-Que milagro-Soltó Draco con los brazos cruzados-Creímos que te habías mudado a China-
-Lo siento-me disculpe, lo que suaviso su expresión.
-¿Dónde has estado?-La campana sonó interrumpiendo a Draco.
-Es una larga historia-Exclamé rendida.
-Tengo tiempo-Me tomó de la mano y me arrastró por el pasillo lejos de Ale y Héctor quienes se saludaron amorosamente, nos dirigimos a nuestro salón, cuando entramos Kakashi ya estaba ahí esperando que todos llegarán, cuando nuestras miradas se cruzaron sentí un intenso calor en las mejillas y una enorme sonrisa tonta en mi boca me puso muy feliz, Draco me arrastró al fondo del aula y me sentó a su lado, el peliplata comenzó a dar su clase, el perforado me dejó un papelito en la butaca, escribí en un resumen lo que había pasado, omitiendo la "situación" con Kakashi, cuando le di el papel su cara era de confusión, y no lo culpaba, puse atención a la clase o al menos lo intenté, mi mirada estaba fija en el peliplata, su camisa arremangada me dejaba una gran vista de sus musculosos brazos esos brazos que me habían estrujado ayer, sus manos con dedos largos con los que me había acariciado ayer, su tapabocas había hecho acto de presencia, aunque no me quejaba de alguna manera el que sólo yo disfrutará esa vista era especial, mi ceño se vino abajo cuando recordé que Karla también lo veía así. No había tenido el tiempo de pensar en la relación de ellos dos, se tenían mucha confianza y se notaba que se conocían desde hace algún tiempo. Di un respingo al escuchar el timbre que anunciaba el final de la clase, antes de poder levantarme el peliplata ya estaba delante de mi butaca con una bolsa en sus manos.
-Su uniforme Señorita Rosales-Tomé el uniforme con ka cabeza baja sin hacer contacto visual y le di las gracias, cuando volvió a su escritorio era seguido por varias chicas con una mirada lasciva. Él sonreía amable cuando hablaban con él.
-Mejor ve a cambiarte-Draco me sacó de mis pensamientos.
-No tardo-Corrí hacia los baños y cerré uno de ellos con pestillo, cuando trataba de subirme el cierre de la falda escuche unas risitas chillonas, supe de inmediato que Karla y sus amigas habian entrado.
-Cuéntanos ¿Dónde has estado? -Preguntó una.
-Pues resulta que Kakashi me llevó a su casa-Escuché hablar a mi hermana, un grito agudo de sorpresa inundó el lugar.
-No te creo-Inquirió otra
-Estuvimos en el mar todo el fin de semana y me besó-frunci el ceño ¿Acaso no teníamos prohibido hablar de nuestra relación con Kakashi? Al parecer a Karla no le importaba en lo absoluto, minutos después salieron del baño y yo termine de cambiarme, una burbuja se habia formado en mi garganta, no podía dejar de pensar en Karla y Kakashi se notaba que se llevaban bien, demasiado diría yo, ¿Sería verdad que la había besado? Una chispa de adrenalina inundó todo mi cuerpo y salí como una bala del baño, entre al aula donde Kakashi seguía rodeado de muchas chicas que le hacían ojitos y obvias insinuaciones. Desvíe la vista y fui hacia Draco.
-Dime que te peinaras un poco mejor-Exclamó en tono burlón, yo voltee los ojos, esa mañana sólo me había dado tiempo de hacerme una rápida coleta. Tenía la intención de dormir toda la hora. Me acomode en la butaca y cerré mis ojos, milagrosamente dormí sin ningún problema, nadie me levantó aunque estaba completamente segura que que estaba a plena vista del peliplata.
Hasta logre soñar de lo bien que dormía, en mi sueño no estaba nítida la imagen, parecía como si estuviera empañada, lograba ver la silueta de un hombre y un niño, al parecer caminaban no estaba muy segura de quienes eran. Alguien me movió un poco haciendo que despertará, al abrir los ojos y levantar la vista, toda la clase me miraba expectante. Kakashi negó con la cabeza a modo de desaprobación.
-La espero en mi oficina después se clases-Yo asentí al escucharlo. Aún estaba algo atontada. Aunque no se le veía enojado tampoco feliz, estaba serio quizás hasta despreocupado, como ya era costumbre, aunque la clase continuó estuve toda la hora dado cabezazos y no es por que la clase de Kakashi sea aburrida si no por que simplemente me sentía agotada, cuando sonó el timbre una vez más, torci la boca, Educación física.
No me hubiera molestado tiempo antes, quizás hasta habríamos jugado baloncesto o atletismo pero ahora debíamos entrar en una alberca y yo lo detestaba, mejor dicho detestaba el traje de baño azul oscuro de la escuela. Antes de salir del salón encontré a Ale. A ella no le molestaba la vestimenta, se veia perfecta en ella.
-Me dormí la mayoría de la hora-comenté
-A mira-Exclamó sarcástica, le di un leve golpe en el hombro a modo de juego después la abracé.
-No quiero ir a la alberca-Hice un puchero.
-Tu nunca quieres-dijo, y aunque tenía razón, no la exoneró de mi mirada asesina.
Bajamos y entramos a los vestidores de chicas. Cuando abrí mi casillero, no había nada, Ale tuvo que golpearme para que reaccionará, me habían jugado una mala broma, a lo lejos escuché las risas chillonas de Karla y sus amigas. Pues no iria a clases.
-Hay que buscar donde escondieron tus cosas-Exclamó.
-No es necesario, de igual forma no entraría-La mayor volteo los ojos, nos despedimos y me dispuse a caminar entre los pasillos durante toda la clase, pasaba por delante de una oficina cuando reconocí unas voces.
Hector y Karla platicaban.
Me acerque para escuchar mejor, pegando mi oido a la puerta. Los susurros fueron audibles. No soy chismosa que quede claro, solo soy... curiosa.
-¿Iras al club hoy?-Inquirio una voz chillona inconfundible.
-Te veo ahi-Respondio el hombre. Karla iba a exclamar algo mas cuando un carraspeo a mis espaldas me hizo respingar y voltear nerviosamente, al observar a la persona que me había atrapado respiré con calma.
Menos mal.