¡Para Siempre!
(Narra Regina)El viaje no fue cansado, prácticamente dormimos mucho. Lo bonito de todo esto es que finalmente podiamos disfrutar el uno del otro sin tener miedo ni pensamientos feos que no nos dejen ser feliz. Se siente tan bien estar así, entre los brazos de Gerardo, sabiendo que nuestros hijos y nuestra nieta están a salvo, sin amenazas y felices ¡Esto es el paraíso!
— ¿Todo bien? — preguntó Gerardo besando mi cabeza
— ¡Perfectamente bien! — levanté la mirada
Teníamos casi una hora acostados sobre la cama abrazados sin hacer nada, creo que lo necesitábamos mucho y yo solo quería abrazarlo, sentir el latir de su corazón y como su pecho sube y baja mientras respira, sentía paz, el había estado acariciando mi cabello.
— ¿Quieres algo de comer? Yo no aguanto el hambre hasta la hora de la cena — reí porque en un principio había sido él quien no quiso que comieramos antes de la cena que habíamos reservado en un restaurant cerca del hotel
— Si, está bien. Ve a pedir algo de comer mientras yo me voy a duchar — di un tierno beso en sus labios y me levanté de la cama
Mientras me duchaba había recordado cada uno de los momentos que había pasado con Gerardo desde que regresó a mi vida. Nuestro encuentro en el hotel después de varias copas con Daniela, cuando me pregunto si me casaría con él, los encuentros en la cabaña. No pude evitar sonreir
— Regina, ya está aquí la comida — escuché que Gerardo me decía desde seguramente el comedor de la suite
— Salgo en un momento — dije bastante fuerte para que pudiera escucharme
— Creo que la comida tendrá que esperar — Gerardo apareció detrás de mi en la ducha
— ¿No que te morías de hambre? — reí mientras lo acerqué a mi y empecé a llenar de besos su clavícula
— De hambre de ti — lo mire por varios segundos y rió — Seguro no moriré por falta de comida pero si no te tenía junto a mi si me iba a dar algo — reímos juntos y me calló con un beso
Sus dedos en mi espalda me acariciaban lentamente mientras el agua caía sobre nuestros cuerpos, aparté mi boca de la suya y lo aferré a mi muy fuerte.
Gerardo dibujo un camino de besos en mi cuello y entrelacé sus manos en las mías, lo besé de nuevo y él levanto mis manos, me miró fijamente, mi respiración era agitada al igual que la suya pero quería más. Varios gemidos de placer salieron de mi boca y a cada uno de ellos Gerardo reaccionaba besandome, estaba dispuesta a dar todo de mí allí en el baño de la suite de un hotel en París.
Me lancé a sus brazos para que me cargara, él me sostenía con fuerza y así fue como pasamos horas en la ducha mientras la comida se enfriaba servida en la mesa.
*****
— ¡Estas hermosa! — me dijo Gerardo cuando salí de la habitación ya lista para nuestra cena
— Tú estás muy guapo como siempre — negó con la cabeza y me tomó de la mano
— Si quieres postergamos la cena y regresamos a la ducha — me susurró en el oído mientras entrábamos en el elevador
— ¡Gerardo! — di un pequeño golpe en su mano — Pasamos horas allí, ahora si tengo mucha hambre — besé su mejilla
— Está bien, solo porque también tengo mucha hambre — reí
El restaurant que habíamos reservado si era bastante pequeño pero a su vez muy elegante
— Los mariscos son afrodisiacos — me guiñó un ojo
— ¡Comportate Gerardo! — mire disimuladamente al resto de la gente a ver si no habían escuchando las ocurrencias de mi dulce acompañante
La cena había estado deliciosa y habíamos aprovechado para hablar bastante, hace mucho que no lo hacíamos. Llamamos también a Emiliano y Ximena aprovechando la diferencia de horario y le mandé mensajes a Daniela para que me mantuviera informada de todo mientras estaba ausente.
Salimos del restaurant y Gerardo quería cumplir cada una de las palabras que en algún momento me había prometido, por lo que me llevó a caminar cerca del Río Sena ¡Fue mágico!
Cuando llegamos al hotel, la suite estaba oscura pero había un camino de velas que llegaba hasta la habitación, Gerardo me tomó de la mano y me deje llevar, encendió su iPad y me sacó a bailar.
— ¡Te amo! — susurró en mi oído mientras me tomaba de la cintura
— Yo te amo — pase mis brazos por detrás de su cuello e inhale su exquisito aroma
— Lo nuestro si que es... — me aleje un poco para mirarlo a los ojos y cubrí su boca con mi mano
— ¡Un amor para siempre! — terminé la frase y lo besé
FIN
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Un Amor Para Siempre || Editada
Romance- Regina, que bueno que te veo, pensé que no vendrías hoy, te tengo una buena noticia - Al escuchar las palabras del doctor, sentí que el alma me volvía al cuerpo - ¿Qué pasó doctor? Me tiene intrigada - Le dije - Gerardo al parecer está reaccionan...