- ¡Richard!. ¡Richard, maldición!.- Oigo a Ian exclamar, pero no le presto atención. Sigo ahorcando a John, sigo apretando su cuello con tanto enojo en mi interior.
Su rostro de dolor, su rostro de desesperación ha pasado de una tonalidad roja a morada. Sus manos, antes apretando mis muñecas y tratando de alejar mis manos de su cuello, han perdido la fuerza ahora y se dejan caer. De sus ojos salen lagrimas.
Siento su pulso débil, y con eso viene el pánico. Está muriendo, lo estoy matando. Me alejo de pronto. Me paro y doy algunos pasos atrás. Observo cómo John se sienta y tose, su rostro volviendo a su color normal y sus manos tocando su cuello rojo y con las marcas de mis dedos. Se tira de nuevo al suelo y su pecho sube y baja por la respiración agitada.
Entonces, miro a mi alrededor. Y cuando miro a Lucía, las ganas de matarlo vuelven nuevamente. Miro a John de nuevo. Éste adivina mis pensamientos cuando doy un paso hacia él y se arrastra lejos de mi con expresión asustada.
- ¡Richard, hijo de puta!. ¡¿Quieres venir aquí y ayudarme?!.- Miro en dirección a Ian con Lucía en sus brazos. Me encamino rápidamente a él.
- ¿Está bien? ¿Ella está bien?. Oh Dios.- Siento todo mi cuerpo temblar con solo mirarla en aquel estado, con solo tomar su rostro y ver la sangre fuera de su nariz hinchada y morada.
- ¿No ves idiota que no se mueve?. ¡Está desmayada!. Tenemos que ir a un hospital ya.- Ian está histérico, pero yo lo estoy aún más cuando John habla.
- ¿Está bien?.- Lo miro y siento una picazón en mis dedos, ganas de golpearlo hasta sacarle la mierda. Está parado, su voz rasposa por tanto toser y por ahorcarlo.
- Otro que no ve.- Dice Ian a la vez que yo grito.
- ¡Esta es tu maldita culpa!.- Señalo a John.
- ¿Ella está bien?.- El hombre robusto sale del baño con papel metido en sus fosas nasales y rascándose su barriga. Los tres lo miramos.
- ¿Es en serio?.- Oigo a Ian decir. Éste me da una patada en la pierna y lo miro, me pasa a Lucía para que la cargue y se sienta en una mesa para luego beber de una botella de agua.
- En serio, no era mi intención golpearla. Es más que obvio que el puñetazo iba hacia ti pero ella se metió y...- Dejo a Lucía en el piso, y me encamino rápidamente hacia John.
El hombre robusto se para al frente de John para protegerlo e Ian se interpone en mi camino para tratar de empujarme. Gritamos sin parar, yo maldiciendo y gritando obscenidades hacia John, Ian tratando de calmarme, John pidiendo perdón, el hombre robusto asustado diciendo que llamaría a la policía.
- Ya paren, mi cabeza explotará.- Todo se detiene en el momento en que escuchamos a Lucía.
Trata de pararse pero se tambalea. La alcanzo antes que se caiga, abrazo su cintura y pego su cuerpo al mío. Quito los mechones de cabello que cubren su rostro, colocándolos detrás de sus orejas. Me mira desorientada, sus manos se posan en mis brazos para estabilizarse. La mueca de dolor viene de inmediato al, sin querer, chocar su nariz con mi rostro por lo cerca que nos encontramos.
Sisea de dolor y arruga sus ojos. Su dedo toca su nariz pero lo aparta al sentir más dolor, luego lo baja y toca la sangre encima de su labio superior. Acaricio su cabello tratando de tranquilizarla.
- Vamos, te llevaré a un hospital.- La separo un poco de mí, pero agarra mis hombros para que me quede en mi sitio y acercarme a ella.
- No, estoy bien, me encuentro bien.- Niega con la cabeza y mira a su alrededor.
Hay un gran silencio en el bar y un gran desorden. Algunas sillas y mesas están por los suelos, vidrios y basuras también.
Ian está sentado con una pierna encima de la otra, jugando con la botella de agua. El hombre robusto va detrás de la barra y empieza a limpiarla. John sigue estancado en su lugar con cara de arrepentimiento y miedo, aún tiene sus manos en su cuello creando pequeños masajes para aliviar su dolor. Da un paso en nuestra dirección pero me adelanto y me pongo frente a Lucía. No lo quiero cerca.
