– ¿Mi amor, qué pasa? – interroga Royce cuando corto la llamada.
Mi pecho sube y baja con rápidez, me siento muy mal por la noticia. No termino de procesar lo que la mamá de Nina me ha dicho: esta grave en el hospital por mi culpa, por la traición que le he hecho.
– ¡Vanesa! ¿Qué sucede?
Cubro el rostro con mis manos y comienzo a llorar, Royce sin entender qué pasa me abraza.
– Es Nina, tenemos que ir al hospital Royce – busco desesperadamente las llaves del auto.
– ¿Nina? ¿Qué le paso a Nina? – la preocupación se nota en su tono de voz.
– ¡No sé! – grito – Su mamá me ha dicho eso, que esta grave...
(...)
Royce le pidió a su vecino que cuidara de Diego ante la urgencia de ir al hospital. Hemos pasado por tres hospitales diferentes, hasta que finalmente en el último la secretaria nos confirma que Nina esta aquí.
– ¿Cómo esta? – Royce se adelanta en preguntar.
– Lo siento joven, no puedo dar esa información pero en el piso tres van a encontrar al médico y él es quién le dirá su...
Corro hacia las escaleras, cuando llego al piso tres debo apoyar las manos en mis rodillas, inhalar y exhalar ya que estoy muy cansada.
– Doctor, doctor – el señor se detiene.
– ¿Familiares de Nina?
– Soy su amiga. ¿Cómo esta ella?
– Señorita, deben ser pacientes, tuvimos que inducir a la paciente a un estado de coma.
– No... No... Por favor... ¡No! – niego para convencerme de que no es cierto.
– Vanesa, doctor – Royce nos mira a ambos, al ver mi estado interroga al médico con la mirada temiendo lo peor.
– Su estado es delicado, sólo un milagro puede sacar a la paciente de cuidados intensivos.
– ¿Pero qué paso? ¡¿Por qué esta aquí?
– No tengo mucha información, al parecer el auto se volcó y entre las dos la niña resultó ilesa, salvo unos...
– ¡¿Victoria?! ¡¿cómo esta mi hija?!
– Amor cálmate por favor – lo abrazo por detrás apoyando mi mentón en su hombro sin dejar de llorar.
– Joven usted que es su esposo, puede pasar a ver a la chica unos minutos. Y usted, la niña esta en pediatría.
Cuando llego a pediatría camino entre los cubículos donde me parte el corazón ver a tantos niños en diferentes condiciones, unos llorando, durmiendo y otros en compañía de adultos.
– Es este – informa una enfermera.
– Gracias.
Rueda la cortina dejándome ver a la pequeña que abraza un peluche, tiene un puchero amenazando con llorar y varios hematomas en su carita.
– Victoria – susurro cuando estoy a su lado.
– Mama – pide en voz baja – Mama.
– Ya mi amor – sorbo la nariz.
– Mamá va a estar bien pequeña, ella es fuerte, ella es Nina y es sinónimo de guerrera...– Papa – sus ojitos se llenan de lágrimas.
– Eres una princesa muy hermosa y fuerte. – seco sus lagrimas, acaricio su pequeño rostro y su labio inferior comienza a temblar.
– Mama – vuelve a pedir.
Escucharla decir mama hace mi corazón pasita, me duele tanto verla así y saber que Nina esta entre la vida y la muerte, por mí, por mí maldito error de acostarme con su novio.
– Chica – seco las lágrimas cuando la misma enfermera entra – La niña puede irse en unos minutos, es una pequeña con suerte – sonríe – He traído esto para que coma, sandwich y pudín de fresas.
– Gracias.
– Papa – sonríe.
Miro sobre mi hombro para encontrar a Royce cruzados de brazos, se acerca a ella y la envuelve en sus brazos mientras no para de llorar.