Capítulo 44 *

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Tequila
(Narra Gerardo)

Durante el viaje, camino al hospital, Regina no había pronunciado ni una sola palabra, miraba fijamente por la ventanilla y suspiraba muy profundo, creo que interrumpirla sería malo pero necesitaba hablar con ella

— ¿Estás bien? — detuve el auto frente a un semáforo

— ¡No¡ — miré por el retrovisor para comprobar que los guardaespaldas nos seguían — No se que está pasando — dijo sin dejar de mirar por la ventanilla

— Estamos juntos, nuestros hijos estarán bien, te lo aseguro — puse en marcha de nuevo el vehículo

— ¡Lo sé! — dijo casi en un susurro

*****

Una vez en el hospital me acerqué a preguntar por Teresa. Regina a su vez se aseguró de que Eniliano estuviera con Ximena en su habitación

Una enfermera me había confirmado lo que me habían dicho por teléfono, Teresa había sufrido un paro respiratorio debido a una ingesta de drogas y alcohol, se desmayó en un bar y fue traída aquí muy grave. Todo esto estaba mal, ella nos había hecho mucho daño, pero es la madre de mi hija y debia ayudarla por ella, por Ximena

— ¿Qué pasó? ¿Cómo está? — preguntó Regina

— Sufrió un paro respiratorio por ingesta de drogas y alcohol — exhale muy fuerte

— ¿Le dirás a Ximena? — su voz era fría

— Si, es su madre y no puedo ocultarle lo que pasó, pero no se como hacerlo

(Narra Regina)

Estaba agotada, pensé que por un momento podía olvidarme de todo y pasar una linda velada con Gerardo, pero no, siempre habían problemas que se interponían

Yo miraba con atención la preocupación de Gerardo al no saber que hacer, tampoco era su culpa ni mucho menos su obligación, pero él sentía que debía estar al pendiente porque era la madre de su hija, estaba apunto de responderle cuando el sonido de mi celular me interrumpió, era Daniela

— Disculpame, es Daniela ya regreso — dije y me alejé un poco para hablar tranquila, el solo asintió

— Regina ¿Dónde estas?

— En el hospital ¿Por qué? — con la suerte que tenía solo faltaba que Daniela dijera que Escalante revivió y ahora es un zombie

— Me enteré que Teresa está en el hospital

— Si, ya lo sé — me alivió un poco la idea de que no era una nueva mala noticia

— ¿De dónde apareció esa loca en estos momentos?

— No tengo idea pero no me gusta esto para nada — le dije

— Lo que tú necesitas es otra noche de tequilas conmigo — dijo en tono divertido

— ¿Ahora? — Le dije con dudas, no sabía si eso era lo mejor en estos momentos, no podía dejar sólo a Gerardo

— Lo más pronto posible — insistió

Un Amor Para Siempre || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora