Acto impulsivo.

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La sangre le llegaba hasta los pies descalzos, ni siquiera sabía cómo había llegado hasta ahí, sus manos también escurrían ríos de sangre y el vestido manchado de lodo le arrastraba casi en pedazos, dejando un rastro de tela azul cielo y encaje a cada paso que daba, miro a su alrededor el paisaje más devastador, era el ejército del reino, el pueblo entero, todos estaban muertos en medio de charcos de sangre, niños, hombres, mujeres, las casa parecían abandonadas y nadie se veía al rededor, una mano gélida tomó su tobillo, Rick la miraba con la mirada perdida y los ojos grises, intentaba morderla fue cuando se dio cuenta de que estaba muerto y a punto de volver a la vida, todos los que antes estaban en el suelo ahora daban pasos pesados haciendo gruñidos hoscos, corría sin saber a donde llegaría solo no se detuvo, el sonido de los caminantes estaba más cerca, las armaduras negras comenzaron a rodearla, una lluvia de flechas encendidas atravesó el cielo, cerró los ojos sin querer ver en que acabaría aquello.

Despertó agitada, tocándose el pecho, el corazón le palpitaba con fuerza debido a la pesadilla que acababa de tener, su habitación parecía sombría.

Cuando se tranquilizó camino hasta la puerta el barullo sonaba por todas partes del palacio, Ezequiel partía esa mañana, decidió bajar para decirle adiós.

Los caballos estaban dispuestos, Jerry la miro y sonrío de inmediato pero Carol no correspondió, permaneció quieta mientras contemplaba la caravana que partiría, eran demasiados hombres, mujeres, un escalofrío la recorrió al recordar los rostros que veía y que coincidían con los del sueño que acababa de tener, temía por sus vidas.

—Mi señora —Ezequiel la tomo por el brazo suavemente —partimos ahora —levantó el rostro de Carol tomándole la barbilla —que sucede.

—No...—lo miro a sus ojos cuando se descubrió que estaba a punto de pedirle que no fuera —déjame ir contigo.

Ezequiel abrió los ojos sorprendido, suavizó el rostro y la llevo a sus brazos.

—De verdad quieres ir con nosotros Carol

Ella suspiro, ni siquiera supo cómo fue que reaccionó y ahora caía en cuenta del poder de sus palabras.

—Lo siento yo me quedaré al mando del reino solo fue un acto impulsivo, lo siento alteza.

—Cuando dejaras de llamarme así
—Cuando dejes de ser el rey —bromeó un poco.
—Volveré pronto mi amor. —Le beso los labios y subió a su caballo.

El camino a Hilltop no era tan largo como el de Alexandria, en unas horas estaban arribando sin contratiempos.

El mandatario de la cumbre era un hombre mayor, quisquilloso y egoísta, le costaba demasiado hablar con el rey sin ser él el centro de atención, tenía un hijo al que llamó Paul pero que de alguna manera todos terminaron por llamarle Jesus quien se encargaba de los intercambios con el reino y Alexandria, era una comunidad amable no tan grande como lo era Alexandria pero compartían el animo por la supervivencia.

Jesus se encargó de recibir a Ezequiel y la corte, el rey prefería cerrar los negocios con la mano de Paul ya que Gregory sin duda siempre buscaba una manera de desanimarlo respecto a los intercambios, sin duda la noticia de los obscuros ya habían llegado a sus oídos y no le sorprendió que estuviera buscando ya el mejor de los escondites dejándole así toda la responsabilidad a su hijo.

—Así que una batalla —dijo Jesus cruzándose de brazos —no sé si Gregory lo permita.
—No le estoy pidiendo permiso Jesus —dijo el rey sosteniendo el cetro —es una orden, el reino te requiere a ti y a tu ejército para combatir, Lord Grimes se ha hecho cargo de la guardia de Alexandria, saldremos en seguida, saben pelear no es así, han defendido Hilltop bastante bien.

—Jamás de los seres de los que hablas, no sé si realmente estén listos.
—Tendrán que hacerlo, o vendrán por ustedes, si pudieron entrar al reino, podrán penetrar en cualquiera de las otras comunidades.
—Sasha —Jesus llamó a la general de su guardia —cuántos hombres armados tenemos ahora.
—Aproximadamente un ciento bien armados de pies a cabeza, armas largas, flechas y lanzas también, consideró que podemos seguir al rey mi señor.
—Si quizá podamos, pero no quiero arriesgarme.
—Lo tenemos que hacer Jesus no nos queda otra opción, si queremos salvar nuestras tierras, tendremos que hacer algunos sacrificios.

Jesus sabía a qué se refería, para ganar una batalla se tenían que perder alguna vidas, era inevitable y sin duda su padre diría que no dejándole en las manos la decisión y con ella la oportunidad de criticar su temperamento de líder.

—De acuerdo su majestad lo seguiremos, donde es que hay que comenzar.

Ezequiel saco el plano de las comunidades, había trazado una línea que era por donde los caminantes pasaban de ahí seguirían subiendo hasta llegar lo más al Oeste posible, seguramente ahí estaba asentadas las tropas obscuras, deseaba tomar al enemigo desprevenido antes de que se dieran cuenta de sus intenciones y así acabar con el mayor número de ellos.

Se prepararon los dos ejércitos y se pusieron en marcha en seguida como era de esperarse Jesus discutió fuertemente con Gregory quien en un impulso por mantener su poder de líder de la cumbre se aferró a liderar la guardia, Jesus no tuvo más opción que cederle el poder al tiempo que Ezequiel creía que era mala idea, pero era quien estaba a cargo de la comunidad quizá funcionaria aunque Gregory no confiaba en la capacidad de Sasha como el general al mando de la primera tropa, se resignó y camino a su lado con el estandarte de Hilltop en las manos.

El clima comenzó a cambiar cada que se acercaban más al Oeste, una mezcla de tierra seca y naturaleza muerta era lo único que sus olfatos percibían, el aroma a lodo y a putrefacción los comenzó a rodear, Ezequiel pidió a las guardias detenerse, el momento estaba llegando.

Los primeros caminantes llegaban solitarios, uno a la vez haciendo el trabajo fácil cuando una horda apareció detrás de las montañas de roca grisácea fue cuando se alertaron subiendo las armas, el frente los derrumbaba con los cascos de los caballos hasta que les fue imposible debido a la cantidad, los primeros guardias cayeron, Gregory corrió con su caballo de vuelta a la cumbre, Ezequiel seguía adelante hombro con hombro a Jesus, Jerry y Sasha quien peleaba cual guerrera, el ejército obscuro hizo su arribo, con las espadas brillando entre la nube de polvo que se alzaba y la sangre que saltaba a las perfectas armaduras, derrumbaron el cañón con facilidad, cortaron las cabezas de los oponentes en medio de chillidos de dolor.

Jesus y Sasha tomaron uno de los costados y enfrentaron a los más fuertes, Ezequiel les siguió y entre los tres lograron acorralarlos, fue cuando un caminante vestido con armadura y estacas incrustadas caminaba de forma acelerada hacia ellos, parecía un monstruo que solo deseaba devorarlos, atacó a varios  guardias de Hilltop en el camino, les aplastaba el cráneo de forma sencilla, Ezequiel ordenó la retirada inmediatamente todos tomaron sus armas y comenzaron a huir del lugar intentando seguir el camino de vuelta.

Pero les pisaban los talones necesitaban escapar rápidamente, Jesus y Jerry cubrían los costados de Ezequiel mientras que Sasha iba detrás lanzando flechas que no lograban penetrar su armadura, de pronto a mitad del camino el monstruo se detuvo y lograron escapar hasta las tierras del reino.

Sería más difícil encontrar la forma de derrotarlos.

The Secret of the Kingdom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora