Caminábamos donde la figura de Quiroga había estado hace unos segundos, el azabache se había metido a la casa esperando nuestra llegada.
Kakashi apoyo si brazo alrededor de mis hombros y dejó un poco de su peso encima mío.
-Vámonos Miku!-Grito Kakashi, la pequeña entró corriendo a casa, mientras pasábamos el umbral de la casa observe con detenimiento al peliplata, si rostro fino, su mandíbula bien definida, sus labios eran Rosa claro y su nariz algo respingada, la gorra le escondía un poco el cabello revuelto.
Al entrar en la casa Quiroga nos veía con los brazos cruzados, aún llevaba ese extraño parche en el ojo. Kakashi deshizo su agarre.
-¿Qué a traen ustedes dos ehh?-nos miraba con el ceño fruncido. Nos miraba intermitentemente-Esto sólo es trabajo Kakashi, no cometas un error así de grave con esta niña-frunci el ceño al escuchar como me nombró.
-Eso no te importa Quiroga, así que será mejor que te metas en tus propios asuntos-Exclamó Kakashi sorprendiendonos a todos.
-Te lo advertí-Inquirió Quiroga molesto-y ponte esa maldita máscara ver tu cara me molesta-aún decir nada más subió las escaleras perdiéndosede vista, sólo escuchamos el portazo de una habitación, Miku también se había ido.
-Creo que no remodelare ninguna habitación hoy-exclamé sarcástica. El peliplata soltó una carcajada-Se le veía molesto-
-Se le pasará-Dijo el peliplata indiferente-Haré una llamada y vuelvo, puedes hacer lo que quieras-Exclamó tecleando en su celular.
-Quiero volver a mi casa-inquiri
-Eso no es posible, ese lugar ya no es seguro, tu padre en serio debe mucho dinero a muchos mafiosos y su hija secuestrada sería un gran incentivo para obligarle a pagar-se llevó el celular al oido-¿Si?......no. .....dije no. ...No. .....esta bien......paso por ti.....también te quiero ...-Kakashi colgó el celular, yo lo veía con el ceño fruncido, mientras buscaba las llaves de su camioneta algo apurado. Me crucé de brazos.
-¿Quien era?-Preguntaba aunque ya supiera la respuesta.
-Karla, quiere que la vaya a buscar-dijo
-¿Acaso eres su chofer?-Dije algo molesta,siempre hacía lo así le decían.
-Vuelvo en un rato-Dejo un beso en mi frente para después ponerse su estúpida máscara.
-No te vayas-Agarré de la camisa-Que Quiroga la busque, o que tome el tren, un taxi, yo que se-inquiri
Me tomo de la cintura-No tardaré, te traeré una sorpresa ¿Si?-Susurro
-No necesito nada, no vayas-hice un puchero.
-Regreso en un rato-cuando se volteó, le arrebate las llaves del auto y las escondí en mi sostén en un rápido movimiento-Princesita!-Exclamó exasperado-Mientras más rápido me vaya, mas pronto estaré aquí de regreso, dame las llaves-extendió su mano.
-No-
-Dámelas-
-Que no-
-No estoy jugando dame la llaves-
Me crucé de brazos.
-Quitamelas-lo rete, el volteó los ojos.
-No tengo tiempo para tus jueguitos hormonales, dame las jodidas llaves-mis manos cayeron a los costados de mi cuerpo, saque las llaves de su escondite y se las avente al pecho, él ni siquiera trató atraparlas.
-Lo siento princesita es sólo que...-
-Largo!-Lo interrumpi-Karla no puede esperar-Me voltee y salí de la casa, me encamine hacia la playa, mientras escuchaba el motor del auto alejándose-Idiota-susurre.
Quedarme sola en un momento como este no me hacía nada bien, aún no podía digerir que mi padre se uniera metido en tantos problemas, se que tiene dinero pero nunca el como lo había conseguido, simplemente nunca pregunte, ni siquiera pregunte sobre mamá, supongo que mi padre tenía suficiente con que su hija menor fuera grafitera, aunque eso él no lo sabe.
Recordé a la madre de Karla, debió haber sido un golpe duro saber que por tu existencia se estropeó un plan de vida, no digo que ella tuviera la culpa, todo lo contrario, ella era una víctima más de las malas desiciones de adultos, tal vez por eso es como es, arrogante y egoísta, quiere sentir que nadie la podrá dañar otra vez, si hubiera sabido eso antes, habría sido más tolerante con ella. Al parecer la única que se está quejando soy yo, soy la que ha tenido la vida fácil, sabe dios qué tanto tuvieron que pasar Quiroga y Kakashi juntos de pequeños, en un mundo que les obligó a comportarse como adultos cuando solo eran unos niños, la egoísta y arrogante era yo, Quiroga y Kakashi me estaban protegiendo, Karla se estaba protegiendo a ella, y yo, yo estaba fastidiando al peliplata. Si no me hubiera fijado en él de una manera más....cercana no estaría dándole tantas vueltas al asunto, de un momento a otro una idea apareció en mi cabeza ¿Estaré enamorada de Kakashi? Mis mejillas se encendieron como si fuera una monja virgen, vaya aunque sí que soy virgen, creo que me estoy haciendo una idea equivocada de todo, de lo único que estoy segura, es que me gusta el peliplata, ya ha sido demasiado de jueguitos, debo comportarme como adulta y decírselo. Ni loca.
La idea de que yo estaba en peligro cruzo mi mente.
Tengo unos tíos en Inglaterra, tal vez pueda ir por un tiempo en lo que mi padre arregla sus asuntos con la mafia japonesa, no me gustaría estar entre ellos.
El sol empezó a caer, cuando el olor a chocolate inundó mis fosas nasales, al voltear, Quiroga estaba de pie con dos tazas humeantes. No me había dado cuanta del hambre que tenía.