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POV Omnisciente

Cuando ya era de noche, decidieron ir a acostarse, así que Nicolás se sacó la mayoría de la ropa, solo quedando en boxers para después ir al baño a cepillarse los dientes. Cuando terminó de hacer esto, fue a la cama y vio como el enojón ya estaba acostado y lo estaba observando. El moreno lo miró para luego acostarse a su lado, un poco lejos de él, eso sí. El moreno se sintió algo cansado, así que para dormir, le dio la espalda a su novio. Este se quedó inmóvil un poco para luego abrazarlo por atrás, cosa que hizo que se tensara un poco para luego relajarse. Se colocó contra él y sintió el calor de este.

-No estás incómodo, cierto? Te puedo dejar de abrazar si quieres.-Dijo Jaime en un murmuro, haciéndole cariño en el torso.

-Siempre dormíamos así.-Dijo Nicolás casi en un murmuro y con una pausa.-O tú me abrazabas por atrás o yo dormía con mi cabeza en tu pecho y te abrazaba.

-Suena bien hacer eso por siempre.-Dijo el enojón en un susurro, todavía abrazándolo.

Nicolás no dijo nada más pero sintió como su novio le daba varios besos en el cuello, causando que se estremeciera.

-Buenas noches, cariño.-Murmuró el señor Navarro para luego dormirse.

-Buenas noches, Jaime.-Dijo el pequeño moreno para después dormir también, sintiéndose cómodo en ese momento.

Al día siguiente

Cuando el enojón despertó, abrió los ojos y notó como su novio estaba abrazándolo, cosa que hizo que sonriera. No le importaba que no lo recordara, lo quería de alguna manera.

Entendía porqué le había gustado antes Nicolás. Esa semana la había pasado con este último y eso había bastado para que le gustara y lo quisiera.

El enojón lo observó por unos pocos minutos, no sabiendo qué hacer. Se levantaba y le preparaba el desayuno a Nicolás? O se quedaba con él en la cama? Qué es lo que hacía antes?

-Buenos días, Jaime.-Murmuró Nicolás, abriendo los ojos y observando a este para luego cerrar los ojos otra vez, acomodándose más contra él.

-Buenos días, amor.-Dijo Jaime con una leve sonrisa para luego darle un pequeño beso en la frente.-Qué hago siempre? Te preparo el desayuno o...

-Depende.-Dijo el moreno tomándose un momento para luego seguir hablando.-Si tenemos mucha flojera, nos quedamos un rato en la cama. Y otras veces yo preparo el desayuno o tú lo haces.

-Bueno, yo no me quiero levantar.-Dijo el enojón, siendo sincero, acariciando la espalda del moreno.-Y tú, amor?

-Tampoco me quiero levantar.-Dijo el pequeño moreno, todavía no abriendo los ojos.

-Bien, entonces nos quedamos en la cama un rato.-Dijo el señor Navarro, no sintiéndose incómodo.

Sintió la respiración pacífica de Nicolás en su pecho, causando que se relajara un poco.

-Qué hacemos en un día normal en nuestra casa?.-Preguntó el jefe de Nicolás, bastante curioso e interesado.

-A veces vemos películas, otros días, si hace mucho calor, vamos a bañarnos, yo a veces leo y tú me haces cariño, etc.-Dijo el pequeño secretario abriendo los ojos y mirando a Jaime.-A veces tienes un poco de trabajo y yo te ayudo y así.

-Entonces resumen, hacemos todo juntos.-Dijo el jefe de Kindred Spirits con una leve sonrisa.

-Sí, pero no es necesario que lo hagamos ahora, si quieres hacer cosas solo, yo puedo salir y entretenerme en cualquier cosa.-Dijo el secretario del señor Navarro siendo honesto, no sabiendo que querría el Jaime hace seis/siete años.

-Nico, haremos todo como antes.-Dijo Jaime siendo sincero con su pololo.-Nada cambiará.

-Es que no sé como hacías las cosas antes de que yo trabajara para ti, tal vez te gustaba estar solo o salir...

-Supongo que era igual, amor.-Dijo el enojón, interrumpiéndolo, no queriendo que su novio fuera diferente.-Solo seamos los de antes.

El moreno lo observó por varios segundos y asintió.

-Sabes qué? Ayer vi un pie de limón y creo que...

-Es mío.-Gruñó Nicolás de repente, causando que Jaime enarcara una ceja y luego sonriera.

-Oh, ya veo porque me gustaste antes.-Dijo el señor Navarro todavía con aquella sonrisa.-Ni siquiera un pedazo?

-No.-Dijo el moreno con una pausa.-Una vez quedamos muy claro que yo solo estaba contigo por el pie de limón y por la cama. Si me quitas el pie, solo me quedaré con la cama y eso no estaba en el trato.

-Pero te puedo comprar más.-Dijo el jefe de Nicolás casi con un puchero, mirándolo fijamente a los ojos.

Nicolás se rió por varios segundos, causando que Jaime lo observara con atención.

-Esta bien, solo porque me compraras más.-Dijo el pequeño moreno, de repente no recordando que Jaime lo había olvidado y dándole un leve beso en los labios, causando que el enojón se quedara quieto por varios segundos, y fue ahí cuando Nicolás lo recordó.-Oh, lo siento, en verdad, no volverá a pasar...

Claro que no terminó la frase cuando Jaime lo besó en los labios en un ritmo apasionado e intenso, causando que Nicolás le correspondiera y que de repente se colocara encima del boxer de Jaime, haciendo que este se sorprendiera pero no parara el beso por aquello.

El enojón de repente colocó sus dos manos en la cintura de Nicolás, acariciando un poco esta pero no pasando más allá.

Cuando se separaron del beso, Nicolás siguió en la misma posición.

-Tendré que suponer que esta es tu posición favorita.-Dijo el jefe de Kindred Spirits con una leve sonrisa.

-Supongamos que sí.-Dijo el pequeño secretario con una pequeña sonrisa.-Yo también sé tu posición favorita, así que no es necesario que me la enseñes.

El enojón sonrió para luego colocarlo abajo suyo, quedando cara a cara con Nicolás.

-De todas maneras te la iba a mostrar.-Dijo Jaime todavía con aquella sonrisa, acariciando el rostro de Nicolás delicadamente, como si esta vez quisiera aprendérselo de memoria para después nunca olvidarlo.

Cuando terminó de hacerlo, esta vez Nicolás tocó con las yemas de sus dedos las mejillas de Jaime, cuidadosamente.

-De verdad quiero que me recuerdes.-Murmuró el secretario de Jaime cerrando los ojos, como si lo hubiera pedido como un deseo.

Liebe (Jainico) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora