Lo que quiero ver de ti

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El bebé de la casa se moría de risa con cada pedorreta, Charlotte disfrutaba la expresión de su pequeño y sus balbuceos constantes. La campana del horno sonó y lo dejó cuidadosamente apoyado en el sofá. Trató de poner bien la almohada cerca del borde mientras se ponía en pie.

Charlotte: Marlene, voy a coger su leche, mírale tres segundos —fue corriendo a la cocina y la hermanita mayor lo observaba desde el salón. Lucas no tenía más que unos días de vida, era el nuevo ahí y ya tenía toda la atención de sus padres. AJ se estaba arreglando en su dormitorio, era el cumpleaños de la hugger y su presencia había sido requerida por todos al ser una fiesta sorpresa. Él era el encargado de llevar la tarta.

Marlene seguía en su alfombra, mirando la tele y con un ojo puesto en Lucas. Se dio cuenta entonces de que su peluche estaba a su lado. Dejó caer todo con lo que estaba jugando y lo miró de cerca.

Charlotte: Ya estoy —se agachó cerca de su niña y le dio un beso en la cabeza, antes de mover un poco el biberón.

Marlene: ¿No le das teta?

Charlotte: Esta es leche materna —sonrió mirándola y dejó el biberón a un lado. La niña señaló su peluche instantáneamente al ver que Lucas lo tenía cogido amuñado con una mano. La luchadora rio levemente— Déjaselo, le gusta tocarlo. Es muy suavito —la niña se lo arrancó de un tirón, haciendo que el bebé llorara asustado.

Styles: ¿Qué pasa? —se asomó por el salón.

Charlotte: Dáselo un rato, Marlene.

Marlene: ¡Lo llena de baba...!

Charlotte: No pasa nada, si te molesta yo te lo limpio después —cogió a su hijo mientras se ponía en pie con él, y tendió la mano a la pequeña— sé buena, venga.

Marlene: No, es mío —se lo llevó y corrió al pasillo, pero AJ la cogió en brazos rápido y la sentó entre ellos.

Styles: Hey hey hey hey. Tú. Tienes que compartir tus cosas.

Marlene: No...

Styles: ¿Cómo que no, por qué no?

Marlene: Son mis juguetes. Compra más juguetes para él...

Styles: Pues eso no está nada bien; además, demuestras mucho como hermana mayor si le prestas los peluches.

Marlene bajó la mirada y se centró en otra cosa.

Marlene: ¿Dónde vas?

Styles: A un cumpleaños, preciosa. Pero vendré rápido, no tengo muchas ganas de fiesta.

Marlene se zafó hasta que la dejó en el suelo, y se le encaró con sus microdedos.

Marlene: Tú deberías quedarte en casa, con mamá.

Charlotte empezó a desternillarse de risa desde el sillón al oírlo todo, y dedicó una mirada de aprobación.

Charlotte: Bien dicho hija. Yo pienso igual.

Styles: ¿Ah sí, debería quedarme? ¿No puedo salir un fin de semana, que es cuando me libro de trabajar, ni una vez?

Marlene: ¡Nop!

Styles: ¿Y por qué no? Venga, explícame los motivos.

Marlene: ... —Era una pregunta compleja para una niña tan pequeña, Marlene no sabía decir aún frases muy largas. Pero le miraba directamente a los ojos y soltó a trompicones lo que su cerebro asociaba— Porque... tú vives aquí y... hay que estar con la familia. Tú tienes que estar con mamá, con mi hermanito.

Problemática ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora