Esos brazos cruzados y esa cara inexpresiva tenían en un insistente pensamiento a Caperucita. Ahora Jungkook estaba enfadado con ella luego de la escena irónicamente comprometida en la que les encontró a ella y a Taehyung. Había logrado hacerle sentir celos cuando menos quería hacerlo.
¡Cómo deseó que ese juego estuviera olvidado! La granada de fragmentación había sido jalada del anillo, yéndose a volar a cualquier parte, a un paradero desconocido, pero lo más probable fue que Jungkook la tuviera en sus manos y que esta fuera a explotarle en la cara frente a sus melancólicos ojos.
No quería verle sufrir y, sobre todo, ahora más que nunca, no deseaba que perdiera esa apuesta.
Cambió de lugar en la mesa para flanquearlo y se encontró con su imagen dubitativa a seguir en esa fiesta o escuchando lo que sus compañeros decían. El semblante de "no quiero estar más así" no conseguía sacárselo ni él solo, así que, cuando se levantó, excusándose con sus amigos, ella sintió que el fin del mundo había llegado. Imaginó a un apocalipsis zombi; se imaginó de verdad que los pocos zombis que había en esa fiesta de disfraces autentificaban muertos vivientes que iban a destrozar las carnes humanas de los invitados cuando la electricidad se marchara y todo se quedara en la indigna penumbra.
Sin embargo, los zombis no dieron ningún aspaviento de ser seres de otra dimensión y la electricidad continuó, además de las luces fantasmagóricas y la música alborotada que funcionaba como elixir para todos.
Por lo visto, Jungkook sólo se había ausentado de su mesa para pasar al servicio y no para lo que ella creía, para declararse perdedor.
Afligida, deslizó sus uñas de manicura de Halloween por su vestido y puso la mirada en el contexto de su grupo. Sus compañeras, Jisoo y Jennie, se lo pasaban bien, pero Rosé sabía que ella no estaba en su mejor momento.
—¿Y le has creído? —le preguntó Rosie, hablando en secreto mientras las otras charlaban sobre cosas de la fiesta.
—Sí, unnie —admitió—. Siento que Tae oppa es sincero, no me ha mentido.
Rosé vaciló unos momentos.
—Es que esas situaciones pueden ser controversiales.
—Lo sé, pero es verdad. Tae oppa sólo actuó con amabilidad, así que no le gusto.
—¿Y qué hay sobre Jungkook?
—No he hablado con él luego del incidente —respondió con un lamento interior—, y creo que no lo volveré a hacer en algún tiempo. Está enfadado conmigo. Logro darme cuenta.
—¿En serio?
—Sí, es como esa ocasión, cuando nos apartamos.
Rosé se acercó más a ella hasta presionarle el muslo con una mano.
—¿Qué puedo hacer? —le preguntó—. ¿Quieres que hable con él? Lo hago.
—No, no. Tú dijiste que cuando no se sabe qué hacer, es mejor no moverse. Y no quiero moverme. Tal vez el enfado se le pase pronto. Lo que me preocupaba era que pudiera causar un conflicto con Taehyung oppa; ahora que todo se ha aclarado me siento tranquila.
El encuentro de sus miradas no le dio la seguridad que esperaba transmitirle. Ni ella estaba muy segura de lo que decía para ese punto.
—Mira, a lo mejor no está enfadado, ¿sabes? A lo mejor..., a lo mejor sólo está asimilando la situación —dijo y sonrió como empeño obvio para aliviarle ese pesar que no llegaba a externarle libremente—. Creo que todo sería mejor si Taehyung ssi le contara sobre esto para que las cosas se arreglen y Jungkook no se cree marañas en la cabeza. Es decir, que no crea que alguien más quiere algo contigo. Eso estaría bien.
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Deja Vu
FanficPor algún motivo que no es exacto, las miradas de dos de los ídolos más populares del k-pop llegan a reflejar algo más que cordialidad y, es en este instante, en el que una inesperada situación ocurre en los rincones de un after-party que descontrol...