Recuerdo ese momento donde Royce me pidió que huyéramos juntos, fue poco tiempo después de la boda.
—¿Hija? —alejo esos pensamientos para centrarme en el bebé y en mi madre—. Tiene hambre.
—¿Cómo le debo dar de comer?
Me indica cómo darle pecho; al principio duele un poco y debe llamar a la enfermera porque tampoco puede succionar pero después de varios intentos finalmente come.
(...)
Dos días después volvemos a casa, no puedo estar más nerviosa y ansiosa. Cada segundo aprendo algo nuevo del bebé, no puedo echar un ojo en toda la noche pensando en si estará cómodo, tendrá frío o quizás hambre.
Mi madre me ayuda a cambiarle el diaper a la mañana siguiente, y cuando está listo, saco el móvil para tomarle una fotografía que aprovecho de subir mientras ella lo viste.
Gracias por haber hecho de mi vida algo mágico desde el momento en que te tuve en brazos. Prometo amarte y cuidarte, cada día mucho más.
Bienvenido al mundo príncipe.
Te amamos, D.Subo la foto a mi cuenta de instagram donde rápidamente comienza a tener likes, comentarios de felicitaciones e incluso algunas solicitudes que no acepto porque no conozco. Y cómo no, rato después entiendo el porqué tantas personas quieren seguirme, únicamente porque Royce le ha dado like a la foto.
Cambié de número sólo para no recibir más sus mensajes y llamadas pero olvidé eliminarlo en instagram. Ahora sabe que su hijo ha nacido, y me pregunto qué pensará o sentirá ahora mismo.