— Pareces preocupado— me dijo Jace, en clases—. ¿Estás bien?
— Lo estoy. Eso creo.
— Si pasa algo, puedes contarme.
— No es nada serio. Estaré bien.¿Cómo que no es nada serio? ¡Era super super serio! ¿Porqué dije eso?
Ya en el receso, Lizzy se dio cuenta de que mi mente no estaba ahí precisamente.
— A ti te pasa algo— dijo—. Y vas a decirme.
— No quiero— dije.
— De acuerdo. Entonces te obligaré a escucharme hablar sobre mi novio. Resulta que tiene un hermano menor...
— ¡Hablaré!— dije. Ella me sonrió.
— Entonces dime qué piensa tu cerebro.Lo pensé un poco. Ella no podía saber lo de Connor. Lo conocía.
— Creo que alguien me gusta— dije al fin.
— ¡Que bien! ¡Dime quién es!— gritó. Todos en la cafetería nos miraron.
— ¡Cállate boba!— la regañé.Jace apareció repentinamente.
— Creo que me estoy perdiendo de algo interesante— dijo él.
— Andrew dijo que alguien le gusta—le dijo Lizzy.
— Era un secreto— le dije a ella—. Gracias por mantenerlo como tal.
— ¿Era un secreto? ¡Debiste decirme antes!— me dijo ella.
— No te preocupes— sonrió él—. Tu secreto está a salvo conmigo. Aunque realmente no sé qué debo salvar porque no sé el nombre de la persona.
— Yo tampoco lo sé— dijo Lizzy—, ¿Quién es? ¿La conozco?
— ¿Es bonita?— dijo Jace—, ¿Es alguna compañera de clase?¿Bonita? Jace esperaba que fuera una chica. Todo el mundo esperaba que fuera una chica. Connor seguramente esperaba enamorarse de una mujer.
Todo me decía que definitivamente no tenía oportunidad.Pero aun así no quería irme de su lado. No quería. Era probablemente lo más estúpido que había pensado en mi vida. Pero así era.
Connor me gustaba.— No saben quién es— dije, un poco apenado—. Ni lo sabrán.
— Pero yo quería saber— se quejó ella.
— Respeto tu decisión de no decirnos— dijo Jace—. Pero supongo que al final lo sabremos cuando esa persona salga contigo.Lo miré un momento. Y me sentí triste. Mucho.
— No...— dije un poco triste—... no va a salir conmigo... nunca, probablemente...
Me quedé callado. Eso había dolido mucho. Más de lo que hubiera pensado. Y había sido difícil.
— ¿Por qué no?— dijo Lizzy.
— Si tiene que ver con tu estado de salud— dijo Jace—, déjame decirte que entonces esa persona no merece tu atención.
— No, no es por eso... aunque no lo había estado considerando mucho... creo que me acabo de deprimir...— dije.No había considerado tanto mi situación. Supongo que Connor me trataba como si fuera normal, tanto que hasta se me olvidaba que no podía caminar.
Era obvio. Todo me decía que él no era para mí. Ni siquiera podía mantener su paso. Mucho menos caminaría a su lado.
Qué estúpido fui. Qué tonto. Me gustaba lo que no iba a poder tener nunca.Jace y Lizzy trataron de animarme. Fuimos a clases. Estuve deprimido todo ese tiempo.
Al final de las clases, Lizzy fue con su novio, que fue por ella. Me dio envidia. Chad y ella se veían bien. Así debería ser una pareja normal.— ¿Vas a ir a casa?— dijo Jace.
— Mi mamá va a venir por mí. Aunque todavía no llega. Qué extraño — dije.
— ¿Te gustaría que te haga compañía?Sonrió. Jace era una muy buena persona.
— Estaría bien— dije.
Mi mamá no llegaba. Jace empezó a hablar de la escuela. Así ambos nos dimos cuenta de que éramos malos estudiantes.
Nos reímos de muchas cosas. Hasta se me había olvidado que estaba triste.— ¿Puedo preguntarte algo, Andrew?— dijo él.
— Claro— dije.
— ¿Por qué esa persona te gusta?— dijo pensativo—, ¿Qué tiene que no tenga ninguna otra?Lo pensé un rato.
— Todo— dije—. No hay nada que no me guste. Y lo que me desagrada sólo hace que termine por gustarme más.
— Wow— dijo, me miró—, parece que sí estás enamorado.
— Me gustaría no estarlo— dije con pesar.
— ¿Por qué crees que no le gustas? ¿Ya te lo dijo?
— No. Pero sé que va a decirlo. No de manera cruel porque no es así... pero me gustaría no escucharlo nunca.Nos quedamos callados. Yo seguía pensando en Connor. La escuela estaba casi vacía porque todos ya habían ido a casa. Menos nosotros dos.
Hacía frío. Aún era invierno.Recordé que no había pasado mucho tiempo en casa de Connor. Él iba a la mía, en donde hablaba con mi hermana y con mis padres. Yo no podría ir a la suya. No quería estar más solo con él. No lo soportaría.
— Andrew— dijo Jace, me sacó de mis pensamientos—, yo creo que eres genial. Eres gracioso y siempre dices lo que piensas, además de que eres un buen amigo. Yo creo que te mereces a la mejor persona del mundo. A alguien que quiera estar contigo porque eres tú.
Me quedé sorprendido. Él estaba muy cerca de mí. Empecé a ponerme nervioso.
— Alguien así no existe— dije, como una broma.
— Claro que sí— dijo él muy serio—. Cualquiera sería muy afortunado de merecer tu amor.No dije nada. Miré el suelo. Él trataba de hacerme sentir bien. Era una buena persona.
— Gracias— le dije.
— Si quieres agradecerme, quita esa cara tan triste que tienes. Sonríe. Regálame una sonrisa.
— Pides muy poco en agradecimiento— dije, me sentía más animado.
— Entonces...— dijo pensativo—, regálame un abrazo.
— ¿Un abrazo? ¿Por qué querrías tú algo así?
— Me gusta coleccionar abrazos de personas hermosas.
— Vamos, no lo dices en serio— dije.
— Sí. Es verdad. Y hace mucho que no obtengo un abrazo de alguien tan bello como tú.
— ¡Qué raro eres!— dije.Me sentía mejor. Un poco mejor. Entendí que sonreír sí hace que alguien se sienta mejor.
— Ven aquí— le dije.
Se inclinó y lo abracé. Se sentía bien. Automáticamente me sentía protegido. Los abrazos eran increíbles.
Me sentía muy relajado cuando sorpresivamente el auto de mamá se estacionó justo frente a nosotros. Se abrió la puerta. Jace se alejó de mí.— ¡Cariño— dijo mamá—, perdona la tardanza!
— Está bien— dije.
— Veo que estás acompañado— dijo ella.
— Él es Jace— le dije, luego me dirigí a él—, es mi mamá.
— Un placer conocerte Jace— dijo ella.
— Igualmente— dijo Jace.
— ¿Quieres que te lleve a casa?— se ofreció ella.
— No, gracias— dijo él—, tengo que ir a un lugar antes así que no tengo prisa por volver.
— Entonces me voy— le dije—. Gracias por todo.
— No te preocupes— dijo él contento—. Me agrada ayudar a personas hermosas.Luego se despidió con la mano mientras se iba.
— Te ayudaré a subir— dijo mamá.
— Escuchaste lo que dijo— le presumí orgulloso—, soy hermoso.
— Claro que lo eres.Me sentía contento hasta que me abrió la puerta trasera. El auto de mamá tenía vidrios polarizados. Así que no sabía que estaba acompañada.
— Co... Connor— dije, en un suspiro.
— Sí— dijo mamá-, fui a recoger a Victoria a su escuela, por eso me tardé. Connor no llevó su auto así que me ofrecí a traerlo. ¿No es genial?¡No es genial! ¡Estúpidos vidrios polarizados! ¿Significaba que él vio todo eso? ¡Rayos!
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Todo lo que sé
Short StoryUn chico muy inteligente. Un chico en silla de ruedas. Una cafetería. Una mesa. Una conversación. Una conexión especial. Todo lo que sé es que no sé por qué no imaginé que todas esas cosas juntas no eran sólo una simple coincidencia.