Capítulo 30.- Disparos

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-S-Sal de aquí- Exclamé

-No seas tan fría cuando estas ardiendo-Mordisqueo mi cuello.

-H-hablo en serio K-Kakashi-

-Yo también-Apretó su entrepierna contra mi cuerpo, simulando una embestida, una ola de calor recorrió mi cuerpo y un gemido escapó de mis labios-Recuestate-sin hacer caso a mis pensamientos hice lo que el peliplata me ordenó, con cuidado de no aplastante con su cuerpo se recosto sobre mi, manteniendo su peso en sus codos alrededor de mi cabeza. Pasé los brazos alrededor de su cuello y lo atraje hacia mi, nuestros labios a unieron en un apasionado beso, su lengua presionaba y mordia mis labios para después explorar mi boca a su gusto, sus movimientos eran fuertes y seguros, sus manos recorrieron mi cuerpo creando corrientes eléctricas por donde pasaban, bajaron hasta llegar al borde de mi camisa, en un segundo la pasó sobre mi cabeza deshaciendose de ella, la dejó al lado de la cama y observó mi cuerpo, mis mejillas ardieron cuando Su mirada me recorrió, sus pupilas estaban dilatadas y su lengua recorrió sus labios, para después dejar un camino de besos entre mis pechos hasta llegar arriba de mi obmbligo, aunque trate de evitarlo varios gemidos escaparon de mi boca, regresó por aquel camino hasta mi cuello, una vez ahí se separó de mi y se dehizo de su camisa.

Su trabajado abdomen quedo a la vista, llamó mi atención un tatuaje que había pasado antes por alto un extraño símbolo parecido a una estrella de seis puntas justo debajo de las costillas del lado izquierdo, no pude observarlo con detenimiento por que el peliplata a lanzó a mis labios nuevamente.

Un sonido llamó mi atención, el motor de un auto. El peliplata de separó de golpe.

-¿Qué pasa?-Pregunté jadeando

Me miró a los ojos, planto un suave beso en los labios, succionandolos suavemente. Con las yemas de sus dedos recorrió la piel de mis costillas.

-Te amo princesita-Dijo dejando un beso en mi clavícula, la respiración se me cortó. Mi corazón latio con fuerza. Antes que pudiera contestar me abrazó con fuerza-Nunca olvides eso-el sonido de un disparo me alertó-Siempre te protegeré- se levantó y me entregó mi camisa, me la puse con rapidez, la adrenalina corría por mi cuerpo ¿Quién estaba disparando? Se escucharon pasos pesados en el piso de abajo. Alguien había entrado a la casa. Mis pensamientos me llevaron a pensar que era una broma, pero al ver a Kakashi tan atento al ruido deseché esa idea. Mis sentidos se agudizaron y mis piernas terminaron,  amenazando con dejar de funcionar.

-¿Qué está pasando?- Pregunte con la voz temblorosa. Me aferre a su brazo con fuerza.

Luces verdes y rojas iluminaron la ranura inferior de la puerta, un grito me sacó de mis pensamientos. Mi cuerpo temblaba descontrolado, el peliplata abrió el closet con rapidez y saco una caja, más bien un maletín, del que tomó una pistola. Di un paso hacia atrás cuando vi el arma. ¿Cómo habíamos llegado a esto?

-Ve debajo de la cama-Me ordenó mientra él apuntaba a la puerta, hice lo que me pidió, Kakashi se resguardó detrás de un mueble sin dejar de apuntar. Sólo podía ver las luces que cada vez se hacían más intensas.

De un segundo a otro la puerta se abrió de golpe, di un pequeño respingo.

Sólo podía ver los pies del peliplata, el ruido de disparos llenó la habitación, me tape los oídos y cerré mis ojos rogando por que los diaparos no alcanzaran al peliplata.
El olor a pólvora inundó mis sentidos. Con los ojos aún cerrados escuche como se libraba una lucha cuerpo a cuerpo, el sonido de puñetazos dando en su objetivo, de alguien cayendo al suelo, de huesos romperse y boca a escupiendo sangre.

-¡Basta!-

Gritó una voz masculina que no conocía.

-Te tenemos, deja de luchar o mataremos a la chica-

Repitió esa voz, cuando abrí los ojos vi al peliplata caer de rodillas, no podía ver si cuerpo completo pero supuse que sangraba por las gotas de sangre que habían salpicado su pantalón. Las personas que habían llegado llevaban un uniforme igual, se me hacía muy conocido, ¿Dónde lo había visto antes? Lo medite un segundo? Claro!. Son marines. ¿Que hacen aquí?, había 4 hombres en la habitación, Kakashi y el hombre a ie había hablado unos instantes antes y dos más esperando en la puerta.

-¡Esposenlo!-

Ordenó, los hombres que esperaban en la entrada a movilizaron de inmediato. Kakashi se sacudió un poco, el sonido metálico indicó que ajustaron las esposas.

Pasos rápidos se escucharon fuera de la habitación.

Alguien de acercaba. Un Marine.

-Reporte de la situación comandante= encontramos a la señorita Karla en una habitación junto a una niña pequeña, no hay señales de nadie más.-dijo el recién llegado.

-revisen en un área de 8 km, no debió haber ido lejos. Saquenlo de aquí!-

Habló refiriéndose a Kakashi, hicieron justo lo que dijo. Cerró la puerta, quedándose él dentro únicamente. Tape mi boca con ambas manos para no sollozar cuando desenfundó un arma.

-Alexis Rosales, soy el comandante de la unidad de reconocimiento 05, Wayne L. vengo a llevarte con tu padre, puedes salir-Habló

Me arrastré con cuidado hasta salir de debajo de la cama.

Sonrió al verme, una sonrisa macabra, su rostro se ensombrecio.

-Tu papá tendrá una motivación enorme cuando te vea, ahora si nos pagará todo lo que nos debe y con intereses-Sonrió

El miedo invadió mi cuerpo.

No era ningún Policía, es un yakuza, me tomó del brazo con fuerza. Los tatuajes DE hicieron visibles en sus brazos desnudos, cuando estaba debajo de la cama no los había notado.

-Quién diría que sería tan difícil encontrarte-Apretó el agarre, me moví bruscamente tratando de huir lo golpee con el puño cerrado en el rostro, soltó un chillido, aún que no aminoró su fuerza, sin esperar un segundo más, me golpeó el rostro con la pistola, haciéndome caer al suelo.

Solté un grito de dolor.

-¡MALDITA ZORRA!-Gritó mientras se deshacía de su cinturón, me cubrí la mejilla sintiendo la sangre gotear. El sonido a la hebilla me hizo temblar-Voy a enseñarte a respetar a tus mayores-Exclamó mientras mantenía la pistola en mi cabeza y bajaba sus pantalones.

Mi Guardaespaldas/Kakashi Hatake/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora