Capitulo 49 *

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¡Que me digas la verdad!
(Narra Regina)

Han pasado varias semanas desde la advertencia de Teresa. A pesar de que Ximena ya tenía guardaespaldas, Gerardo no quiso pasarlo por alto y les dio instrucciones de no dejarla sola ni un segundo, también le habíamos puesto una enfermera para ayudarla con la niña los primeros meses porque Emiliano seguía en clases, yo no pasaba en casa y Gerardo tampoco.


Supimos que a Teresa le dieron de alta en el hospital unos días después de Ximena, pero lamentablemente no se sabe a donde fue después.

Ger y yo estabamos muy bien y aunque hemos tenido unas semanas bastante tranquilos, algo nos inquieta.

Mis actividades son cada día más cansadas pero ahora con Gerardo a mi lado, todo está mejor, él habia entrado a mi partido, está trabajando mucho pero deberá esperar hasta las proximas elecciones para ejercer poder pelear por un puesto más alto, pero por ahora, siempre está conmigo

*****

(Narra Gerardo)

— Han sido días muy buenos ¿Verdad? — Regina me sonreía mientras terminaba de arreglarse

— ¡Muy buenos! — Me miró de pies a cabeza — Que guapo te ves hoy


— Tú siempre estás guapísima — la tomé de la cintura y me acerco a su cuello para aspirar su aroma


— Te amo tanto — acarició mi mejilla, sus ojos verdes siempre disparan mucha luz

— ¡Yo a ti! — la besé

*****

(Narra Regina)

— Regina, estuve llamandote, pensé que ya no llegarías para la Reunión con el Embajador — Daniela estaba histérica por mi impuntalidad, Gerardo me robó la mañana

— Lo siento, tuve una escena algo romántica en mi habitación hoy  — no entré en detalles

— Hubieras mensionado eso desde el principio — rió

Estabamos por salir de la oficina a la sala de juntas donde me reuniría con el embajador cuando uno de los mensajeros entró en la habitación con una caja pequeña en las manos

— Dejaron esto para usted en la entrada — Se encogió de hombros

— Dejala sobre el escritorio, gracias — sonreí levemente, no era muy común que un paquete llegara así de la nada a las afueras de mi oficina, normalmemte los niños me daban regalitos y cartas en agradecimiento cuando me veían o las personas que querían hacerme llegar algún documento o petición lo hacían por redes sociales y por el correo presidencial

— ¡Regina la reunión! — Daniela estaba arrecostada en el umbral de la puerta con una mano en la cintura y con cara de angustía

— La caja misteriosa tendrá que esperar — le dije y salimos del lugar

*****

(Narra Ximena)

Sus manitos son muy pequeñitas, su nariz es muy perfilada, sus ojos son verdes como los de Regina pero también como los míos y los de mi papá, así que no se realmente de quién los sacó. Amo verla dormir, su carita es tan dulce y estar con ella realmente produce paz


— ¿Está dormida? — mi papá preguntaba con la puerta entre abierta

— Sí — Me levanto del sofá desde donde la observo y me acerco a él, le doy un beso en la mejilla y lo abrazo

— ¿Puedo hablar contigo? — salimos de la habitación para no despertar a Regi


— ¿Qué necesitas? — Caminabamos al estudio, no respondió hasta estar sentados en uno de los sillones negros de cuero que habían en el lugar

— ¡Que me digas la verdad! — la sonrisa se esfumó de mi rostro

Un Amor Para Siempre || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora