El hombre de cabello plateado abrió la puerta del copiloto para que yo bajara, mostró una tarjeta a los hombres que custodiaban la entrada.
-¿Nombres?-Preguntó uno de ellos.
-Kakashi Hatake-Respondió el hombre.
-Alexis...Ro...-Recordé que no debía mencionar mi apellido-Rodríguez-Terminé, el hombre asintió.
Entramos.
El lugar era muy lujoso, uno podía notarlo con tan solo dar un paso dentro, aún así la poca iluminación no escondía lo que mis ojos admiraban. Estaba abarrotado de personas, la mayoría de asientos y sillones ocupados por parejas teniendo sexo a la vista de todos, algo muy desagradable, desvié la mirada lo antes posible para encontrarme con bailarinas totalmente desnudas que se ayudaban de unos tubos para sus espectáculos, algunos hombres se tocaban sin verguenza al verlas o viendo parejas juntas, me aferré al brazo del peliplata cerrando los ojos con fuerza, el club olía muy desagradable, alcohol, tabaco y sexo, si sexo.
-¿Quiéres sentarte pequeña?-Me preguntó al verme en ese estado.
Ni siquiera le recriminé por el apodo que había utilizado. Negé energéticamente con la cabeza aún con los ojos cerrados.
-Quiero irme a casa-Supliqué aferrandome aún más a su aroma que se había vuelto tan familiar en tan poco tiempo.
-No podemos hacer eso-Explicó.
-Vaya vaya, Ya no eres tan ruda ¿o si?-La voz irritante del dueño del club taladro mis oídos.
-Cierra la boca-Traté de sonar firme pero mi voz tembló, estaba furiosa conmigo misma por eso.
-¿Acaso nunca habías visto a un hombre desnudo?-Quiroga estalló en carcajadas. Ahí fue cuando exploté, abrí mis ojos y lo fulminé con la mirada, quizas no era una experta, pero la furia combinada con ver las miradas fulminantes de Ale, me daban algo de experiencia, pareció dar efecto, pues Quiroga se puso pálido, no había notado a su acompañante, un chico de unos 15 años, bastante joven, se veía muy familiarizado con el ambiente a diferencia de mi, los constantes gemidos y gritos me ponían incomoda-Takeshi está por allá-Señaló el de cabello negro-Hatake-Llamó al peliplata-Cuídala-Exclamó para alejarse con el joven. No sin antes darle una llave al peliplata, del cual yo estaba aún sujetada.
-¿A que se refiere con "cuídala"?¿Vendrá alguien más con nosotros?-Pregunté sin entender.
-Se refería a ti princesita-Me sonrió por debajo de la mascara-Vayamos rápido, quiero ir al smotie y fumar un cigarrillo-Caminamos hacia donde había señalado Quiroga, un espacio con sillones, solo había mujeres a excepción de Takeshi. Algunas coqueteaban con él y le susurraban cosas al oído, otras se besaban entre ellas.
-Kakashi!-Dijo feliz al ver al hombre, sin pensarlo se levantó a saludarlo-Que bueno que viniste-Le sonrió contento.
-Gracias por invitarnos-Sonrió el peliplata estrechando la mano que le tendía el hombre.
-Así que también vino Alexis-Me tendió la mano, estreché su mano-Te ves muy hermosa-me elogió con una mirada lasciva.
-Gracias-contesté
-Kakashi, si quieres podrías llevarte a alguna de mis chicas, a veces una sola no es suficiente-Le ofreció después de dar un gran trago de algun licor.
-Muchas gracias, quizas me pasé por aquí en un rato-Inquirió el peliplata.
-Ya que estan aquí ¿Por qué no se quedan un rato, no parecen del tipo reservados a la hora de la verdad-Mi rostro se puso rojo de verguenza solo de imaginar la escena, mi estómago se revolvió-No seas tímida cariño-El hombre acarició mi mejilla, preferí no separarme, y no por que fuera agradable, de hecho era todo lo contrario. Solo me contuve para no meternos en más problemas, un gran sacrificio si me lo preguntan.
-Hemos apartado el smotie por eso debemos irnos nos vemos-Se despidió de aquel hombre.
-Que lastima, disfruten de su noche-se despidió de ambos con rapidez y volvió a su asiento, Kakashi tomó mi mano guiandome hasta una puerta, las personas seguían en lo suyo, de su bolsillo, el peliplata sacó la llave que Quiroga le había dado hace unos minutos, con ella abrió la puerta. El lugar era muy diferente, se respiraba un olor suave a detergente, los gemidos que hacían casi imposible la comunicación ahí fuera, eran muy leves dentro. El lugar estaba bien iluminado, parecía una habitación de hotel, hasta tenía una bañera grande. La cama era matrimonial. Y sobre ella yacían 3 cajas de condones y 3 lubricantes, madre mía quien usa tanto!
El peliplata, una vez cerró con seguro la puerta, se quitó los zapatos y se recostó en la cama con las manos en la nuca, tirando todo al piso.
-Te ves muy cómodo en este sitio-Me crucé de brazos apoyandome en la pared.
-Es la primera vez que vengo-Me explicó-Aunque no será la ultima-Comentó quitandose la mascara y revolviendose el cabello.
-¿¡Qué estas diciendo!?-le recriminé exasperada-Este es un lugar horrible, no volveras y punto-Fruncí el ceño.
-¿Por qué no volvería? Es un sitio agradable-Su sonrisa burlona me molesto, estaba haciendo esos comentarios para hacerme enojar y lo peor del asunto es que lo estaba logrando.
--¿Por qué quieres que insista en que no volveras?!-Busqué a mi alrededor algo que lanzarle, para mi desgracia no había nada.
-Por que eso significaría que te intereso-Su sonrisa triunfante adornó su rostro.
-Ja, A mi no me interesas ¿Cómo podría gustarme una niñera-Ahora la de la mirada triunfante era yo, mientras que al peliplata se le había borrado toda pizca de felicidad.
-¿Entonces no sería problema ir por una de esas chicas que me ofreció Takeshi-san-Alzó una ceja desafiante. Sentí una punzada de dolor en mi pecho, bajé mi rostro. ¿Sería Kakashi capaz de hacer algo así? ¿por qué me siento tan mal?
-No te atrevas-Me abracé tratando de respirar con normalidad, un olor me tranquilizó, el aroma de Kakashi, su loción combinada con su aroma natural me encantaba, se había levantado de la cama y acercado a mi.
-Solo era una broma princesita-Tomo mi mandíbula, obligandome a verlo-No iré a ningún lado-