Liebe (Jainico)

Capítulo Especial.

POV Omnisciente

Había pasado un mes desde que había contratado a Nicolás y podía asegurarles que ya estaba completamente loco por este. No había ningún momento donde no pensará en él ni tampoco donde le dejara de coquetear.

Claro que notaba que el moreno había terminado con una relación hace poco. De repente comenzó a pensar en eso, si había renunciado en la empresa de Iván, podría ser que el pequeño moreno hubiera estado con alguien de ahí, y tal vez esa era una de las razones de porqué se había ido de aquella compañía.

Jaime se encontró pensando bastante eso, y no le gustaba para nada. Claro que confirmó sus sospechas cuando hizo una fiesta en la compañía.

El enojón se había ido a cambiar a su casa y luego volvió a la compañía, para darse cuenta que ya había llegado gente para la fiesta. Habían camareros entregando copas con champaña y luego en las mesas había cerveza, cosa que era formal/informal.

Jaime saludó a algunos de sus socios cuando vio a Nicolás. Cuando vio a este último, sonrió ligeramente y se iba a acercar hasta que vio como Iván hablaba con el moreno y le decía algo en el oído, causando que este se sonrojara. La sonrisa de Jaime desapareció de inmediato y entendió todo finalmente. Iván había sido el novio de Nicolás. Este de repente lo miró y Jaime desvió su mirada, solo para después ir a buscar cerveza.

Se tomó al menos tres al seco cuando sintió como alguien le tocaba el hombro.

-Oh, hola Cas.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, tomándose otra cerveza al seco.

-Estás bien?.-Preguntó Castiel algo preocupado. Este todavía no intentaba ser su socio, pero era su amigo.

-Sí, muy bien, acaso no se nota?.-Preguntó el enojón con una sonrisa cínica, queriendo agarrar otra cerveza pero el oji-azul lo detuvo, colocando su mano sobre la suya.

-Jaime, no creo que sea buena idea que sigas tomando.-Dijo Cas siendo muy sincero con él.

Jaime lo miró unos segundos, dejando la cerveza ahí para luego observar a Cas, haciendo que este se colocara un poco nervioso.

-Qué pasa, Jaime?.-Preguntó el oji-azul, mirándolo directamente a los ojos. Era obvio que le atraía el enojón.

-Bueno, si no puedo seguir tomando, necesito una distracción.-Dijo el señor Navarro, todavía observando a Cas y tomando a este de la cintura para acercarlo más a él.

Cas miró un poco los labios de Jaime y luego miró los ojos de este.

-No es buena idea eso tampoco.-Dijo Castiel separándose de él.

Jaime lo miró unos segundos y bajó la mirada.

-Lo siento, de verdad, he tenido tantas weas en la cabeza. No quería incomodarte.-Dijo el jefe de Nicolás siendo sincero con el oji-azul.

-Esta bien, no tienes que pedirme perdón.-Dijo Cas entendiendo a Jaime y colocando su mano en la espalda de este, solo para que supiera que estaba con él.-Mira, si quieres una distracción y que no sea tomar, yo tengo una amiga maraca. Una wea de una noche, o al menos si te gusta, pueden verse cada vez que quieran y listo. Sin compromisos.

-Oh, puede ser.-Dijo el jefe de Kindred Spirits, pensándolo varios segundos.-Tienes su número o...

-Hola.-Dijo alguien de repente al lado suyo, causando que el enojón lo mirara.

-Hola, cariño.-Dijo Jaime con una leve sonrisa, notando que no estaba con Iván. Notó como el moreno fruncía el ceño, así que volvió a hablar.-Verdad, no te puedo decir cariño. Hola, amor.

Cas notó como Jaime miraba al moreno y entendió lo que pasaba. Claro que parecía que el pequeño moreno quería ser difícil con él, así que intentó ayudarlo.

-Entonces Jaime, si mejor no te doy su número y te la presento?.-Preguntó Castiel, notando como Nicolás lo miraba y luego a Jaime y fruncía el ceño.

-Cas...

-De qué están hablando?.-Preguntó Nicolás todavía con el ceño fruncido, observando a Jaime por unos segundos.

-No es nada importante.-Dijo Jaime rápidamente, no queriendo que su amigo le dijera a Nicolás.

-Le quería presentar una amiga.-Dijo Cas, siendo sincero, o más o menos, con Nicolás.

Nicolás enarcó una ceja y miró fijamente a Jaime.

-Ah, entonces me estás engañando?.-Preguntó el moreno de repente, en un tono de broma, pero había algo ahí que Jaime no sabía que era.

-Bueno, amor, no me estás haciendo para nada fácil conquistarte.-Dijo el enojón como si no tuviera otra opción.-Pero tranquilo, no me rendiré en nosotros.

-No hay un "nosotros".-Dijo el pequeño moreno, volviendo a tener aquella actitud difícil que a Jaime a veces le gustaba.

-Eso dices ahora.-Dijo el señor Navarro guiñándole un ojo para luego ofrecerle una cerveza.

-No me ofrecerás champaña?.-Preguntó el pequeño secretario, notando como Cas ya no estaba.

-No creo que te guste mucho la champaña.-Dijo el jefe de Nicolás, todavía ofreciéndole cerveza a este.

Nicolás intentó no sonreír, pero falló y notó como Jaime lo observaba. Luego de eso, tomó la cerveza y la abrió para después tomar un sorbo.

-Acerté, entonces?.-Preguntó el jefe de Kindred Spirits mirándolo con bastante atención.

Era raro que Nicolás hubiera ido a hablar con él, ya que siempre él tenía que empezar la conversación, pero aún así, estaba feliz de que lo haya hecho.

-Sí.-Respondió el secretario del enojón con una leve sonrisa.-Tu amigo ya se fue, no podrás conocer a su amiga.

-No me interesa, estoy haciendo algo más importante.-Dijo Jaime siendo muy sincero con él, causando que el moreno lo mirara y volviera a tomar otro trago de la cerveza.

-Ah si? Qué cosa?.-Preguntó Nicolás algo interesado y curioso.

-Estoy hablando contigo.-Respondió el enojón con una leve sonrisa.

-Ah sí, que buena broma.-Dijo el moreno no creyéndole para nada lo que había dicho.

-Estoy hablando en serio, amor.-Dijo el señor Navarro todavía con aquella sonrisa, viendo y escuchando como su secretario se reía pero no decía nada sobre aquello.

-Ahora que ya no estarás con su amiga, supongo que yo tendré que entretenerte, no?.-Preguntó el pequeño moreno observándolo un par de segundos.

-Me parece una buena idea.-Dijo el jefe de Nicolás con una pausa.-Me lo debes al parecer.

Jaime y Nicolás hablaron por toda la noche, hasta que el moreno dijo que tenía sueño y que se iría a su departamento. Claro que Jaime lo llevó, para que no le pasara nada.

Era claro que Jaime sabía lo de Iván y Nicolás, y cuando este se lo contó, lo recordó de repente y tuvo aquella reacción.