Capítulo 2.- ¿Un Guardaespaldas?

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-Perdón, me confundí- el hombre me llamó la atención, su boca y nariz estaban cubiertas por un tapa bocas blanco, supuse que estaba enfermo. Su traje perfectamente liso, y su corbata bien puesta me recordaron a mi padre.

-Si, me di cuenta- exclamó

-Emmmm, no es por ser grosera, pero ¿Quién eres y qué haces aquí?- dije en un tono algo más cortante del que habría querido, aunque no podía ver su sonrisa sabía que sonreía, sus ojos me lo decían.

-¿Y no querías ser grosera?- me miró sonriente

¿Quién es él? No lo había visto nunca. Me crucé de brazos molesta.

-¿Buscas a mi padre?- pregunté seria

-No, él me está buscando a mi- se adentró en la cocina, lo seguí, se paseó por la cocina sin apuro. Como si fuera la suya.

-¿Por qué le buscaría?- pregunté confundida, se le veía muy....¿Correcto?

-Tengo algunas cosas en mente-comencé a cocinar algo, aunque yo ya había comido con Ale, estaba segura de que mi padre no había almorzado.

-Creí haber visto su auto- comencé a picar la cebolla

-Estoy esperando...subió un momento-explicó sin ganas

-¿No prefiere ir a la sala de invitados?- exclamé

-Me gusta estar aquí- su mirada estaba fija en cómo cortaba con rapidez-¿Estudias gastronomía?-preguntó, reposó su cabeza en su mano sin despegar su mirada de mis movimientos.

-No-dije sin ganas, no quería hablar con un extraño, puse las verduras en una olla junto con la carne, lo especie y lo cocine a fuego lento.

-¿Podrías llamar a tu padre princesa?-preguntó mientras se apoyaba en la isla.

-Claro, espere aquí-exclamé, no era la primera vez que tenía que tratar con un hombre de esos que te llaman con apodos, los socios de mi padre eran muy parecidos, no podría decir que somos ricos, pero sí una familia con una empresa sobresaliente en el mercado, no era raro ver a posibles socios buscando a mi padre en especial en estos días, pero no logro recordar una sola vez que mi padre haya buscado a alguien, subí las escaleras. Si te situabas en la puerta de entrada podías ver cómo 2 grandes escaleras se habrían paso hacia la parte de arriba de la casa, los candelabros colgaban del techo y el tapiz en la paredes es color carmesí, en mi opinión demasiado anticuado, pero mi padre me había dejado remodelar mi habitación hasta hace poco por lo que no me quejaba más de la apariencia de la casa. Toqué la puerta de su oficina.

-Adelante-abrí la gran puerta, al final de la habitación estaba mi padre sentado en su escritorio, sus lentes en la punta de la nariz lo hacían ver mayor de lo que era, su cabello tenía una combinación de negro con canas, levanto la vista de un montón de hojas.

-Un hombre está esperando abajo, dijo que lo estabas buscando-exclamé, él abrió los ojos.

-Dile que suba-exclamó, con rapidez limpió las hojas de su escritorio escondiéndolas en sus cajones, se aliso el saco ¿Por qué estaba tan entusiasmado? Cerré la puerta con cuidado para no azotarla, bajé, el peliplata seguía en la cocina, hasta parecía un maniquí, no se había movido de lugar.

-Sígame por favor- dije con un tono tranquilo, él asintió, lo guíe escaleras arriba-Es aquí- señale la puerta chocolate de la época victoriana-Hizo una pequeña reverencia con la cabeza y entró- camine unos pasos en dirección a mi cuarto y pare en seco, esto era diferente, había conducido a muchos hombres a la oficina de mi padre, pero...había algo diferente, ¿No llevaba maletín? En realidad eso no tenía importancia, no era el primero que venía sin él.

Mi Guardaespaldas/Kakashi Hatake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora