Capítulo 23

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Estoy a una semana de viajar a Miami con Jorge y no sé si sentirme feliz porque veré a Nina o nerviosa porque lo veré él.

—Vane, ¿vamos al centro comercial? mañana cumple años una compañera del trabajo y quiero regalarle algo.

—Voy contigo mami. Deja me cambio y nos vamos.

—Está bien —sonríe y se sienta a esperarme.

Corro a la habitación y remuevo en el armario hasta dar con algo cómodo pero presentable a la vez. Me cambio rápidamente, peino y maquillo también. Le escribo a Jorge preguntándole qué hará porque tal vez pueda ir con nosotras pero visto que no responde rápido salgo con mi madre.

Caminamos el centro comercial fijándonos en las tiendas pero ella insiste en querer regalar una pulsera, por tal, terminamos en una joyería escogiendo una de un lindo color azul.

—Muchas gracias —me despido de la señora que nos atendió—. Está muy linda.

—Si, el color la hace ver mucho más linda.

—Le gustará.

Entrelaza nuestros brazos y nos dirigimos a una cafetería en el último piso del centro comercial.

—Un con leche para ti.

Vuelve minutos después con un portavasos.

—Un tinto para mí y galletas para ambas.

—Se ve delicioso.

—Lo está —da el primer mordisco a las galletas de miel.

Bebemos nuestro café mientras hablamos sobre su oficina y las remodelaciones que mi padre quiere hacerle.

De pronto, todo pasa tan rápido, en cuestión de segundos escuchamos unas detonaciones en el local. Los presentes gritan y se tiran al piso para cubrirse del intercambio de balas. Tardo en reaccionar pero alguien me empuja tirándome a la fría cerámica. El espantoso sonido de los disparos se escucha por más de tres minutos, y cuando todo queda en silencio, nadie se pone de pie por temor.

El llanto de un niño se escucha al fondo, haciéndome reaccionar.

—Señores, pueden ponerse de pie. Somos agentes de seguridad, ya todo pasó —nos informa un hombre caminando entre las mesas que yacen tiradas.

Intercambia un par de palabras en clave a través de un radio y ayuda a algunas señoras a ponerse de pie, preguntándole si se encuentran bien.

Mi corazón late muy rápido, puedo escuchar aún ese sonido, tan real y cinematográfico; porque todo pareció ser de películas.

—Mamá —pronuncio e intento ponerme de pie.

Siento algo pegajoso en mis manos, y me pasmo al ver que hay sangre.

En mis manos hay sangre; me detallo intentando dar con alguna herida en mi cuerpo pero no encuentro alguna dolencia en el mismo.

Desvío mi vista al suelo, a un lado de la mesa donde rato atrás estaba compartiendo con mi madre y deseo no haberlo hecho.

—¡Mamá! —grito y me pongo a su altura.

Abre los ojos con dificultad y de igual manera respira. Una gran mancha roja se forma a su alrededor, y su blusa ya no es blanca.

—¡Mami! ¡Por favor mamá! Despierta... ¡¿Mami?! —grito de manera histérica.

Miro a los que están alrededor observando con lástima la escena sin tan siquiera auxiliarla.

—¡Una ambulancia! ¡Por favor llamen una ambulancia!

Los minutos en que la ayuda llega pasan tan lentos que siento que su mano soltará la mía en cualquier momento. Mis lágrimas me impiden ver con claridad y quiero golpear todo justo en este momento para liberarme.

—Hay dos heridos —escucho a alguien decir—. Un infante y una señora. ¡Necesitamos ayuda urgente!

Me aferro a ella, pidiendo que no cierre sus ojos y no me deje sola. Escucho la sirena de una ambulancia y alguien me aparta de ella cuando la están trasladando a la camilla plegable.

—¡Vanessa! —Jorge llega a si lado sin entender nada—. ¿Qué pasó?

—Jorge —me aferro a él—. No permitas que me deje por favor. ¡Dile que no me deje! —grito e intento correr con los paramédicos.

—¿Quién vendrá con ella? —pregunta uno de ellos y doy un paso.

Dejo a Jorge en el lugar de los hechos y subo a la ambulancia. Ponen una mascarilla de oxigeno, rasgan su blusa hasta dar con la herida y así detener el sangrado.

Esto no nos puede estar pasando a nosotras. Todo esto es demasiado para alguien tan cobarde como yo.

—La señora ha entrado en un shock hipovolémico. La estamos perdiendo...

Traviesa Mentira (Prince Royce)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora