Carol.

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No quería llamar la atención pero lo hacía, ahora la guardia completa le debía sus respetos, los había salvado, por indicaciones del rey debían obedecerle, ninguno se negaría a nada con tal de seguir con vida, la que muchos no lograron salvar.

Richard aún seguía pensando en si era buena idea aquella de tener a Daryl tan cerca, de darle el mando, el poder que creía no se merecía, él había visto el fuego en los ojos del hombre aquel día que terminó con el ejercito negro, le asustaba de alguna forma tenerlo tan cerca o del rey, sentía un gran rechazo hacia Daryl y no lograba ocultarlo aunque quisiera.

La gente no quería participar, fueron pocos los pueblerinos que aceptaron unirse a la guardia después de enterarse a lo que enfrentarían nadie quería arriesgarse a morir, o a volver a la vida después de la muerte.

Daryl solo meditaba al recordar las palabras de Dale, aquellas que le daban la mayor carga de responsabilidad con las comunidades, veía a la gente queriendo volver a sus vidas, a las rutinas que por años llevaron a cabo de forma automática y después veía en sus rostros el miedo, la expectación, el sobre salto por cualquier cosa desconocida que se acercara a ellos.

Se había pasado la mayor parte del día en casa de los Greene después de hablar con Ezequiel sobre las condiciones en las que se llevarían a cabo los procesos de entrenamiento, Daryl no quería arriesgar a gente buena, necesitaba a alguien más fuerte, alguien que pudiera con la carga de trabajo, alguien que lo hiciera casi como un juego, necesitaba a Merle.

—Volveré al Sur —dijo Daryl a Glenn mientras los dos hombres comían en la cocina. —Necesito a mi hermano, él me ayudara con toda esta mierda que me están dejando a cargo.
—No te sientes capaz de hacerlo por ti mismo —respondió Glenn llevándose a la boca un trozo más de pan.
—No es por eso, pero lo conozco nadie mueve a las masa de forma tan sencilla como Merle no sé sí sea por qué les da miedo o por qué realmente es bueno con las palabras, pero él me ayudara a convencerlos de lo tienen que hacer.
—Si quieres iré contigo...
—No —dijo tajante Daryl levantándose de la mesa —tienes que estar con Maggie, no es por desanimarte pero una vez que la guerra comience no sabrás cuándo volverás, mejor pasa tiempo con ella, disfruten su tiempo juntos, es lo menos que puedes hacer.

Salió de la casa pensando en sus propias palabras cuánto daría por ser él quien pasará el tiempo con la mujer que amaba, pero le sería imposible aún teniéndola a un lado no podía tomar su mano, o mirarla a los ojos fijamente, no podía decirle todo lo que la extrañaba por qué ahora era uno de los guardias reales, estaba bajo el mando de la mano del rey, él lo requería para salvar a su gente para salvarla a ella de cualquier amenaza.

Tomó el regreso al castillo, pasó un rato antes por la taberna, eran pocos los que se encontraban ahí, recordó a la muchacha, la rubia que de no haber sido por qué se enamoro de él hubiera sido una buena amiga, pero ahora ella también estaba muerta, tan joven y bajo tierra.

—Oye escuche que buscas soldados —escucho una voz fuerte a sus espaldas.
Daryl volteo el rostro, no se sorprendió al ver al pelirrojo de nuevo frente a él, con el trozo de paja entre los dientes, la guapa morena a su lado con la mano en la cintura.

—Si necesito hombres valientes —dijo casi con sarcasmo —tu quieres unirte.
—Sí —se colocó a su lado —los dos —señaló a la chica a su lado —Rosita y yo queremos a esta gente, muchos de nuestros amigos murieron aquella noche, se nos fue gente importante.
—No queremos perder a nadie más —dijo Rosita sentándose en las piernas de su hombre —di que nos aceptas.

Daryl los contempló, no podía negarse necesitaba el mayor número de gente posible.
—Saben de armas —dijo y bebió de su trago.
Abraham sonrió abiertamente —claro que sabemos amigo.
—Entonces vayan mañana a los entrenamientos del reino, ahí un hombre llamado Richard les dará su arma y comenzarán las prácticas, yo aún tengo algo que hacer antes.

Tomó el resto de su bebida, arrojó las monedas al encargado y salió caminando apacible hasta subir la colina.

Carol y Michonne lo esperaban de pie detrás de la puerta, habían pasado casi una hora esperando su regreso, Carol con la angustia en el rostro, movía las manos una y otra vez tratando de traer así al hombre de su vida, cuando por fin lo vio entrar se arrojó a sus brazos como si hubieran pasado siglos antes de verse de nuevo, sujeto su rostro con alivio pero contuvo las ganas de besarle los labios, solo beso su frente de forma tierna.

Michonne los admiraba sin palabras, no tenía nada que decir lo que se ve no se juzga, pensó acertadamente. Necesitaba hablar con Daryl y pedirle que volviera con ella.

—Es un honor conocer a nuestro rey —dijo Michonne una ves que la pareja se separó —y más honor será el compartir con usted la batalla que se avecina.

—No sé de qué me está hablando —dijo Daryl intentando dejarla atrás —no sé nada de lo que dice.
—Acaso Dale no te lo dijo. —Volvió a hablar la bella morena.
Daryl volvió los ojos a Carol no sabía que debía decir delante de ella.
—No creo que debamos hablar de estas cosas aquí. —Intentó alejarse más.
—Daryl...yo lo sé todo —dijo Carol con esa voz dulce que amaba. —Michonne me lo contó, que vienes del Sur, que eres hijo del rey, que quizá todo esto te pertenezca.

Daryl la miro a los ojos, como poder esconderle algo cuando ella lo conocía tan bien, no podía mentir, ella siempre sabía la verdad además no quería engañarla.
Afirmó con la cabeza y se acercó a Michonne —para que me buscas.
—No puede pasar más tiempo Dixon, tienes que actuar ya, vengo del lado Este en donde mi maestro té dará lo que te pertenece, tienes que ir conmigo, pero antes tienes que tomar lo que el rey tiene detrás de su trono —Carol volteo a ver a la mujer sorprendida —por qué es justamente con esa arma que terminaras la guerra de lo contrario aún con todos los ejércitos del mundo no lograran nada.

Daryl volvió a pensar en las posibilidades de robarle a Ezequiel, no le diría la verdad, no a él, además ni siquiera quería su trono solo quería paz, para él y Carol no quería un palacio o un reino entero solo quería largarse de ahí pero dejándolos a todos a salvo.

—«feumaidh sinn a thoirt an dràgon air ais, bheir sibh dhuinn sìth, tha thu crìoch suas le dorcha h-uile uair 'dol air adhart agus barrachd seizes ar fearainn, agus fàsaidh tu saor an uair sin ga thoirt còmhla ribh airson sìorraidheachd» —dijo Michonne en la lengua natal de Daryl, el atendía a sus palabras.

—Robarle a Ezequiel no es algo que realmente desee Carol —Daryl la miraba con ternura —pero vine a eso, Dale me trajo aquí para que tomara lo que es mío.

—Pero podríamos decirle —contesto Carol casi con alarma —es decir todo esto me parece tan confuso.

—Su padre mato al mío —levantó el rostro de Carol —realmente crees que si le pido que me regrese la flecha lo hará sin pelear, sin querer acabar con mi vida por qué debo decirte cariño que aún consideran una amenaza a la gente del sur te imaginas si sabe quién soy, lo que busco, si supiera todo lo que está mujer sabe...no puede ser de otra forma Carol debe ser así.
Daryl se volvió a Michonne —lo haré esta noche tomaré la flecha y nos iremos.

—No podrás irte —dijo Carol con los pensamientos atravesados —si la flecha desaparece y tú con ella, le estarás diciendo todo aún sin tener que hablar, te buscarán y al creerte el ladrón de aquel artefacto te tomarán de traidor, quizá podrían llegar a pensar que fuiste tú quien dejó entrar al reino a los obscuros y eso no es lo que estás buscando.

Michonne y Daryl se miraron, Carol tenía razón en cada una de las palabras si tomaba el arma tendría que esperar hasta que las cosas se calmaran.

—No hay tiempo —volvió a decir Michonne.

—Lo haré yo —vociferó Carol —iré esta noche cuando todos se den cuenta no sospecharan de mi, jamás se atreverían a entrar en mi habitación es el lugar en donde se encontrara resguardada hasta que se resignen, entonces te la daré de acuerdo.

Carol colocó la mano en la mejilla de Daryl, el inclinó la cabeza ligeramente para sentir su calor para respirar su perfume.

—Es una idea brillante —solto Michonne sonriendo.

The Secret of the Kingdom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora