Capítulo 3 *

534 34 1
                                    

Nadie sabe,
lo que realmente sucedió
(Narra Regina)
Testimonio

Lo que había pasado ese trágico día, cambió nuestras vidas para siempre. Ahora Escalante estaba muerto, Gerardo había recibido varios disparos los cuales lo pudieron haber matado, pero no fue así.

El día del atentado

Cuando vi a Gerardo corrí sin importarme el resto, lo agarré entre mis brazos y le pedía que no me dejara, que resistiera, que todo estaría bien, fue en ese momento cuando le prometí que cuidaria a Ximena pero que no podía dejarme, justo ahí, el se desmayó en mis brazos y yo grité y lloré pensando que lo había perdido para siempre.

Llegó la ambulancia y lo trasladaron al hospital, luego de aproximadamente 10 horas de operación, el doctor salió.

— Familiares del Sr. Gerardo Martínez

Ximena ya estaba conmigo, y Daniela había logrado, no permitir el acceso de la prensa al hospital.

— Sí, doctor nosotras

El doctor tenía una cara de angustia, que sentí que mi corazón no iba a resistir si algo malo había ocurrido.

— El Senador Gerardo Martínez es un hombre muy fuerte — dijo el doctor — Resistió el impacto de no sólo una bala, sino que también resistió a la operación

Mi corazón se llenó de tanta felicidad que no pude contener las lágrimas y abracé fuerte a Ximena que estaba igual de contenta que yo

— La operación fue muy complicada, tuvo dos paros respiratorios, resistió esta vez, pero...

— Pero ¿Qué Doctor? — respondió Ximena

— Ha entrado en coma, lo siento

Mi corazón se hizo pedazos, no sabía que hacer, solo lloré y abracé a Ximena muy fuerte, estábamos las dos en esto, y debíamos apoyarnos.

El doctor permitió que pasaramos a verlo 5 minutos cada una, Xime entró primero porque era su hija y además tenía que hablar con Daniela, la prensa estaba tratando de entrar al hospital a fuerzas y yo no quería que esto se supiera aún, además estaba el asunto de que Alonso y Teresa estaban libres y me daba pánico el sólo imaginar que podían intentar algo para terminar lo que Escalante no había podido, me daba terror que le hicieran daño a Gerardo al enterarse de que no había muerto

Un Amor Para Siempre || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora