Jisoo tomó la decisión de contestar en su dormitorio. Lisa la acompañó.
—¿Hola? Jungkook, perdona, ¿te importaría que activase el altavoz? Es que estoy ordenando algunas cosas en mi habitación y me lío mucho con el móvil entre las manos.
Jungkook dio una contestación positiva, entonces Jisoo activó el amplificador del teléfono y, sentada junto a Lisa en su cama, lo puso a pocos centímetros de su posición.
—Ahora sí. Siento no contestar la primera vez, pero no alcancé a cogerlo.
—No te preocupes, noona. Espero no hablarte en un mal momento.
Fue indescriptible lo que habitó en el ser de Lalisa al escuchar la viril y suave voz de ese chico. Aún oyéndolo a través de una llamada telefónica se le volvió difícil no sentirse infundida de miedo, miedo en su estado puro, porque se suponía que ella no debería sentirse así.
Aunque, al mismo tiempo y de un modo contradictorio, otras sensaciones más aparecieron. Se puso entusiasmada debido a la voz de Jungkook.
—No digas eso —se apresuró a decir Jisoo—. Para mí siempre es grato escucharte. Mejor cuéntame, ¿qué tal estás?
Jungkook dijo que estaba bien, dentro de lo que cabía. Hubo pues una pausa. El ruido de voces y risas a lo lejos y el caminar de alguien, muy posiblemente de él mismo, se escucharon por el móvil.
—Lamento el jaleo, estoy practicando con mis compañeros para la presentación de mañana, pero ahora tenemos un pequeño descanso y mis hyungs son muy ruidosos cuando están todos reunidos.
Jisoo se rio. Lisa presionó los labios en una modesta sonrisa, ya recargándose en el cabecero mientras hacía el intento y la loable acción (aunque sea para sí misma) de respirar profundo y no perder la calma.
—No hay problema, Jungkook. Me has hablado para algo, ¿qué es?
—Quisiera saber cómo está Jennie ssi. No había tenido oportunidad de llamar para preguntarte. Estos días pasados han sido un tanto difíciles.
—No es necesario que te justifiques porque, después de lo que has hecho, no puede haber ningún reclamo para ti. Si no hubiera sido por ti, seguramente Jennie no habría contado con la misma suerte de ser auxiliada en breve esa noche.
Hubo otro silencio.
—Tal vez no lo sepas —comentó Jungkook como si le hubiese costado mucho romper el silencio—, pero yo estaba con Lisa ssi cuando ella se desmayó. Así que tiene el mismo mérito. Los dos la hemos ayudado.
Jisoo movió la cabeza con el fin de interrogar a Lisa. Un calorcillo evidente se plantó en las mejillas de la magnae al ver su expresión demandante. No esperaba que la conversación de repente girara en torno a ella y al encuentro que tuvieron aquella noche.
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Deja Vu
Hayran KurguPor algún motivo que no es exacto, las miradas de dos de los ídolos más populares del k-pop llegan a reflejar algo más que cordialidad y, es en este instante, en el que una inesperada situación ocurre en los rincones de un after-party que descontrol...