Royce
—Estos son los modelos que me mostraron en la tienda —Nina busca algo en su móvil para después enseñarme unas fotos de las invitaciones—. Debemos decidir cuál nos gusta más y si queremos personalizarlas a nuestra manera. Yo quería...
Dejo de escucharla para pensar en otra cosa que no sea la boda. Claro que quiero casarme con Nina, en algún momento soñé con verme casado y formalizar una familia con ella, pero justo ahora estoy en una etapa donde sólo puedo pensar en mi trabajo y próximos proyectos.
—¿Royce, amor? —ladeo la cabeza—. ¿En dónde estás ahora mismo?
—Aquí, contigo, planeando nuestra boda —la beso varias veces haciéndola reír.
—Se nota —agrega sarcástica—. ¿A poco captaste lo que te dije sobre mi idea con las invitaciones?
—En eso no te presté atención.
—Uh —bufa—. Cuando dejes de pensar en cosas mucho más importantes que nuestra boda para ti, me avisas ¿ok?
Recoge sus cosas dispuesta a irse y me siento mal. Está tan emocionada con todo esto que a veces lo dejo todo a su criterio, y sé que es algo que debemos decidir ambos.
—Nina, Nina —llego a su lado y la rodeo por detrás—. Discúlpame ¿si?
—Lo hago. No estoy molesta contigo. Sólo me hiciste sentir que estoy sola en todo esto y no debería de ser así Royce.
—Te amo —le doy un beso—. Te...
—Te amo —interrumpe..
(...)
Despierto antes que ella porque debo enviarle unos datos por correo a la agencia que próximamente trabajará con el equipo. Son apenas las siete con treinta minutos de la mañana, Nina duerme plácidamente y luce hermosa así. Se remueve un poco cuando alejo su brazo de mi cuerpo pero no despierta.
Me conecto al correo, busco el documento y lo adjunto. Gruño cuando el teléfono comienza a sonar desde la mesa del computador y corro a alcanzarlo antes de despertarla.
—Royce —saluda Jorge al otro lado.
—Hey, ¿cómo estás? Justo acababa de enviarte el correo con la planificación y algunas ideas que podrán ejecutar.
—No me he conectado todavía, pero en cuanto lo lea te notificaré. Llamo para decirte que sí, Vanessa aceptó ir hasta allá —sonrío—. Como te mencioné, ella vive y estudia allá...
—Sí, ya me has dicho eso. ¿Cómo vas con ella?
—¡Bien! No sabes lo feliz que me ha hecho en tan poco. Aunque lo nuestro viene desde mucho antes, ahora todo es diferente.
—Me alegro por ti. ¿Y ha pasado algo más entre ustedes?
No sé porqué le pregunto eso.
—Si lo que quieres saber es si nos hemos relacionado de otra manera, sí, pero hasta ahí. No me siento bien hablando de nuestras cosas privadas...
Sí... Sí... Han estado juntos. ¿Qué habrá pensado ella? ¿Cómo habrá reaccionado? ¿Por eso me dijo que Jorge la complacería?
Corto la llamada con Jorge minutos después ya que no quiso seguir contándome y de pronto se me han quitado las ganas de saber más. Ordeno algo para desayunar en una línea de desayunos ligeros a domicilio, y cuando recibo el pedido Nina despierta.
Desayunamos en la habitación y al terminar intento poner un poco más de mi parte y centrarme en ver las invitaciones.