Inicio del ciclo

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(A partir de aquí ya es una cuenta atrás. Quedan muy pocos para el final.)


AJ suspiró roncamente, viendo a través de la ventana cómo su esposa daba la espalda al porche con un nuevo papel de liar entre los dedos. A pesar de que habían tenido mejor relación los últimos días seguía lejana y ausente, pensativa en sus propios asuntos. Siempre muerta de sueño, con ojeras y apática hasta con los niños. Cuando le dijo que Bayley y Ambrose iban a hacerles una visita, ni siquiera de jactó. Se quedó fuera, con ambos pies cruzados sobre la mesita exterior y el culo en la silla mecedora.

El Fenomenal volvió la vista a Bayley.

Styles: Qué asco. Te juro, no puedo mirarla.

Bayley: AJ, habla con ella... hazlo ya, no puedes dejarla drogarse en vuestra propia casa. Ya ni siquiera objetas.

Styles: Paso. Estoy harto, no quiero.

Bayley: ¿Qué no quieres qué?

Styles: No quiero discutir. Son años intentándolo. Iba tan bien, joder... la puta policía se la llevó y mira lo que me han devuelto. Estaba haciendo avances.

Le morena suspiró, se sentía incómoda viendo a su "amiga".

Bayley: ¿Quieres que lo intente yo?

Styles: No, Bay. La que te dio el abrazo antes de ir a la cárcel ya no existe. Te lo aseguro.

Bayley: Por intentarlo no pierdo nada.

Dean Ambrose resopló liando los dedos en su cabello, tampoco estaba seguro de que aquello fuera a ser fructífero. Pero no dijo nada.


Porche


Nada más salir, Bayley oyó una tétrica melodía militar, Charlotte balbuceaba con los labios cerrados mientras sus ojos seguían completamente pendientes al relleno de su nuevo cigarrillo. Apenas se creía lo que veía, ella, que había sido tan deportista y entregada a la vida sana, con esas enormes ojeras y los labios partidos.

Bayley: ¡Hola! Charlotte, ¿podemos hablar un momento? No me has saludado al entrar.

La rubia pareció ni oírla, no le interesaba demasiado. Pasó la lengua por el papel y pegó rápido, concluyendo su obrita de arte. AJ sabía que conseguía el suministro del mismo lugar de donde lo sacaba Reid Flair, su hermano. ¿Cómo podía ser tan poco responsable? Ambos luchadores se quedaron mirando a una distancia prudente para no ser vistos.

Problemática ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora