Jungkook no entendía lo más mínimo de las vueltas de la vida o lo complicada o infiel que podía ser esta.
Jamás se imaginó estar en ese momento, cerca de discutir con uno de sus mejores amigos y, sin embargo, era real. Estaba a punto de pelear a muerte por Lisa.
Recordó el pasado. Perfectamente se le pudo definir como alguien que echaría una moneda al aire cuando fraguó el enviarle el correo electrónico junto con el choker. Había actuado con la llana, pero codiciable esperanza, de que su obsequio no se perdiera entre tantos y tantos. Incluso tuvo miedo de que la gargantilla nunca llegara a sus manos y, peor, que aquel correo donde quería iniciar una conversación con ella se perdiera en manos de alguien desconocido.
Había pecado de ingenuo al hacerlo, pero sintió confianza una vez todo dio resultado. Y entonces comenzó lo que hasta ese momento le tenía cogido por el corazón: una entrega total de amor hacia Lisa.
Concibió la creencia de que, como era una entrega que iba desarrollada de modo incondicional, nada ni nadie conseguiría arrebatar sus deseos y sus sentimientos.
Otro error fatal.
Aunque, así se tratara de un error, estaba muy consciente de que en el universo del amor no había nada definido y que este se movía de puesto cuando menos te lo esperabas.
Se hizo una comparación tonta con el chico que tenía delante. Taehyung gritaba por los ojos haber disminuido su paciencia. Estaba enfadado y sorprendido a partes iguales por su invasión, sin embargo, siguió siendo igual de apuesto que siempre y de personalidad libre y jovial. No había punto de comparación entre los dos.
Con diferencias anatómica y psíquicamente no comparables, Jungkook supo que de nada valía la pena compararse con Taehyung. Primero, porque aquello no tenía sentido y segundo: porque, sin importar quién fuera el que intentara robarle lo que pensaba que era suyo, no debía reaccionar de esa estúpida manera.
Tae era su hyung, su mejor amigo, su hermano sin ninguna partida de nacimiento que le demostrara que tenían los mismos padres, los mismos apellidos y los mismos hermanos. Ese chico era uno de sus mayores propulsores cuando tenía un mal día o cuando se lo pasaba de lo mejor. Taehyung siempre había estado a su lado.
En teoría, no debía ocurrir lo que estaba a punto de ocurrir. No debía pelear con su compañero por el amor de una chica. Pero no logró salir de su ceguera mental aunque se quiso obligar a dejar de pensar como un idiota. Estaba muy enamorado y muerto de celos por Taehyung.
Taehyung no había dejado discretamente el regalo del choker en la pila de obsequios que estaban ya amontonados para las miembros de BlackPink en aquella lejana ocasión.
Taehyung no había tenido una primera conversación con una de las amigas de Lisa para poder conversar con ella después.
Taehyung no tuvo que confesar su encanto por una chica ídolo a su hermano mayor para que le ayudara a encontrarse con ella en un lugar privado y seguro.
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Deja Vu
FanficPor algún motivo que no es exacto, las miradas de dos de los ídolos más populares del k-pop llegan a reflejar algo más que cordialidad y, es en este instante, en el que una inesperada situación ocurre en los rincones de un after-party que descontrol...