- Lucía, lo lamento. No quería hacerte daño. Tú te metiste y...- Por segunda vez no lo dejo terminar.
- Debería de llamar a la policía.- Saco mi celular del bolsillo pero una mano aprieta mi muñeca y hace que deje el celular en su sitio.
- No.- Murmura Lucía. Me volteo y veo su mirada perdida en John, la tristeza reflejada en ella.- Solo... vámonos.
- Lucía, por favor.- El loco da otro paso pero lo detengo.
- No te atrevas a dar un paso más.
John no me mira, tiene toda la atención en Lucía. Su rostro está más allá del dolor, se nota a leguas que no tenía pensado en dañarla; pero no comprendo, lo ha hecho antes. Miro a Lucía y ella baja la mirada a sus pies, veo una lágrima salir de su ojo derecho. Da un paso atrás y agarra mi mano indicándome que salgamos de aquí, así que la sigo.
John da otro paso e Ian se levanta rápidamente de la silla.
- Déjalo estar, amigo.
Lucía camina frente de mí, jalándome con ella. Ian viene detrás de mí. Pero nos detenemos al escuchar a John.
- ¿Me perdonas, Lucy?.- Su dolor se filtra por el sonido de su voz, luego lo acompaña un sollozo. Éste chico está destrozado.
Lucía se voltea y lo mira. Salen más lagrimas. Su expresión es normal, pero todo el dolor se ve a través de sus ojos. Sonríe a medias, sin mostrar sus dientes. Se voltea y salimos del lugar.
Todo está desierto y oscuro. Ian suspira a nuestras espaldas. Abrazo a Lucía por los hombros y caminamos al auto.
- Eso estuvo de locos.- Dice Ian, entra en los asientos de atrás.
Frente a la puerta de copiloto, me giro hacia Lucía y sostengo sus manos. Aún hay sangre en su nariz. Las lágrimas están secas en sus mejillas. Aún está su cara de tristeza.
- ¿Segura de que estás bien?.- Levanto mi mano y acaricio su pómulo.
Su mirada se alza. Asiente a mi pregunta.
- Creo que deberíamos de ir al hospital.- Digo mirando fijamente lo hinchada que está su nariz.
- No, no. Llamarán a mis padres, no quiero que se enteren de nada de esto.
Asiento y abro la puerta de copiloto para ella. Cuando su cinturón de seguridad está en su sitio, beso delicadamente sus labios y me alejo para cerrar la puerta. Luego rodeo el auto y miro en dirección al bar. John está ahí, detrás de la ventana. No le doy mente y entro.
- No, Megan. Estoy bien. Fue increíble, habían golpes aquí y allá, empujones, gritos de dolor. Todo el mundo salió corriendo. No, no fui uno de ellos, fui de los que estaban en la pelea. Ok, no me creas. Puedes preguntarle a Richard, pelee con un mastodonte que casi lo dejo noqueado. ¡¿Por qué es que no me crees!?. ¡Richard!. ¿No es verdad que peleé?.- Escuché a Ian hablar con Megan por su celular.
Y así pasamos el viaje hasta dejar a Ian en casa de Megan, haciendo rabietas y gritándome que tenía que decirle a Megan que él sí había peleado. Pero desde que bajó, arranqué el auto y lo vi por el espejo tirarse en la calle y patalear mientras Megan salía riéndose a carcajadas.
Lucía y yo reímos por la escena. La miro por un segundo para apreciar su sonrisa, pero qué pena que esté manejando; miro nuevamente el camino. Agarro bien el volante con una mano y la otra cojo la mano de Lucía y entrelazo nuestros dedos.
De reojo la veo mirar nuestras manos unidas. Sonríe y acaricia mis nudillos.
ESTÁS LEYENDO
Recuerdos de ti
RomanceHan pasado años desde la última vez que la vi. Es un recuerdo horrendo. Estaba totalmente llorosa, sus manos temblaban del miedo. No era ella en ese momento, no sabía cómo defenderse, no sabía que hacer. Sus padres nos habían descubierto, todos lo s...