Capítulo 9.- Demasiadas horas en tu auto

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Me paralicé por las palabras que entraron a mis oídos, mis piernas temblaron ¿Enserio había dicho eso? Una carcajada ronca salió de su garganta, resonando dentro de la camioneta, todos los vellos de mi cuerpo se erizaron con esa carcajada.

-Solo es una broma princesita-dijo sonriente, volví en mi.

-I-idiota-lo insulte, lleve mis manos a mi boca-L-lo siento-me apresuré a disculparme. Sentí como puso un mechón de mi cabello detrás de mí oreja, el sonrojo subió a mi rostro.

-No te preocupes por comportarte como quieras delante de mi, no guardes las apariencias cuando estés conmigo princesita- me ordenó, me sentía más cómoda con cada día que pasaba junto a él.

-Muéstrame tu rostro-le pedí, aún aferrada a esa idea.

-¿Qué ganaré?-exclamó, le di un suave golpe en su hombro

-Hablo en serio-acomodé mi cabello para que no me estorbara la visión, me puse de rodillas en el asiento, viendo al peliplata, tomé su brazo libre y lo zarandee-Ándale-le pedí.

-Harás que choque-dijo medio riendo. Me senté otra vez en el asiento, cruce mis brazos e hice un puchero enojada, con su mano libre jalo mi mejilla con fuerza. Solté un gritillo, él me soltó, me acaricie mi mejilla.

-Me dolió-exclamé, aunque no había sido cierto. Descanso su mano en mi muslo, el rojo subió por mis mejillas, iba a quitar su mano, pero se sentía agradable. Nos quedamos en silencio por varios minutos, que a mí se me hicieron largos, cuando voltee a verlo, tenía la mirada fija en la calle, con su mano izquierda manejaba hábilmente. No había ningún rasgo en él que me revelara que estaba sintiendo, en cambio yo estaba muy roja. Su mano era pesada pero su piel suave, el calor se acumuló en esa zona, haciendo que los latidos de mi corazón estallaran. Entrando a un callejón, freno. Quitó su mano de mi anatomía y abrió la puerta del piloto, antes de salir se volvió a mi.

-No tardó, espérame aquí-me ordenó, salió, cuando cerró la puerta me sobresalté al escuchar como ponía los seguros del coche, me revolví nerviosa. Recordé el calor que me embriago cuando tocó mi muslo.

-B-b-Ba-baka-solté por lo bajo. Los vidrios estaban polarizados, pero yo veía perfectamente mis alrededores, una serie de edificios de todos tamaños y colores recorrían la calle, no había personas pasando, vi la hora en mi celular.

3:40 de la tarde, aún no era tan tarde, por lo que el sol estaba en su máximo punto, si el peliplata tardaba demasiado, el jeep se convertiría en un asador. Había entrado en un edificio de tabique con un enorme letrero donde se leía "Neox" ese nombre me parecía familiar, ¿Dónde lo había escuchado? Por más que hice memoria fue inútil. El calor comenzó a hacerme sudar, me puse desodorante para evitar el mal olor. Un rato después el peliplata salió del lugar, con una chica.

-Karla-exclamé por lo bajo ¿Qué hacía mi hermana ahí? Ahora recordaba, el Neox era un antro de mucha FAMA, ¡Apenas eran las 4 y ella ya estaba borracha! Se colgaba del brazo del peliplata para poder caminar, su vestido parecía una camisa roja larga, súper pegada a su cuerpo, me avergonzaba verla así. Kakashi abrió la puerta de atrás y ella entró.

-Holaaaa-subió la voz.

-¿Qué haces aquí a estas horas?-le pase una botella de agua.

-Soooolo me diverrrrtiia-las palabras tropezaban, el olor a alcohol era muy fuerte-Desspues llegooo él Parra arruinar todo-dijo señalando al hombre al volante. Prendió el motor y tomo el camino a casa.

-Hoy te quedaras con Diana-exclamó el peliplata, estuve a punto de preguntar, pero me di cuenta que le hablaba a la rubia.

-Siiii-gritó victoriosa-¿Porr qué tú cabelllo es morrado?-el peliplata rió, otra vez sus carcajadas causaron ese efecto de placer en mi.

-Es azul-la corregí

-Como sea-dijo restándole importancia, se recostó en los asientos y a los pocos segundos roncaba.

-¿También la cuidas?-le pregunté al peliplata

-Si, aunque es más fácil de seguir qué tú-dijo con tono de cansancio

-Es una zorra-solté, el peliplata me volteo a ver.

-Pero es tu hermana-

-Eso no significa que no lo sea-me cruce de brazos ¿Por qué hablaba de esto con mi niñera? Nunca había hablado de esto.

-Es extraño escuchar a una princesita decir groserías-exclamó serio-Karla no las dice-aprete los puños.

-Pues disculpe mi comportamiento-me volteo a ver una vez más.

-¿Otra vez me tratas de usted?-lo mire con el ceño fruncido

-Así se debe comportar una princesa ¿No?-subí el tono de mi voz, aún así Karla no se despertó. El peliplata suspiró.

-No eres una princesa-exclamó serio, volviendo su vista al camino

-Entonces deja de decirme así- bufé, me senté correctamente con la vista en la ventana, apoye mi cabeza en mi mano, descansandola. Paró delante de una casa discreta.

-Karla, aquí bajas- la movió un poco, y la rubia se levantó, no dijo nada solo salió contoneándose, la vista del Jounin la siguió hasta que entro a la casa.

-¿Quieres hacer algo?-me preguntó

-Si, ir a mi casa-me cruce de brazos. Cuando voltee Kakashi tenía un mechón de mi cabello entre sus dedos-¿Q-qué h-haces?-me moví nerviosa.

-Lindo color-dejó el mechón y aceleró.

-¿A dónde vamos?-pregunté tratando de regular mi respiración

-A mi casa-

-Pero te dije que..-me interrumpió

-Se lo que dijiste-voltee los ojos.

-Dobe-exclamé en un susurro casi inaudible. Freno y se estacionó en un lugar desierto-¿Me vas a matar?-pregunté a lo tonto.

-No-me sonrió. Se quitó la corbata, y comenzó a desabotonarse la camisa, me voltee hacia la ventana, el rojo coloreaba mis mejillas.

-¿Q-qué h-haces?-pregunté tartamudeando.

-Me desvisto-rió por lo bajo, algo callo en mi cabeza cubriéndome, cuando revise era su camisa, el olor a colonia me hizo aspirar con fuerza, olía muy bien.

-¿P-pero p-por que BAKA?-lo reprimí

-Debo cambiarme o si no Pakum me llenara de pelos la ropa de trabajo-¿Pakum? Supuse que era su mascota

-¿T-tienes un c-cambio de r-ropa?-pregunté torpemente. El sonido de la bragueta me congelo.

-Pues claro-por el tono de su voz, estaba sonriendo-¿Por qué te apenas tanto?¿Acaso nunca has visto a un hombre en ropa interior?-exclamó en tono de broma. Yo negué con la cabeza.

-N-nuca he visto a un hombre a-así-el peliplata a mis espaldas soltó un jadeo.

-Mierda-soltó, por el sonido, supuse que se estaba cambiando más rápido-Terminé-exclamó, me voltee lentamente por si mentía, llevaba una camisa negra que se ceñía a su trabajado cuerpo y unos tejanos. Encendió el motor y lo hecho a andar-Aún no entiendo como Katla y tú son hermanas-suspire

-Ni yo-deje su camisa en mis piernas.

-Guardare eso-tomó la camisa, sin darse cuenta que el ligero roce en mi muslo me había causado un mini infarto. Guardo la prenda en una mochila.

-¿Cuánto falta para que lleguemos?-pregunté pasados unos veinte minutos.

-Poco-exclamó sin más

-¿Cuánto es poco?-mi paciencia se estaba agotando

-Unos treinta minutos más-30 minutos en un coche junto a mi niñera, sería muy aburrido.

Mi Guardaespaldas/Kakashi Hatake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora