con una de sus manos tomaba su miembro y lo introducía de una en el interior de Nicolás, causando que este gimiera sonoramente y que se apoyara en la espalda de Jaime, rasguñando a este varias veces cuando empezó con las embestidas fuertes, rápidas y completamente duras.

-O-Oh J-Jaime.-Gimió Nicolás aferrándose fuertemente en la espalda de su pareja.

-N-Nico.-Gruñó Jaime muy cerca del oído de su novio, causando que este se volviera a estremecer. Después de eso, volvió a besar casi con desesperación a Nicolás, sintiendo como este le correspondía mientras gemía contra sus labios.

Jaime colocó una de sus manos en el trasero de Nicolás, solo apoyándose un poco más, y con la otra mano, tomó el miembro de su novio y comenzó a masturbarlo él mismo, causando que el moreno no pudiera soportar más.

El moreno, después de varias embestidas duras de Jaime, se corrió en su torso. Aún así, y como le había dicho a su novio antes, este lo siguió embistiendo por varios minutos más, haciendo que el moreno se volviera a excitar por aquello.

-J-Jaime.-Gimió sonoramente Nicolás, llegando al clímax mientras sentía a su pareja muy profundo.

-N-Nico.-Gruñó el recién nombrado para luego correrse en el interior de su moreno, causando que después los dos intentaran recuperar el aliento.

Pasaron unos pocos minutos en silencio, donde el enojón todavía no salía del interior de Nicolás, cuando Jaime habló.

-Definitivamente sí me bañaré ahora.-Dijo Jaime con una ligera sonrisa para luego volver a besar a su novio, sintiendo como este le correspondía.

Liebe (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora