2. «El inicio de un deja vu»

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—Lisaa —Jennie pasó de largo a un extraordinario grupo de amigos que charlaba animosamente bajo risotadas y temas amenos—, ven, acompáñeme.

Se dejó llevar por ella hacia la zona de sanitarios, hallándose con un apabullante número de famosos. Cuando ambas llegaron a un punto un poco menos apretado del resto, pudieron darse vía libre para conducirse directas a su destino. La música electrónica sonaba por los altavoces. Lisa lo intentó, mas no consiguió descifrar de cuál DJ se trataba esta vez.

—¿Es cierto que estás mejor? —le preguntó a su amiga con un grito.

Iban caminando juntas, con Jennie aferrándose a uno de sus brazos como siempre.

—Eso creo, ¿y tú? ¿Te estás divirtiendo?

Llevaban tres cuartos de hora más metidas en aquel pub discoteca. A Lisa ya se le había pasado la idea de querer irse; ahora se podía decir que estaba disfrutando como pequeña, y eso que no había bebido nada de alcohol después de su encuentro con los chicos. Pocas ocasiones había bebido alcohol en Corea. Las pocas que lo hizo fue sólo por cortesía.

Esa noche se sintió casi relajada al oír las ocurrencias de sus compañeros y amigos de la industria. De hecho, en todo ese rato no dejó de pensar en sus fans. Y es que, en una transmisión que el grupo había hecho para V LIVE antes de llegar a la fiesta, Lisa agradeció un millón de veces a BLINK, su club de fans, por su apoyo e indeleble cariño. El único detalle que seguía incomodándola era la presencia de Jungkook. 

Ya lo había pillado viéndola en algunos momentos, pero él continuaba observándole, como estudiándola en la distancia. Ella no podía entenderlo. ¿Por qué la observaría de esa manera, y más, en presencia de tantas personas que lograrían descubrirlo? Teorizó que sus miradas eran debidas a su atuendo. Quizás el estilo de Jungkook no era el suyo, aunque desechó ese tonto pensamiento en un santiamén ya que ella siempre procuraba ir al exterior con prendas normales.

Incluso en esa célebre ocasión, se sentía segura de su conjunto. Llevaba un vestido corto de manga larga en color negro que era ajustado por un cintillo; un largo abrigo tejido en color beige (que ya se había quitado por el calor del pub) combinado con unas zapatillas Vans en un tono más bajo que el abrigo y unas mallas negras. Había acicalado su pelo en un excepcional moño despeinado, dejando así que su flequillo y algunos mechones le cayeran por la frente. Nada fuera de lo común. Realmente, no existía un verdadero motivo para que Jungkook la mirase tanto.

—Sí, el ambiente es agradable —contestó después de algunos segundos de estar cavilando—, pero no creo que debamos estar mucho tiempo más. Bokyung oppa podría regañarnos.

—Y que lo digas —Jennie hizo una mueca—, el problema es que Jisoo unnie está encantada pasándolo aquí. Me pregunto si no le dará pena estar rodeada de tantos chicos.

Lisa sonrió.

—A Jisoo unnie la tratan diferente, será porque ella es más abierta con las personas que nosotras. Parece que no le da miedo nada.

—Pues llevas algo de razón en eso, pero te aseguro que la tratan así porque Jisoo Kim es muy distinta de todo lo que se ha visto —Jen rio, recargó sus traviesas y descaradas manos en su cintura estrecha y las dirigió rápidamente por el corredor que daba a los sanitarios—. Ya sé qué es lo que te pasa a ti, Lalisa.

—¿A mí? —Lisa abrió los ojos con sorpresa—, ¿y qué es lo que me pasa a mí, unnie?

—Tú lo sabes, aunque no quieras decirlo de viva voz. Tú, querida Manoban Lalisa, te comportas así porque estás evitando a alguien.

Deja VuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora