Silvia la tuerta

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Thomas era el guardia de seguridad al que le tocaba el turno de noche, pero en ese antro de mala fama hasta los guardias pasaban del tema. Cuando lo vio transcurrir al ala trasera del patio se escabulló de su celda y empezó a pasear por las contiguas.

Maika: Rubia, ¿dónde vas?

Charlotte: Cállate joder, no me hables. Estoy ocupada —murmulló, chistándola. La mujer echó un vistazo fuera y vio a Tony a lo lejos.

Maika: Te cubro, si lo necesitas. Ese tío se deja distraer muy fácilmente.

Charlotte: Como quieras. —Se encogió de hombros y siguió su camino. Cuando oyó que su objetivo entraba a los servicios la esperó pacientemente en la esquina exterior, notando la brisa fría calando su traje. Fumaba tranquila, sin prisa y sin pausa, hasta que escuchó la cadena.

Cuando la exenfermera salió y se la cruzó tan de cerca abrió los ojos. Charlotte estaba cambiadísima... casi parecía otra. Más rubia, más... ¿grande? O al menos sería de su recuerdo en camilla. La luchadora tenía dolores en todas partes pero la rabia siempre le ganaba la partida, sin importar la condición deplorable en la que estuviera.

Charlotte: Silvia, ¿no? Ese es tu nombre —la sonrió, caminando cerca de ella.

Silvia: ...

Charlotte: Creí que me recordarías un poco mejor —dijo fingiendo extrañeza y se acercó algunos pasos a ella. Acercó su cara aún más, inclinándosela para que la viera desde su altura inferior. Silvia tuvo que tragar saliva— si me pongo más cerca... ¿te acuerdas ya?

Silvia: Sí. Sé quién eres. De la WWE...

Charlotte: Esa presentación me gusta más —sonrió palmeándola y tiró el cigarro al suelo sin apagar— tu hermana es una de tantas que quería acostarse con mi marido a toda costa. Bueno, después de una larga lista, claro. Pero me tenía mucha manía, ¿no?

Silvia: Yo... no tengo nada que ver con ella. Te lo juro, nos llevamos mal.

Charlotte: Pero me dormiste, ¿no? Me sedaste para dejarle vía libre. Trataste de matar a mi hijo.

Silvia: ¡No! Estuviste en coma, y, respecto a lo del...

Charlotte: Ambas sabemos que estar diez meses en coma me habría dejado inútil para el resto de mi vida. No soy médico, pero tampoco me tomes por estúpida —dijo amenazadora cambiando radicalmente su tono de voz ahora. Silvia se echó hacia atrás lentamente, la estaba intimidando y sabía que estaba en desventaja.

Silvia: Ella... me obligó prácticamente... pero te sedé para que no tuvieras secuelas, como si fuera una siesta... te aseguro que es Emma la que siempre estuvo detrás. Ella fue la que intentó matar a Lucas cuando nació... la que puso los caballos, la que trató de arrebatarte el campeonato.

Charlotte: ¿Qué has dicho? —las pupilas de la estadounidense se empequeñecieron. Sintió una fuerte punzada en el estómago— ¿que ella puso... los...?

Silvia: Eran sus yeguas. Su yegua y la mía... las sacrificó para que tuvieras el accidente... aunque tú no moriste, el plan era acabar con las dos de un tiro... siento... muchísimo lo que le pasó a tu hij... ¡AH! —notó la fuerte patada de Charlotte en la espinilla y resbaló al suelo, tocándosela, al borde del llanto— por favor, no me hagas nada, ¡yo no tuve nada que ver en eso!

La rubia se agachó cogiéndola con fuerza del traje, levantándola y la estampó contra las puertas del baño. La chica tuvo otro amago de caerse, pero un puñetazo en sentido contrario la desequilibró por completo. Trató de gritar y Charlotte cogió el cigarro que había tirado y la agarró fuertemente de la cara, obligándola a estarse quieta.

Charlotte: Nadie más va a hacerme daño, estoy HARTA —dijo con los dientes apretados, clavando la punta ardiente del cigarrillo en uno de los ojos. Silvia empezó a gritar desgarrada al notar como le quemaba el globo ocular, los gritos estaban haciendo que las luces exteriores se encendieran— sufre, hija de puta, SUFRE. TODAS ESTÁIS EN CONTRA DE MÍ, ¿NO? —Lo apretó más y más clavándoselo en la cuenca, regocijándose con el llanto de la inocente. Al oír ruidos exteriores la dejó caer rápido y se trató de escapar a su celda, pero tanto Maika como Andrea habían sido pilladas encubriéndola. Thomas puso las esposas a las dos y otro guardia se apresuró a coger a Charlotte.

 Thomas puso las esposas a las dos y otro guardia se apresuró a coger a Charlotte

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Problemática ( III )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora