Capítulo 53 *

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Y esta vez, para siempre
(Narra Regina)

— Está despertando — escuchaba la voz de Gerardo un poco lejos, sentía muy pesados mis párpados pero luchaba por abrirlos — Sabía que eras muy fuerte mi vida — la pesadez disminuía rápidamente y ahora sabía que Gerardo estaba aquí conmigo

¿Que me había pasado? Yo no había sufrido ningún daño ¿Que hacía en el hospital?


— Moría por ver brillar otra vez los ojos más bellos del mundo entero — finalmente mi vista se aclaró por completo y vi que Gerardo efectivamente estaba junto a mi con una sonrisa de oreja a oreja

Sonreí ante su comentario por mis ojos y enseguida vinieron a mi mente los recuerdos de todo lo que había sucedido

— ¿Cómo está Ximena y Emiliano? ¿Cómo está mi niña? — pregunté empezando a ponerme nerviosa

— En casa ellos están bien, ya pasó el susto. Emiliano estuvo aquí pero le dije que se fuera a descansar que yo me quedaba contigo — parecía muy tranquilo

— ¿Cómo llegue aquí? — aún no entendía esa parte de la historia

— Teresa te drogó — eso era imposible — Caiste al suelo y recibiste un golpe en la cabeza, tu cuerpo no aceptó muy bien las drogas y por eso estuviste inconciente mucho tiempo — no, eso no era lo que había pasado

— ¿Teresa me drogó? No Gerardo ella me ayudó, ella era una víctima más de Alonso — dije segura de lo que decía

— No amor, ella te hizo creer eso, cuando te mostró algo en su teléfono, pero mientras tú leias ella te drogó — ¿Todo lo soñé?

— No es así como lo recuerdo — besó mi mano

— Tranquila, el doctor dijo que sería probable que no recordaras muy bien lo que pasó

— ¿Tú como sabes que así ocurrió? — no entendía nada

Gerardo se acercó a mi y me dió un tierno beso en los labios, tomó mis manos y sonrió un poco, se aclaró la garganta y empezó a contarme

— Resulta que Alonso tenía camaras en el lugar y gracias a eso pudimos saber todo lo que había ocurrido  antes de que yo llegara


— ¿Y Ximena y la niña? — que raro, al parecer todo lo había soñado

— Después de que Teresa te drogó y que estabas inconciente debido al golpe y a los efectos de las sustancias, Alonso llegó con Ximena, la niña y Dennís pero también llegue yo con Emiliano, tuvimos un pequeño enfrentamiento que no pasó a mayores y afortunadamente la policía llegó unos minutos después, tal y como se lo pedí a Daniela — Gerardo sonrió ante mi cara de confusión

— ¿Que pasó con Alonso y Teresa, murieron? — hablé bajito

— Espera, a ver ¿Qué es lo que recuerdas exactamente? — no respondió a mi pregunta

— Fui al lugar donde mi citaron y encontré a Teresa y aunque am principio tuvimos una discusión ella finalmente me ayudaba, me mostró en su celular un mensaje con lo que estaba pasando y diciendome que teníamos que salir de allí una vez que llegara Ximena con la niña, ella era una víctima más — conté y Gerardo negó con la cabeza

— No mi vida, ella era parte de esto lamentablemente pero cuéntame lo que pasó después en tu historia

— Alonso llegaba con Ximena pero sin mi pequeña, me abofetiaba y tú llegabas también junto a Emiliano, por alguna extraña razón él sabía que ustedes estaban allí y los enfrentaba pero después llegaba la policía y Alonso apuntaba con un arma a nuestros hijos, Teresa lo amenazó y ambos dispararon y murieron — Gerardo me miraba confundido pero divertido escuchando mi película de ficción

— ¡Woo! que imaginación tienes mi amor — se echó a reír

— ¿Te burlas de mi? — mostré mi cara de enojo

— Jamás lo haría, pero me causa admiración pensar hasta donde llega tu mente — se levantó alejándose un poco

— ¿Que pasó con ellos? No respondiste a mi pregunta — insistí

— ¿De verdad no lo recuerdas? — su rostro ahora estaba tenso

— ¡Gerardo! — bufé

— Alonso y Teresa no se dispararon entre ellos, sin embargo Alonso prefirió morir antes que pasar el resto de su vida en una prisión — se acercó de nuevo a mi

— ¿Se suicidó? — pregunté mientras me aferraba a sus brazos

— Si, después de que lo detuvieron se suicidó en su celda — Me quedé sin palabras

Yo no lo amaba, y si quería que pagara por todo lo que había hecho pero muy lejano a eso me causó un poco de tristeza, había compartido con él veinte años y teníamos un hijo y en algún momento de mi vida lo amé, ahora solo sentía compasión por su alma

— ¿Y Teresa?

— Teresa debido a sus problemas con la adicción a las drogas y al alcohol y a su inestabilidad emocional fue llevada a una clínica de rehabilitación, pero está bajo custodia policial — Gerardo apoyó su mentón en mi cabeza

— ¿Cuánto tiempo estuve inconciente? — esto era realmente raro

— Tres días — besó mi cabeza

— ¿Tanto? ¿Por qué?

— El doctor dice que es normal, nunca habías estado expuesta a esas cosas y tu cuerpo no lo aceptó muy bien, pero ya no importa, ya estás aquí conmigo y está vez para siempre — sonreí

Un Amor Para Siempre || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora