Por un segundo nos quedamos mirándonos sin saber cómo reaccionar, me solté abruptamente de un jalón, el chofer nos veía extrañado, supuse que eso no pasaba muy a menudo (XD), recordé que no debía estar ahí, que debía estar en mi casa, en mi habitación, en mi cama, dormida, no estaba dispuesta a oír un regaño del peliplata y de mi padre, lo empuje y salí del camión, corrí por la calle, voltee por un momento, vi como el camión se iba alejando, inspeccione la calle... No había nada ni Nadie, pare de correr y camine, supuse que el chofer se había puesto en movimiento y el peliplata se había quedado atrapado, suspire aliviada, tendría que caminar hacia la casa de Ale, me sentía cansada, seguí caminando, un olor me embriago, cigarro, nunca he fumado, mi padre fuma puros, siempre he estado acostumbrada al olor de un buen puro en casa, pero este olor era diferente, mi mente estaba cansada, no lograba recordar de dónde era ese olor o de quién era, la casa de mi mejor amiga estaba dando vuelta en la esquina, corrí, necesitaba una mullida cama, un chocolate caliente y una plática con Ale, di la vuelta en la esquina, no logre detenerme a tiempo a pesar de que vi una sombra delante, choque y caí al suelo. Maldije para mis adentros.
-Mira por dónde vas, puedes lastimarte-exclamó la persona de inmediato reconocí.
-Carajo-exclamé aún en el suelo, el hombre me tendió la mano, ni siquiera la rechacé solo la ignore de la forma más descortés. Me levante-Fíjate por donde caminas-Inquirí Molesta. Me jaló del brazo como en el camión cuando pase a paso apresurado a su lado.
-¿A dónde vas?-Preguntó con tono tranquilo, pero su agarre era firme, no me dolía pero sentía presión
-Que te importa-solté, trate de zafarme como en el camión, pero esta vez no pude. No lo tome por sorpresa.
-¿Qué diría tu padre si supiera que te has escapado?-preguntó, pare en seco-Creo que se molestaría-Logró tocar una fibra sensible en mi. Me giré hacia él.
-Suéltame-dije autoritaria, ya había dejado de lado la cortesía con ese hombre, no me importaba mantener una figura pasiva y respetuosa. Me había hecho enfadar.
-¿Volverás a escapar?-Preguntó, negué enérgicamente con la cabeza, pensaba salir corriendo en cuanto soltara su agarre-No te creo-Inquirió, mientras me arrastraba hacia un automóvil, sin importarle mis quejas, cuando nos acercamos reconocí el jeep negro-Sube-Abrió el asiento del copiloto. Me quede plantada ahí, con su mano aún en mi brazo me empujó al interior, renegué. Subió y cerró con seguro las puertas. Encendió el motor del auto y avanzó entre las oscuras calles.
-¿Por qué ibas a subir al camión si tienes camioneta?-Pregunté entre dientes, no sé por qué le hable, estoy muy enojada con él.
-No iba a subir, estaba esperando que alguien bajara-dijo sin despegar la vista de enfrente. Me pico la curiosidad ¿A quién esperaba a mitad de la noche? Acercó su mano derecha a mis piernas, me contraje de inmediato y mi respiración se aceleró, abrió la guantera de donde sacó una cajetilla de cigarros, me ofreció uno con un ademán, yo negué con la cabeza. Prendió su cigarrillo, sin bajar las ventanas, a los pocos segundos tosí por culpa del humo, trate de bajar la ventana pero el botón no respondía.
-Baja el vidrio-exclamé, el solo me miró rápidamente y volvió la vista al frente-¿Acaso estás sordo?-el peliplata frenó el automóvil en un movimiento violento, si no hubiera tenido el cinturón puesto me habría estampado contra el vidrio. Me volteo a ver.
-Princesita, ¿Te golpeaste tan fuerte cuando te caíste?-exclamó serio
-No, y deja de decirme así-susurre
-Creo que metí en mi camioneta a la chica equivocada, ¿Has visto a una princesita?-una sonrisa de lado se formó en su rostro, un escalofrío me recorrió la espalda. Jugué nerviosamente con la orilla de mi sudadera.
-Lamento mi comportamiento-exclamé bajando la cabeza, ¿Por qué me disculpaba? Él me había metido a la fuerza a la camioneta
-Así me gusta-revolvió mi cabello, a lo que me encogí un color rojizo pinto mis mejillas. Volvió a arrancar, esta vez bajo las ventanas para que el humo escapara del auto.
-Gracias-Exclamé por lo bajo, no estoy segura si me escucho.-¿Me llevarás a casa?-aproveche para preguntar
-¿Debería llevarte a casa?-tiro su cigarrillo por la ventana, y volvió sus manos al volante.
-No creo que sea buena idea ir con una chica a la que le doblas la edad a media noche-dije mientras volteaba al vidrio.
-¿Qué edad tienes?-preguntó directo.
-E-eso no se pregunta-Según mis maestros preguntar eso podía llegar a ser una falta de respeto.
-Solo dímelo princesita-Su voz tomo un tono de voz que jamás había escuchado de él. Era ¿Lindo?
-17-dije, sonrió
-No te duplico la edad-dijo orgulloso, yo voltee los ojos.
-Ha cierto, me la triplicas-estallé en carcajadas, para mi sorpresa también rió el peliplata, sus carcajadas fueron graves y me cautivaron, ojalá ese sonido nunca se hubiera terminado.
-Solo soy 9 años mayor que tú-exclamó con una sonrisa en los labios. Después de hacer mis cálculos caí en cuenta.
-26-jadee, no parecía tan mayor. Dio vuelta en la esquina de la casa, cuando estuvimos enfrente me abrió la puerta.
-Un gracias no estaría mal-dijo aún sonriente.
-Gracias por traerme a la prisión-dije sarcástica, tome mi mochila y bajé, desde hace un rato mis rodillas habían comenzado a arder pero le quite importancia, no moriría por eso, me lavaría la herida y la vendaría.
-Por cierto, ¿A dónde ibas con tanta prisa?-cerró la puerta del jeep y se apoyó ahí con los brazos cruzados.
-No soy tan tonta como para revelarle eso a mi niñera- Me crucé de brazos imitándolo, le lance una mirada retadora.
-¿Niñera?-
-Eso eres ¿No?-lo mire con una ceja levantada y una sonrisa.
-Ve a casa-me ordenó, subió a su coche y prendió el motor, bajo el vidrio de la ventanilla-No me iré hasta que entres-declaró, voltee los ojos, tuve que subir por la enredadera otra vez, perdiendo de vista el jeep, corrí nuevamente para evitar a Hinata, escale el árbol y entre a mi habitación, de puntillas me metí en mi cama. Caí en un sueño profundo rememorando el día.