Alexandria.

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La gente de la comunidad se sorprendió al ver llegar de nuevo a su líder, casi abatido, con las ropas raídas y llenas de polvo, caminando con dificultad entre dos desconocidos.

Rick se alegró de verlos bien, la comunidad completa y sin daños en las estructuras del muro que era lo más importante para resguardarlos, parecía que los pobladores se habían mantenido a la expectativa de cualquier información que se llegara a filtrar, estaban tranquilos hasta que Rick se desvaneció en medio de la plaza.

Todas las emociones y la tensión se unieron al estar de nuevo en su territorio, al mirar a las personas a su cargo, la responsabilidad que tenía sobre sus hombros, gente buena que lo había seguido, que lo había esperado todo el tiempo y que se alegraba de verlo, no se sentía capaz de regresarle un poco del afecto que ellos le brindaban en un solo instante, por el contrario tenía que darles una mala noticia, había vuelto ahí con un solo objetivo, uno que a nadie le gustaría ni a él pero no había otra opción debían defender a su rey y sus territorios.

El sanatorio estaba en silencio cuando abrió los ojos, las cortinas blancas parecían saludarlo dándole la bienvenida, dos hombres se encontraban charlando mientras custodiaban la puerta sin permitirle la entrada a nadie. Escucharon el crujir de la cama y volvieron el rostro a Rick quien con pesadez se levantaba.

—Mi señor Grimes —se acercó uno de los guardias —a dormido bastante no sabe el gusto que me da verlo de nuevo, Denise se a encargado de cuidarle desde que llegó, venía muy mal herido, pero al parecer sus heridas están por sanar.

—Qué gusto saber eso Tobin, es necesario que me encuentre bien.

—Señor disculpe si es un mal momento pero la gente a comenzado a escuchar sobre seres obscuros acercándose a la comunidad, es eso cierto.

Rick miro a los hombres no podría ocultar la verdad necesitaba ser honesto lo más pronto posible.

—Así es Heath —se puso de pie — es momento de alzar las espadas contra esos hijos de perra que quieren acabar con lo que es nuestro. —Dio un paso a la salida.

—Debería esperar a Denise mi señor —siguió Tobin sujetándolo del brazo.
—No puedo esperar más cada segundo que pasa podría ser una vida que se pierde, necesito que llamen a Aarón y a Eric que reúnan a la gente del pueblo, los veré en la iglesia no digan de que se trata solo digan que es muy importante que todos los miembros asistan.
—Mi Lady —dijo Tobin —Carol ella se encuentra bien.
—Así es Tobin, es tu reina ahora así que deja de soñar con tenerla alguna vez y concéntrate en lo tuyo de acuerdo.

El hombre asintió y salió del lugar seguido por Heath y Rick al final.
Camino hundido en sus propios pensamientos, en el dolor de haber dejado a sus hijos tan lejos de él esperando fuera la mejor decisión.

La iglesia era un lugar grande en donde la mayoría de las reuniones de la guardia se realizaban, los eventos más importantes se anunciaban ahí, cualquiera que fuera la razón para abrir las puertas era siempre bien recibida por el sacerdote que en ese momento se encontraba orando al pie de un enorme altar en el medio del lugar, con adornos de oro y plata, Gabriel rezaba pidiendo por su pueblo, sus amigos que día a día convivían con él, miro a Rick hasta que lo tuvo a su lado.

Lo abrazo con fuerza, Gabriel era de las personas que realmente conocía a los Grimes en especial a Rick quien jamás lo juzgaba y siempre podía contar con él para lo que fuera.

—Si es verdad todo aquello que se dice, mis rezos estarán contigo y tu gente siempre, quizá no pueda seguirte en la batalla pero mi espíritu siempre te acompañará —dijo Gabriel con toda la calma.

—Quizá no necesite de tu espíritu pero sí de tu habilidad con la espada, no digas que no sabes usar una por qué sería una gran mentira y los dioses no podrían perdonarte — bromeó Sir Grimes.

—Preferiría usa el machete si de armas se habla, pero seguiré rogando para que no llegue el momento de usarlo.

El pueblo comenzó a llenar el recinto, Aarón se acercó de inmediato al líder del grupo con una sonrisa, él se había encargado de la comunidad en la ausencia de Rick, estaban listos para recibir la noticia.

—Me temo mi pueblo que no hay noticias favorables del reino estos días, e vuelto antes de lo previsto por qué una amenaza a comenzado a perseguirnos —tomo aire para poder continuar —existen leyendas que nos fueron contadas cuando niños, de seres que volvían de la muerte para devorarnos vivos, para compartir con nosotros la maldicion que los persigue —la gente se miro —mi gente, mis hermanos...eso dejo de ser una leyenda hasta hace poco cuando con mis propios ojos vi volver de la muerte a un hombre al que acababan de asesinar.

Los murmullos no se hicieron esperar , la gente comenzó a enloquecer soltando maldiciones y llanto confundidos, no prestaban atención a Rick quien se empeñaba en que volvieran a poner atención.

—Con un carajo escuchen a este hombre se levantó gritando con fuerzas Abraham quien se encontraba detrás de toda la gente —y no es lo peor dijo caminando despacio —hay otras cosa mucho peores —logró llamar la atención del pueblo —asesinos con armaduras negras que matan a diestra y siniestra sin importarles un pito quién es quién, solo pasan las espadas afiladas por las viseras de los hombres, mujeres y niños que se encuentran a su paso, si quieren vivir escuchen a este tipo —señaló a Rick —y tengan pelotas por qué les harán falta.

Los presentes seguían sorprendidos aunque no se sabía con facilidad si era por lo que acababan de escuchar o por la forma de hablar de aquel fornido.

—Yo no luchare lo sabes bien —se escucho una voz proveniente del medio de la sala —por algo decidí quedarme en casa.

—Eugene —gritó Rosita al verlo —eres tú —se alegró de verlo y corrió para abrazarlo.

—Ni crean que los seguiré esta vez, jamás lo haré, busco paz, la merezco —dijo el joven con la voz escondida, Abraham se acercó a los dos y los abrazo con fuerza.

—Es verdad —pregunto una mujer a Rick volviendo al tema
—Tenemos que pelear...
—Que pasara con los niños quién cuidará de ellos...
—Iremos todos a la guerra, que dice el rey de esto...
—Donde están los guardias, quien nos va a proteger.

Rick levantó las manos intentando volver el orden, todos se calmaron al ver a Abraham caminar de nuevo hacia delante.

—Todos estaremos bien, tenemos espadas, dagas y arcos, lo necesario para defendernos, Ezequiel nos envió guardias armados —no se atrevió a decir que habían sido asesinados antes de llegar, no pelearán todos solo los que realmente quieran hacerlo los demás seguirán con sus vidas, criando a sus hijos, cosechando sus cultivos solo tienen que saber defenderse por sí acaso sucediera algo, es solo prevención nada más.

Rick sabía que en parte era cierto, no quería una comunidad alarmada o paranoica, simplemente quería que pudieran sobrevivir, defenderse y lo suyo, quería un pueblo fuerte.

The Secret of the Kingdom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora