Capítulo 15.- Una gran tormenta

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-Resulta que Héctor me llamó ayer-escuchaba la emoción en su voz-Dijo que quería verme-ambas soltamos en una risita-Quedamos de vernos... su.... arriba.... ner.... alg... -la señal empezaba a cortarse. Una pequeña lluvia había comenzando.

-¿Ale?-Fue inútil la llamada se cortó. Frunci el ceño.

-Puedes llamarla cuando estemos en casa-Exclamó sin quitar la vista del camino. Asentí. Miré por la ventana, los paisajes pasaban a gran velocidad. El peliplata descanso su mano en mi pierna, aún con el pantalón me produjo un hormigueo, lo miré. No despegaba la vista del camino. Me concentre en su mano derecha que yacía sobre mi muslo, se notaban las venas y arterias, era grande, su mano apretó un poco. Un trueno me sobresalto.

-¿Q-qué pasa? -exclamé

-Nada-dijo sin más, su rostro parecía sereno. Me recordaba mucho a él. Sólo que...

Debía dejar de pensar en él

Era lo mejor

El peliplata me miró.

-Eres muy hermosa-soltó, mi respiración se cortó, mi corazón latía a gran velocidad por un segundo pensé que se saldría de mi pecho.

-¿A-a q-que viene e-eso?-Comenté con la cabeza agachada. Por el rabillo del ojo note que levantaba los hombros con indiferencia.

-Sólo comentaba-Aún al ver mi reacción no quitó se mano de mi pierna, siguió manejando. Por alguna razón mis manos se posaron sobre la suya, él me miró por un momento y después continuó como si nada. Su mano era cálida, hice una leve caricia con el dedo índice, deliniando las venas que se le marcaban en la mano. El apretó un poco mi pierna, levanté la cabeza para mirarlo. Estaba concentrado en el camino y que mejor, sería horrible que perdiera el control en plena lluvia, y más cuando apenas veía el camino.

-¿Cuando tendré mi uniforme?-Mañana tendría que asistir al Instituto, falte los primeros días, eso no es una buena noticia para mi expediente que para mi mala suerte ya está repleto de avisos y llamadas de atención.

-Mañana te lo llevaré a la escuela-Yo asentí.

-Volverás a tu casa esta noche-afirme, sólo recibí un movimiento afirmativo de cabeza como respuesta-¿No es muy cansado?-Él sólo asintió. Bostece.

-¿Dormiste bien?-Su tono se volvió duro, me sentí pequeña, más pequeña de lo que era a su lado.

-Si-Fue lo único que dije, dirigí mi atención a los paisajes que se mostraban a gran velocidad por la ventana las gotas pasaban rápido.

-Rayos-escuché que exclamó molesto, segundos después se estacionó a un lado de la carretera y apagó el motor.

-¿Qué pasa?-Pregunté nerviosa. Debía tranquilizarse, no me iba a matar... eso espero.

-Está lloviendo demasiado y estoy cansado-sin más que decir encendió otro cigarrillo, sin dudar se bajo el tapabocas para fumar con más comodidad.

-¿Sólo por eso nos detenemos?-le reclame, la lluvia podía durar horas. Sólo recibí un asentimiento de cabeza como respuesta. Encendí la pantalla de mi celular.

Sin señal

Perfecto, voltee los ojos. El olor a cigarrillo empezó a ser más fuerte.

-Apaga eso-exclame molesta, tosí. No me había hecho caso.-¡Apaga tu maldito cigarrillo!-Exploté, estaba harta de que siempre fumara. El sólo me miró de reojo. Por alguna razón me puse muy nerviosa, no se si por que sin su tapabocas podía ver su sonrisa burlona, esa sonrisa que me provocaba cosquilleo en el estómago. Él, a modo de burla, succionó con fuerza del cigarrillo, y exalo una enorme nube de humo. Lancé mi puño contra su brazo, con la intención de darle un puñetazo para mi sorpresa atrapó mi puño antes de siquiera rozarlo y me jaló hacia sí. Cerré los ojos. Cuando los abrí me encontré en su regazo, no sentada totalmente pero en gran parte. Iba a recriminarle cuando puso el cigarrillo frente a mi como esperando algo de mi parte. Alce una ceja.

-¿Q-que hago con eso?-me sentí pequeña, acercó el cigarrillo a mi boca. Su pulgar delinió mi labio inferior. Mi corazon latía frenético.

-Está será la unica oportunidad en la que te dejaré probarlo-dijo serio, por alguna razón no le reclame nada ante su imposición. Tomé el objeto humeante y succióne como había visto que lo hacía, al momento una sensación de ardor y escozor en la garganta me obligó a toser. Cuándo pude respirar con normalidad hablé.

-Es asqueroso-dije con una mueca, él comenzó a reír, sus carcajadas en conjunto con su sonrisa me hicieron temblar de placer. Apagó el resto del cigarro y lo tiró a un costado de la puerta. Estabamos tan cerca que en cuestión de segundos sentía calor.  Me retorcí para ir a mi lugar cuando unas manos en mis caderas me lo impidieron.

-¿Q-que p-pasa? -Mi voz tembló, me golpee mentalmente por eso.

-Digamos que me gusta la sensación-Me lanzó una sonrisa burlona, me sonroje.

-I-idiota-le di un leve puñetazo en el pecho. Lo que aprovechó para tomar mi puño y atraerme más hacia él. Me puse tensa cuando note que miraba mis labios sin vergüenza. Su mano se acomodó en mi cintura, sentí mi piel erizarse bajo su contacto. Se relamió los labios sin prisa, estaba muy atenta a sus movimientos.

-Alex-su voz sonaba ronca y el apodo que usaba para nombrarme apoyaba en mi atontamiento. Yo sólo lo seguí mirando nerviosa, sin hacer ningún movimiento, sus muslos eran grandes por lo que me acomode sin problemas, por alguna razón tuve el loco impulso de acercarme unos centímetros a él. Kakashi pareció leer mis pensamientos por que en cuestión de segundos ya había acortado la distancia que separaba nuestros labios.

Mi Guardaespaldas/Kakashi Hatake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora