Estoy frustrado, enojado, ansioso. Nancy llamó como 10 veces a mi celular e incluso al teléfono de la casa, ayer en la noche después de marcharse. No contesté ninguna de esas llamadas, pero la muy hija de..., no me dejó dormir. Siento mi cuerpo pesado, me arden los ojos del sueño, me siento indispuesto para trabajar hoy.
Llego a la empresa y paso de largo la recepción. Entro al ascensor para subir a mi oficina. Me desamarro la corbata, no lo soporto, no soporto ni estar en mi propio cuerpo.
Al salir del ascensor voy directamente a mi oficina. No me detengo a saludar, no me detengo a mirar. Entro y cierro la puerta de golpe. Me dirijo a mi escritorio y pongo mis cosas en el, para luego sentarme en la silla y recargar mi cabeza en el respaldo de esta.
- ¿Quiere que me vaya o...?. -Salto de la silla por el susto. No creí que alguien estuviera aquí. Miro hacia esa persona frente a mí, es Lucía.
- Oh, lo siento, no me dí cuenta de que estabas ahí. ¿Puedes, por favor, darme un segundo?.- Digo señalando el baño para que sepa a dónde voy. Ella asiente.
Cuando entro al baño, sin querer, abro la puerta y esta golpea el estante de al frente haciendo que se caigan frascos de vidrio de jabón líquido, pero lo grandioso es que esto cae en mi pantalón, en medio de este, aparentando que me he hecho encima. Exclamo una maldición, y cojo una toalla para secarme. Este día no puede ir mejor. Salgo del baño al ver que no resultará que siga secando esa zona. Escucho una risa y alzo la mirada para ver que ella se está burlando de mí. De nuevo.
- ¿Crees que soy un payaso ahora o qué?.- Le digo al ver que no termina de reírse. Se cubre el estomago por el dolor de tantas carcajadas.
- No... lo siento...- Habla jadeante pero no termina la oración.
Voy hacia mi escritorio y me siento en la silla detrás de el. Ella aún no ha parado, así que la miro. Sus ojos están cerrados y su cabello está algo revuelto. Lleva una falda pegada a sus piernas por encima de sus rodillas. También lleva una camisa blanca un poco pequeña para ella, su busto está pronunciado pero eso no evita que tenga todos los botones puestos en su lugar. No está maquillada, mejor, así aprecio sus adorables pecas y sus labios rellenos y rojizos.
Miro hacia otro lado cuando mira en mi dirección, está calmada y seria. Vuelvo a mirarla cuando siento su mirada fija en mi rostro. Nos quedamos así por minutos, en silencio, mirándonos. Entro en razón y me levanto a mirar por el ventanal. ¿Por qué siento que tengo que mirarla y apreciarla cada minuto de mi vida? Es menor, por Dios, está en la escuela aún. No puedo pensar en ella de esa manera. Miro por encima de mi hombro hacia ella, está arreglándose la falda para que le cubra más las piernas, se arregla el cabello un poco y mira de nuevo a donde mí.
- ¿Qué haremos hoy? ¿Qué me pondrá a hacer?.- Te podría hacer muchas cosas ahora mismo, aquí mismo. Pero no puedo.
- Te enseñaré toda la empresa, donde se encuentra todo, quienes trabajan aquí incluso, también te enseñaré como trabajaras conmigo, tus horarios, los materiales y demás cosas que necesitarás. Vamos.- Le respondo.
Ella se levanta de su asiento y camina junto a mi hacia la puerta. Cuando la abro, esta golpea mi frente empujándome para atrás, haciendo que la empuje a ella. Me volteo rápidamente y la agarro por la cintura para evitar que golpee el suelo. Nos miramos fijamente, ella está sorprendida y yo encantado con esta posición.
- Esto si que mejora mi día.- Le digo guiñándole el ojo. Ella se sonroja y mira hacia otro lado esbozando una pequeña sonrisa. Hermosa.
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Recuerdos de ti
RomanceHan pasado años desde la última vez que la vi. Es un recuerdo horrendo. Estaba totalmente llorosa, sus manos temblaban del miedo. No era ella en ese momento, no sabía cómo defenderse, no sabía que hacer. Sus padres nos habían descubierto, todos lo s...