Algunas voces se escuchaban detrás de mi canto, pero podía entenderlas vagamente. Insultos formaban gran parte de las palabras que recuerdo, también una cínica risa y muchos gritos, pero poco mas que eso. No me gustaba que esas voces interrumpieran mi plácido sueño, ¿no podían solo callarse?Luego de unos segundos, ya nada se escuchaba, ni siquiera mi propia voz. Intenté abrir los ojos, pero mis párpados se sentían muy pesados. ¿Por qué no podía abrir los ojos? ¡Yo quería abrir los ojos! Recuerdo cansarme de intentarlo y resignarme, parecía inútil seguir intentando, ninguna de mis extremidades parecía responder.
—¡¡QUITAOS TODOS DEL MEDIO!!— Gritó una voz femenina que me pareció levemente familiar. ¿Qué estaba pasando?— ¡¡ESA ES MI HERMANA!!— ¿Quién era la que gritaba tanto? Unas fuertes ganas de reír se apoderaron de mi y no pude evitar carcajearme ante la desesperación de aquella ingenua mujer. La familia no es para siempre, querida. Cuando menos te lo esperes ellos se irán.
Todo era oscuro, no podía ver nada. La música ya no sonaba, todo se había vuelto aburrido y monótono. intenté cantar una canción, pero nada salió por mi boca. Rebusqué en mi cabeza por alguna canción, pero ninguna apareció, parecía haber olvidado todas las que sabía.
Aburrida. Estaba muy aburrida.
—¿Quién eres tú y qué haces aquí?— Preguntó la misma voz de hace un rato.
—Su amiga. ¿Y tú? Ella no tiene hermanas, lo sé.— Dijo una nueva voz, también femenina.
Uuuuuh. Esto parecía ser como una de esas novelas mexicanas que solía ver mi madre, esas en las que había una loca que se hacía pasar por familiar y terminaba siendo una estafadora.
Traté de prestar atención, pero las voces dejaron de escucharse y el silencio se instaló una vez mas en... ¿Dónde estaba precisamente? ¿Qué estaba pasando? ¿Era esto un sueño?
Un nudo se formó en mi garganta, impidiéndome respirar, pero no era una sensación tan desagradable, por el contrario, parecía relajante. No sabía qué era lo que estaba pasando, pero lo que si tenía claro era el gran sueño que de repente se había apoderado de mi. Las incansables ganas de dormir empezaban a hacerse mas y mas grandes, pero las voces comenzaron a gritar, todas al mismo tiempo.
—¡¡ELENA!!— Gritaban las voces entre lo que parecían... ¿Llantos? Mi curiosidad se despertó y quise saber el por qué de aquellos sollozos.— ¡Despierta, Elena!
Mis ojos no respondían a mi orden de abrirse pero mi boca si lo hizo, permitiéndome tomar una gran bocanada de fresco aire. Pude sentirlo invadir rápidamente mis pulmones, pero luego de eso, no pude volver a abrirla. Quise hablar, preguntar qué era lo que estaba sucediendo, pero nada en mi parecía funcionar, como si fuera una máquina y estuviera averiada.
Un mas que conocido aroma a medicamentos y desinfectante entró por mis fosas nasales, haciéndome recordar muchas cosas de mi pasado que desearía poder olvidar.
—Despierta amor. No puedo vivir sin ti. Lo siento. Lo siento mucho.
Aquellas palabras que Marcos dijo una vez luego de darme la paliza de mi vida nunca las olvidaría. Estaban grabadas a fuego en mi memoria. ¿Sabes por casualidad lo que se siente? Creerte estúpida por confiar en quien sabes que no deberías, en quien siempre rompe las promesas, confiar en una persona de palabras vacías. Lo difícil no es olvidar a las personas, lo que resulta realmente imposible es olvidar el futuro que te imaginaste a su lado, las promesas incumplidas y las palabras que ahora resultan no tener sentido.
Olor a hospital. Eso era.
¿Estaba en un hospital? ¿Qué estaba pasando? ¿Qué hacía yo en un hospital?
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Dime tu nombre
ChickLitElla era todo lo que él quería. Él era todo lo que ella quería evitar. El jefe y la secretaria. Cliché. Pero ¿qué pasa cuando su historia empieza sobre una mentira? ¿Es posible ser feliz viviendo en una? No es tan sencillo como crees... Todos los de...