Un Amor Para Siempre || Editada

Capítulo 27 *

Hora de la verdad
(Narra Gerardo)

El día había llegado, Regina había organizado todo para que la rueda de prensa se realizara en su casa, aún era temprano pero no me gustaba que Regina estuviera tan tensa, la preocupación se le notaba en el rostro

La observé desde la cama, caminaba de un lado a otro mientras terminaba de arreglarse, su manera elegante de vestir siempre me gustó, había elegido un vestido azul cielo que resaltaba su cintura, su cabello rizado y rubio estaba perfectamente peinado y su aroma exquisito invadía mis fosas nasales

- ¿Estás bien? - pregunté poniéndome de pie y acercandome a ella

- ¿Tú estás bien? - levantó las cejas, su voz demostraba sus nervios

- Regina, no me gusta verte así - la tomé por la cintura

- Sólo estoy nerviosa - intentó sonreír - estoy bien, de verdad - acarició mi rostro y se soltó de mi agarre

- Todo saldrá bien - intenté calmarla - quizá tendremos algún inconveniente pero estamos juntos y juntos los superaremos, somos fuertes y nos amamos - sólo asintió y se sentó en la orilla de la cama

Ximena entró en la habitación avisando que Hernán había llegado, él era el único periodista en el que confiabamos para dar a conocer la noticia, Regina lo había citado solo diciendo que era para revelar algo importante como único dato y aunque para él era un misterio aceptó de buena manera, de todas formas ¿quién no aceptaría la primicia de cualquier cosa que quisiera decir la presidenta del país?

- Gracias Xime, vamos en un minuto - Regina secó una lágrima de su mejilla que yo no había notado

- Solo quiero que sepas que te amo pase lo que pase - a mi mente llegó rapidamente un recuerdo de uno de nuestros encuentros en la cabaña, le había dicho eso y le habia propuesto que se casara conmigo, sonreí por eso - todo estara bien - volví a calmarla, ella sonrió algo triste, suspiró profundo, y salió de la habitación

(Narra Regina)

Salí de la habitación con el corazón en la mano y el alma en un hilo, me preocupaba lo que fuera a pasar

Los camarógrafos que no eran muchos porque así le pedí a Hernán, ya se encontraban ubicando todos los equipos en el estudio desde dónde realizaremos la entrevista, saludé a todos y le pedí a Hernán que me acompañará al despacho, tenía que darle un adelanto del tema, no quise decirle nada por teléfono porque era delicado, pero tampoco podía soltarlo de la nada en cámaras y que a él también lo tomara por sorpresa