El gran hombre golpeó repetidas veces y con mano firme la puerta del apartamento 16A.
—Abra la puerta, señor.— La voz del hombre que me había acompañado sonaba dura y su gesto era serio. Cuando había ido a la comisaría después del trabajo, acompañada por Mónica, el hombre frente a mi nos había atendido tan serio como lo estaba en éste momento. Le conté lo que estaba sucediendo y el por qué necesitaba su ayuda. Cuando el hombre escuchó la historia entera, me miró con una sonrisa de tristeza.
—Lo lamento señorita, pero si usted compartía ese apartamento con su ex pareja, tendrá que recurrir a un abogado, ambos tienen igual derecho de vivir en él. A menos claro que el apartamento le pertenezca a usted y no a él.
—El apartamento es total y completamente suyo.— Interfirió Mónica en vista de que yo no hablaba.
—Oh. Eso cambia completamente las cosas.— El hombre sonrió amablemente y se excusó unos segundos para hacer unas llamadas antes de irnos.
Estábamos frente a mi apartamento. Frente a nosotras, dos grandes y musculosos policías esperaban a que la puerta se abriera. El mismo hombre que nos había atendido en la comisaría estaba frente a ellos golpeando la puerta.
Miré a Mónica, quien se encontraba a mi lado, hacer una mueca. No podía creer que ésta mujer se hubiera vuelto una tan buena amiga en tan poco tiempo. En menos de una semana, se había vuelto muy importante en mi vida, y por lo que podía ver, yo también era importante para ella. Estaba sufriendo por lo que pasaría cuando Marcos saliera del apartamento. Le sonreí y traté de transmitirle la confianza que yo necesitaba.
—¡Oye!— Sacudí su mano que estaba unida a la mía, y su rostro se relajó notablemente cuando nuestras miradas se unieron.— Cambia esa cara. Todo estará bien.— Sonreí y ella me imitó.
—Mi cara no se debe a eso.— Dijo medio divertida.— Me estás estrangulando la mano.— Una risa escapó de sus labios. Separé rápidamente mi mano de la suya y susurré un suave "lo siento" a lo que ella solo asintió a modo de respuesta.
El picaporte de la puerta comenzó a moverse, y a partir de ese instante, todo comenzó a pasar en cámara lenta.
Miré a Mónica y en su mirada pude ver la furia y el temor que ella cargaba. Ésta mujer sabía todo sobre mi, todo sobre mi pasado y mi presente. Sabía todos mis miedos, y estaba dispuesta a ayudarme a afrontarlos. No conocía todos mis demonios, pero si gran parte de ellos. Pero, ahora que la veía con detenimiento pude notar algo que me sorprendió: yo no sabía nada de ella. Si, sabía que tenía dos hijos, pero una de ellas era una bebé de unos pocos meses, y pensando con claridad, nunca había visto a un hombre en su casa que no fuera su hijo. Y ¿qué había de su pasado? ¿No tenía familia además de sus hijos? ¿Por qué nunca me había hablado de ella?
Hice una nota mental para hacerle todas aquellas preguntas luego, pero ese no era el momento.
Mi mirada viajó al apartamento 16B del que se escuchaba el llanto de una bebé con unos muy buenos pulmones. Mónica había dejado a Frida a cargo de su hijo mayor, Franco. Seguía sin entender la razón, pero ese chico me daba miedo. El chaval tenía ocho años menos que yo, y me intimidaba como si fuera diez años mayor.
Volví a centrarme en la escena que se desarrollaba frente a nosotras cuando la puerta se abrió mientras el idiota de mi ex-novio salió de él con los ojos abiertos de par en par, claramente sorprendido. Su mirada paso desde el hombre frente a él que lo miraba con cara de expectación, llegando a parecer incluso emocionado, a los dos hombres que descansaban sus manos en las Star 28 Pk enfundadas en el cinto de sus pantalones. La sorpresa de sus ojos se borró completamente al verme, y fue inmediatamente reemplazada por una sonrisa idéntica a la del Cheshire cat.
—Oh nena...— Aquella desagradable sonrisa no se borraba de su rostro mientras con su asquerosa mirada llena de lujuria recorría mi delgada figura. Luego de aquel análisis visual por su parte, me sentí sucia, con una urgente necesidad de bañarme y refregarme mil veces con una esponja de lata.— ¿Por qué te haces esto?— Negó con la cabeza manteniendo aún la enferma sonrisa.
—Señor.— El policía que se encontraba delante de todos lo miró enfurecido. Supuse que cuando estábamos en la comisaría y yo le había contado mi historia él había comprendido que mi relación con Marcos no era precisamente lo que uno llamaría "relación", sino que mas bien "abuso", pero no fue hasta ese momento que noté el asco que se reflejaba en su mirada al ver a aquel imbécil.— Necesito que...— Y luego de eso, de esas simples y cortas palabras, todo se volvió borroso. Pude distinguir muy pocas cosas. Solo recuerdo que de un instante al otro Marcos estaba sobre mi, dándome puñetazos sin piedad mientras los policías intentaban pararlo agarrándolo por detrás, pero nada de eso importó cuando su puño aterrizó en mi mandíbula provocando un intenso y agudo dolor en toda aquella zona. El dolor resultó agobiante durante unos segundos que me resultaron eternos pero, gracias a todos los santos, comenzó a desaparecer lentamente al tiempo que mis sentidos dejaban de funcionar. En mis oídos comenzó a escucharse una hermosa melodía que reconocí como Demons de los Imagine Dragons, y empecé a tararearla mentalmente mientras mis ojos se cerraban despacio, siendo mi última imagen la gran sonrisa triunfante de Marcos.
Maldito idiota, no podrás dañarme ahora.
Y con ese último pensamiento, caí en un profundo sueño del que solo recuerdo estar cantando a gritos, con los ojos cerrados y llenos de lágrimas.
I wanna hide the truth
I wanna shelter you
But with the beast inside
There's nowhere we can hide
No matter what we breed
We still are made of greed
This is my kingdom come
This is my kingdom come
When you feel my heat
Look into my eyes
It's where my demons hide
It's where my demons hide
Don't get too close
It's dark inside
It's where my demons hide
It's where my demons hide
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Hola corazones :)
En unas horas estoy subiendo otra parte... Tengan paciencia que es difícil escapar de las tareas del hogar :c
Los quiero
~The Dreamer~
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Dime tu nombre
Chick-LitElla era todo lo que él quería. Él era todo lo que ella quería evitar. El jefe y la secretaria. Cliché. Pero ¿qué pasa cuando su historia empieza sobre una mentira? ¿Es posible ser feliz viviendo en una? No es tan sencillo como crees... Todos los de...