Capítulo 37 *

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CELOSO
(

Narra Regina)

Ximena aún estaba dormida por la anastecia cuando entramos a verla, a la niña podríamos verla pronto pero desde lejos, no ibamos a poder cargarla hasta que estuviera bien, nos dolía mucho la situación pero a la vez nos sentíamos alegres porque para Gerardo y para mi, ya había nacido nuestra primera nieta

Xime se veia un poco pálida, pero el doctor nos había dicho que estaba bien, estaba estable, y que solo había que dejarla descansar y recuperarse de la cesárea

- ¡Ya pueden ver a la niña! - Exclamó una voz detrás de nosotros, nos volteamos y se trataba del doctor que había llevado el caso de Gerardo cuando estuvo en coma

- Hola, ¿Cómo está doctor? Que gusto volver a verlo - extendi mi mano para darle un afectuoso saludo y sonreí, él había sido muy amable siempre conmigo y con Gerardo

- Hola Regina, muy bien gracias por preguntar, ¿Cómo estás Gerardo? - saludó

- Muy bien gracias, ¿Ya podemos ver a la niña entonces? - su voz era áspera y fría

- Si, ya pueden verla en la encubadora - el doctor estaba algo confundido por la actitud de Gerardo

- ¡Vamos a verla entonces! - traté de levantar los ánimos

- Yo tengo que revisar a Ximena - Dijo el doctor y salimos de la habitación. Emiliano iba delante de nosotros muy inquieto pero emocionado, Gerardo iba junto a mi pero llevaba una cara de pocos amigos


- ¿Me puedes decir qué te pasa? - dije un poco molesta

- Se volvieron muy amigos el doctor y tú cuando estuve en coma y venías a diario al hospital ¿verdad? - Gerardo estaba celoso

- ¿Qué? - reí - ¿Estás celoso del doctor? - negué con la cabeza

- Claro que no - bufó - yo no soy así - se adelantó hasta donde iba Emiliano dejándome atrás, ¡sola!

Tenías ganas de reirme a carcajadas pero mi cara expresaba más bien ira, me molestaba que se comportara así, no tenía por qué y además odiaba que me dejaran caminando o hablando sola

Llegamos a donde estaba la pequeña más preciosa del universo, estaba en una encubadora, conectada a tubos que la ayudaban a respirar, pero eso no impedía ver lo hermosa que era su carita, tenía un perfil perfecto, era muy pequeñita aún

- ¿La ven? está preciosa - Mencionó Emiliano lleno de emoción

- Es una muñeca - Respondió Gerardo a Emiliano ignorando mi presencia

- Está muy hermosa - Le dije sonriendo

- Se parece a mi ¿Verdad? - Nos preguntó


- Yo diría que tiene de ambos - él asintió

Me encantaba ver a Emiliano tan contento con su hija, me daba coraje la actitud de Gerardo conmigo y me dolía a la vez que se pusiera así por una estupidez, deberíamos estar celebrando el nacimiento de nuestra primer nieta. Emiliano se fue porque quería ver si Ximena había despertado, me quedé con el celoso de Gerardo pero ni me miraba, estaba a punto de retirarme cuando me tomó del brazo y me acercó a él


- ¡Te amo! - dijo en tono de disculpa y casi en un susurro

- Me molesta tu actitud para conmigo, no sabía que eras celoso - le reclamé haciendo énfasis en la palabra 'celoso'

- Perdóname - parecía un cachorrito arrepentido que no pide envitar sonreir - No se lo que me pasó, es que te vi tan feliz cuando viste al doctor que me puse así - me crucé de brazos

- Soy la presidenta del país, no puedo mirar a la gente con cara de fastidio - dije en voz baja porque nos encontrábamos en un lugar público - Y por otro lado, el doctor te salvó la vida y estuvo siempre al pendiente de ti y de mi, de que todo se llevara con la total discreción

- Lo siento - se disculpó nuevamente

- Te amo pero jamás me vuelvas a ignorar en tu vida, ¡eso duele! - asintió y lo abracé


Un Amor Para Siempre || EditadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora