Todo lo que sé es que me gustaba estar con Connor todo el tiempo. Pero que fuera por mí no me agradaba tanto. Honestamente todo empezó cuando pasó esto:
— ¡Oh por dios!— dijo una chica—, ¡Hay un chico super lindo afuera!
— ¿De verdad?— dijo su amiga—, ¿Quién es?
— No lo conozco. Pero está afuera con su auto, esperando. ¡Se ve muy cool!
— Disculpen— las interrumpí—, ¿Es alto, de cabello oscuro y rostro de campaña publicitaria?
— ¡Sí!— dijo una de ellas.
— ¿Parece ligeramente incómodo por la atención que todos le ponen?— dije.
— Bastante incómodo— dijo ella.
— Ah, entonces vinieron por mí. Gracias por la información chicas— dije antes de salir.Estaba por los pasillos cuando fui interceptado por Jace.
— Parece que hay mucha actividad en la puerta de la entrada— me dijo.
— Sí. Vinieron por mí— dije.
— Ah, es por tu amigo el atractivo. Debí imaginarlo. Las chicas están especialmente ansiosas, mirando por las ventanas.
— Eso es malo— dije—, a él no le gusta llamar la atención.
— Hablando de él— me dijo, lo miré—, ¿Le pasa algo?
— ¿A qué te refieres?— dije.
— A que viene por ti todos los días. Hoy llegó muy temprano.
— ¿Qué tiene eso de malo?
— En primer lugar, ya no podemos pasar tiempo juntos en la salida. Y en segundo lugar, a mi parecer, es como si no quisiera que nadie se te acercara.
— ¡Es ridículo!— exclamé—, ¿Por qué él quisiera hacer eso?
— No lo sé, pero en mi experiencia he aprendido que cuando un chico viene a recoger a su novia es porque quiere que todos sepan que ella no está sola y que ya tiene a alguien. Para que nadie más quiera intentar algo con ella. No digo que eso sea malo porque hasta me parece tierno. Es sólo que tú y él no tienen esa clase de relación y... no deja de parecerme extraño.
— ¿Significa que por eso Chad viene a recoger a Lizzy todos los días?— pregunté.
— ¡No estamos hablando de Lizzy!— dijo.Lo pensé un poco. Connor y yo no teníamos esa clase de relación... ni siquiera teníamos una relación. Era cierto. ¿Qué demonios pasaba con nosotros? ¿Éramos amigos o qué? Porque nunca dejamos nada establecido.
— Tienes razón— dije—. Es extraño. Necesito aclarar ciertas cosas.
— Menos mal que hasta tú notas que es raro. Bueno, si me disculpas, yo me iré. Tu amigo me aterra. Me mira como si quisiera estrangularme con la mirada. Lo haría si pudiera.
— Connor no es así.
— ¿De verdad? Porque también creo que cuando me mira intenta persuadirme de que es tu dueño.
— Eso no está pasando. Estás empezando a imaginar cosas.
— Entonces buena suerte. Yo me voy.Se fue muy rápido. Salí. Las personas miraban a Connor. Seguramente trataban de ser sutiles pero no lo hacían bien. Él se veía perturbado.
— Hola— dije cuando llegué a él—, ¿Te gustó ser el centro de atención?
— ¡Claro que no!— dijo.
— Debiste ponerte una bolsa de papel en la cabeza. ¿Victoria viene contigo?
— No. Tenía que hacer unas cosas con sus amigas.
— Qué bueno. Porque tengo que hablar seriamente contigo.Me miró y parecía mortificado. Entré al auto. Sin ayuda. No tenía ganas de recibir su ayuda.
— Conduce— le ordené. No dijo nada, se subió y empezó a conducir el auto.
— ¿A dónde debería llevarte?— dijo.
— A tu casa— dije.
— ¿Por qué?
— Porque hace mucho que no vamos. Y porque necesito pasar mucho tiempo en tu auto para pensar en varias cosas. Si tuviéramos que ir a mi casa llegaríamos rápido.
— De acuerdo— dijo.Fuimos en silencio. Intentó hablarme pero lo callé. Necesitaba pensar en muchas cosas. Sobre todo, en cómo las diría.
Llegamos. Su casa seguía tan excesivamente grande como siempre. Me ayudó a bajar.
Entramos. No quería ir a su habitación.— ¿Y bien? ¿De qué querías hablar?— dijo.
Tomé mi teléfono de mi bolsillo. Busqué una foto de Jace que Lizzy tomó una vez.
— Quiero que mires ésta foto— dije y se la mostré. Efectivamente, su cara cambió cuando la vio.
— ¿Porqué tienes eso en tu teléfono?— dijo, parecía molesto.
— ¡Ajá!— dije—, ¡Entonces era cierto!
— ¿Qué cosa?
— ¡Miras a Jace como si quisieras estrangularlo!
— ¡Lo haría si pudiera!— dijo.
— ¡Eso dijo él! Curiosamente tenía razón. Por cierto, ¿Por qué quieres estrangularlo?
— ¿Todavía preguntas porqué? Te mira como si quisiera comerte.
— Claro que no. Él dice que tú eres el que me miras de manera extraña. Como si fueras mi dueño.
— Yo tengo derecho de mirarte de manera extraña. Él no.
— ¿Cuál derecho?— dije.
— Voy a traerte a tu escuela. Es obvio que significa algo.
— ¿Qué? ¿Acaso todo el mundo sabe que ir por alguien a la escuela tiene algún un significado oculto? ¿Por qué nadie me dijo nada?
— De todas formas, no me gusta tu amigo.
— Desde luego— dije—. El que tiene que gustarte soy yo. ¿Qué tiene de malo Jace? Nunca me ha hecho o dicho algo.
— ¿De verdad? Pues según escuché yo la otra vez, él básicamente se te declaró.
— ¿Eh? ¿Y eso cuando pasó?— dije.
— ¿Qué hay del «necesitas a alguien bueno»?— dijo, imitando la voz de Jace—, ¿Y del «yo podría serlo»?
— ¡Jace no habla así!— dije enojado.
— ¿Por qué lo defiendes tanto?
— Porque es mi amigo. ¿Por qué pareces tan molesto? ¿Por qué últimamente te ves así?
— ¡Por que no me gusta verte con él!— dijo muy enojado, yo sólo lo miré sorprendido—, ¡Porque hablas mucho de él y yo sé que no te ve sólo como un amigo! ¿Cómo quieres que esté tranquilo si sé que te pasas medio día a su lado? ¿Qué se supone que debería hacer?
— ¡Yo no lo sé!— dije, también estaba muy molesto—, ¡Yo no sé nada! ¡Me gustaría saber siquiera por qué me estás gritando!
— ¡Yo no estoy gritando, tú estás gritando!— gritó.
— ¡Pues sí gritas! ¿Y qué quieres que haga yo? ¿Qué deje de hablar con Jace sólo porque tú imaginas cosas locas? ¿Por qué debería de hacerlo?
— ¡Por que tú me gustas!— dijo.
— ¿Y eso qué?
— ¡Sólo deberías estar conmigo!
— ¿Quién te crees que eres?— dije, definitivamente estábamos gritándonos.
— ¡Tu novio, idiota!
— ¡No me digas idiota!... Espera un momento— dije, pensativo—, ¿Eres mi novio?
— ¿No sabías eso? ¿Entonces qué pensabas que era yo?— dijo, incrédulo.
— No lo sé. No lo había pensado.
— ¿Acaso piensas que soy del tipo de persona que besa a alguien y se va como si nada hubiera pasado?
— Nunca pensé así. Es sólo que... jamás hablamos de eso... y con razón, es un poco vergonzoso...
— Entonces te lo voy a dejar claro— dijo él—. Tú y yo estamos saliendo. ¿De acuerdo?
— Suena a amenaza—dije—, ¿Así le pides a alguien que salga contigo?
— Perdona— dijo, lucía más tranquilo—, es sólo estaba verdaderamente molesto. Entonces, ¿Quieres ser mi novio?
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Todo lo que sé
Historia CortaUn chico muy inteligente. Un chico en silla de ruedas. Una cafetería. Una mesa. Una conversación. Una conexión especial. Todo lo que sé es que no sé por qué no imaginé que todas esas cosas juntas no eran sólo una simple coincidencia.